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PIDEN DETENER REDADAS MIENTRAS EL CONGRESO CONSIDERA REFORMA MIGRATORIA

¿Una puerta que se cierra antes de abrirse?

Líderes religiosos organizaciones pro inmigrantes insiten en que, previo a la discusión y aprobación de una Reforma Migratoria, el presidente Barack Obama debe detener las redadas que lleva a cabo el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE).

OPINA EL PADRE ESTRADA

El padre Richard Estrada, párroco de la Iglesia Nuestra Señora Reina de Los Angeles en la Placita Olvera, consideró que mientras se decide legislar a favor de los inmigrantes, las organizaciones, acompañadas por la Iglesia, deben continuar presionando al Congreso a través de marchas y manifestaciones, a fin de concluir lo que en principio se trazó: Obtener la reforma migratoria, que vendría a solucionar en parte los grandes problemas económicos del país.

“Se necesita cambiar las políticas de inmigración en los Estados Unidos, poner énfasis en un problema que ha existido por mucho tiempo y que ahorita está causando una crisis que se ha vuelto hasta violenta contra los inmigrantes”, opinó el padre Estrada.

Agrega que el asunto migratorio es algo que no se puede dejar para después, porque toca la médula de la economía, los derechos de los obreros, derechos humanos de los inmigrantes y tiene que ver con los problemas de tráfico humano, de drogas y la unidad de la familia.

Por otra parte, advirtió que se debe ser cuidadoso, porque no es sólo que se permita residir y trabajar a la gente indocumentada en los Estados Unidos, sino que éstos tengan también los derechos del trabajador estadounidense, es decir, con derechos a un buen salario, prestaciones sociales y el poder ser parte de una organización de trabajadores.

El padre Estrada alabó la creatividad de algunas organizaciones como la Coalición Latinoamericana Internacional y organizaciones afines, quienes están llevando a cabo una serie de actividades, entre ellas el inicio de una campaña que se propone recoger 5 millones de huellas digitales de niños cuyos padres han sido, o peligran, de ser deportados debido a que no cuentan con documentos legales.

Las huellas de los niños estadounidenses serán presentadas al Presidente Obama.

Más de 108,000 padres de familias con hijos nacidos en Estados Unidos han sido deportados por el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE) durante los pasados 10 años. “Lo que realmente pasa con los hijos de los inmigrantes deportados nadie lo sabe a ciencia cierta”, manifiestan algunos líderes de organizaciones pro inmigrantes.

Según Oswaldo Cabrera, quien lidera la campaña, dijo que la idea es persuadir a la Casa Blanca sobre las consecuencias de las redadas y las respectivas deportaciones de padres de familia, en cuyo caso los niños y adolescentes quedan desamparados cuando se desintegra la familia.

En la década pasada, más de 2.2 millones de inmigrantes no autorizados han sido deportados por ICE. Aproximadamente 5.5 millones de niños nacidos en EE.UU. viven con un padre no autorizado o de estado migratorio mixto.

“Todos perdemos cuando todos los días un niño regresa a casa después de la escuela y con toda seguridad no recibirá un beso de buenas noches porque uno de sus papás ha sido detenido o deportado por ICE”, dijo Jorge Mario Cabrera, director de educación comunitaria en CHIRLA.

El padre Estrada lamenta el hecho que se esté desintegrando a las familias, y por eso insistió en que se paren las redadas como muestra de reconocer el grave error de no aprobar una reforma migratoria, y que permita a los padres de familia tener la oportunidad de iniciar un proceso de legalización.

El prelado católico mostró optimismo sobre una pronta reforma migratoria, pero agregó que se debe tener paciencia y esperar, ya que el problema es complicado y el gobierno necesita recoger opiniones de todos los sectores del país.

En este sentido, dijo el párroco, tanto la iglesia como las organizaciones pro inmigrantes deben continuar usando de creatividad para hacer oír su voz.

A la lucha pro inmigrante se unieron más de 500 organizaciones nacionales y regionales, congregaciones locales y líderes religiosos, organizados en la Coalición Interreligiosa para la Inmigración, quienes expresaron la necesidad de que la nueva administración y el Congreso hagan de la reforma migratoria una prioridad.

La obispo Minerva Carcaño, de la Iglesia Metodista Unida, explicó que las recomendaciones concretas que la Coalición ha remitido al Congreso para su consideración -en caso de llevarse a cabo una reforma- son en primer lugar, que es necesario hacer de la unidad familiar una prioridad y favorecer la reunificación de las familias.

Son demasiados los casos de padres, hijos y hermanos separados indefinidamente por problemas de visados”, afirmó Carcaño.

Asimismo, señaló, “hay que crear un proceso para que los inmigrantes indocumentados tengan la oportunidad de conseguir un estatus legal de residencia y ciudadanía”, además de “proteger a los trabajadores y crear canales de entrada eficaces para nuevos inmigrantes.

“Sobre todo, hay que redactar la reforma teniendo presente en todo momento el respeto a los derechos humanos y civiles”, dijo Carcaño, que considera un “error” excluir a los inmigrantes del debate sobre el nuevo plan de estímulo económico.

Para el reverendo Jim Wallis, la legislación migratoria es un problema religioso, y no sólo político, porque “en el momento en que una nación de inmigrantes como Estados Unidos se niega a darles la bienvenida, está poniendo en riesgo su alma”.

Según el rabino David Saperstein, del Centro de Acción Judío, la Administración está empleando “demasiados recursos en endurecer las penas”.

Algunos congresistas, entre ellos dos demócratas, apoyan las campañas que líderes religiosos y organizaciones pro derechos de los inmigrantes llevan a cabo con el objetivo de que se retome el debate de reforma migratoria.

Mike Honda, congresista por California, urgió al presidente Barack Obama a cumplir su promesa de hacer de la reforma migratoria una prioridad, ya que, aseguró, el sistema actual está “roto” y “no funciona para nadie”.

El congresista Luis Gutiérrez (D-Illinois) alertó de que la ley en vigor actúa en contra de “valores familiares” y priva de protección a “los trabajadores más vulnerables de todos los indocumentados”.

“Ellos contribuyen con sus impuestos al avance de la economía, y hay que dejar de verlos como un problema cuando son parte de la solución”, añadió.

En la elaboración de su petición al Congreso, la Coalición ha contado con el asesoramiento de congresistas, de la Oficina de Presupuesto, de universidades y del Centro Hispano Pew, según Carcaño.

“Hay que terminar de una vez por todas con la mentalidad que deshumaniza y trata como extraños a los que no lo son, y abrir las puertas a una reforma abierta e integral, que tiene que aprobarse en 2009, porque los inmigrantes no pueden esperar más”, añadió Saperstein.

La Coalición anunció que buscará la adhesión a la campaña de más comunidades de todos los cultos, y que comenzará su acción durante el receso del Congreso de este mes, cuando coordinará más de cien vigilias sobre la inmigración a lo largo de todo el país.

ORGANIZACIONES CONTRA LAS REDADAS

Las organizaciones pro inmigrantes acompañados por la Iglesia Católica recordaron recientemente las redadas más impactantes en California, llevada a cabo en una fábrica de tinta para impresoras aproximadamente hace un año.

La Coalición Pro Derechos Humanos de Inmigrantes en Los Angeles (CHIRLA por sus siglas en inglés), hizo un urgente llamado para que se dé fin a las redadas de ICE en centros de trabajo y en hogares porque aterrorizan a las comunidades inmigrantes, separan familias trabajadoras, y ponen en riesgo aún más la débil economía local.

“Las redadas son el ejemplo más visible de un sistema de leyes de inmigración inhumano e injusto”, comentó Esmeralda López, Coordinadora de Política Local en CHIRLA.

Según la organización, la redada en Micro Solutions Enterprises, Inc. llevada a cabo el 7 de febrero del 2008, causó el arresto de 160 trabajadores, fue una de las muestras de fuerza armada más espectaculares de ICE. Más de 100 oficiales armados bloquearon la puerta principal, alinearon a los inmigrantes basándose en su estado migratorio y esposaron a muchos sin razón alguna.

Se les negó el derecho a llamar a sus seres queridos y no se les permitió acceso a los abogados defensores. Al final, más de 100 trabajadores pasaron la noche incomunicados en el centro de detención de Los Angeles y aproximadamente 50 personas, principalmente mujeres, fueron liberadas por “razones humanitarias”.

La operación contra los indocumentados proporcionó un duro golpe a la economía local a la vez que reveló en gran detalle un sinnúmero de tácticas cuestionables por ICE.

Los medios de comunicación formaron parte integral de la difusión de información importante al resto de la comunidad, y sus reportes aplicaron presión para demostrar que no hay nada de humanitario en una redada de ICE.

En resumen, concluyen religiosos y líderes pro inmigrantes, las redadas puntualizan la necesidad urgente de buscar una solución justa y humanitaria para que las leyes de inmigración no se enfoquen en deportaciones solamente.

Estamos en una nueva era y no podemos permitir que se sigan rompiendo las bases de la sociedad que es la familia, concluyen. VN

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