PIDEN APOYO PARA QUE NIÑO SALVADOREÑO PUEDA QUEDARSE CON SU MAMÁ

Evitar la deportación del niño Jonathan Martínez, que cruzó tres fronteras para reunirse con su madre en Los Angeles, se ha convertido en un cruzada a la que hispanos de todo el país no han dudado en apoyar.

El próximo 11 de septiembre, Martínez, de 10 años, tendrá su tercera audiencia ante un juez de Inmigración quien decidirá el futuro del infante, quien fue detenido por la Patrulla Fronteriza a finales de 2004, cuando cruzaba ilegalmente el desierto de Arizona.

La madre de Jonathan, Rosalía Montoya, llegó a los Estados Unidos desde El Salvador en el año 2000 en busca de un mejor futuro para su hijo y ha residido legalmente bajo el Estatus de Protección Temporal (TPS), que otorga el Gobierno de EEUU a los ciudadanos de países afectados por catástrofes naturales o conflictos bélicos.

Montoya, quien trabaja como cocinera en uno de los restaurantes de la cadena “Pollo Campero”, vive en Inglewood, California, con sus dos hijos, Jonathan y la hermana de éste, de dos años, ciudadana estadounidense.

Cuando tenía 8 años, Martínez salió de su país con rumbo a EEUU acompañado de un primo de 19 años quien -luego de la travesía por el desierto- se encuentra desaparecido.

Cuando detuvieron a su hijo, Montoya buscó apoyo en diferentes organizaciones, incluso en el consulado de El Salvador, pero le dijeron que no podían ayudarla.

Sin embargo, su historia hizo que la organización Coalición Latinoamericana, con sede en Los Angeles, firmara un aval ante las autoridades de Inmigración garantizando que el menor se presentaría en la corte para evitar su deportación inmediata a finales de 2004.

Oswaldo Cabrera, presidente de la coalición, explicó a Efe que el proceso para lograr la permanencia de Jonathan en el país ha tenido tres fases.

En la primera se obtuvo una extensión de 30 días para preparar el caso.

Luego se realizó la segunda audiencia en la cual el juez otorgó al niño un permiso de permanencia en el país por cinco meses más, mientras se recopilaban las pruebas de su defensa y la tercera fase será el 11 de septiembre cuando acudirán nuevamente ante el juez.

“Tenemos grandes esperanzas en que Jonathan podrá quedarse legalmente en el país, bien sea por una extensión del TPS de su madre o bien, por un asilo para el niño quien no tiene a ningún familiar en El Salvador”, informó Cabrera, quien calcula que cada año unos 32.000 niños son detenidos por Inmigración.

Junto con iglesias, organizaciones comunitarias, representante políticos y grupos pro inmigrantes, la coalición ha puesto en marcha una campaña para buscar apoyo en este caso que describen como “de humanidad”, ya que el único futuro para Martínez en El Salvador sería la calle, porque no tiene a nadie que pueda cuidarlo.

Actualmente Jonathan estudia sexto grado en una escuela de Inglewood, donde ha demostrado su voluntad de superación a través de excelentes calificaciones y una conducta ejemplar, refirió Cabrera.

“Habla inglés muy fluido, se sabe el juramento a la bandera y ruega porque le permitan crecer al lado de su madre, una mujer trabajadora que día a día busca el sustento para su hogar”, agregó el presidente de la coalición.

La búsqueda de apoyo ha trascendido los límites de California y se ha convertido en una lucha nacional.

Incluso, hizo que otro niño, Mario Cajas, de 11 años, se uniera a la campaña de recaudación de firmas a favor de la permanencia de Jonathan en EEUU, que comenzará el próximo 6 de agosto.

“Un día prendí el televisor y vi a Oswaldo ayudando al caso del niño Jonathan y me puse a pensar ‘si él puede hacer eso, yo también lo puedo ayudar’. Anoté el número y lo llamé y le pregunté si podía ser uno de sus ayudantes”, dijo Mario, quien reside con su madre en Nueva Jersey y ahora es coordinador de la coalición.

Al igual que Jonathan, Mario viajó a EEUU, desde su natal Ecuador, cuando tenía cinco años, junto a un grupo de vecinos, para encontrarse con su madre, de quien se había separado cuando tenía ocho meses de edad y había quedado al cuidado de sus abuelos.

“Hemos tenido mucho respaldo, pero necesitamos más. Seguimos buscando ayuda de la gente y ponemos a disposición de quien quiera darla, a través de su firma o una carta, el teléfono (310) 722-5480 y el P.O. BOX 61647. Los Angeles, California, 90061”, finalizó Cabrera. VN

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