ORDENACIÓN DE 19 DIÁCONOS PARA LA ARQUIDIÓCESIS DE LOS ÁNGELES

El Arzobispo José H. Gomez posa con los nuevos diáconos permanentes y sus esposas, en la Catedral de Nuestra Señora de los Ángeles.

El Arzobispo José H. Gomez ordenó a 19 nuevos diáconos permanentes para la Arquidiócesis angelina en la Catedral de Nuestra Señora de los Ángeles. Restaurado en 1968 como un ministerio dentro de la Iglesia, el diácono es ordenado para servir al pueblo de Dios en comunión con el obispo y sus sacerdotes.

Los hombres casados recientemente ordenados completaron su formación teológica durante un período de cinco años, preparándose para servir en sus parroquias. El proceso de formación abarca áreas académicas, pastorales, humanas y espirituales.

En la Iglesia Católica, el diaconado es el primero de tres rangos en el Ministerio de ordenación. Los diáconos que se preparan para el sacerdocio son diáconos de transición, mientras que aquellos que no planean ser sacerdotes, a menudo son llamados diáconos permanentes. En ambos casos, el ministerio del diácono es el mismo. Hombres casados y solteros pueden ser ordenados diáconos permanentes, pero los solteros deben comprometerse al celibato para su ordenación.

Los miembros de la clase de formación del diaconado de St. Elizabeth Ann Seton de 2017 son: José Francisco y Debra Ann Siordia; Maselino y Makelita Alefosio; Carlos y Jessica Echeverry; Michael y Donna Flores; Glen y Rose Heffernan; Raymond Michael y Mary Theresa Jauregui; William y Candance Krueger; Gary y Kathleen Mallaley; Amante y María Christina Pulido; Gilbert y Fances Vargas; Felipe J. y Margaret Guzmán; Margarito y Rosario Barrios; Efraín y Dolores Calderón; Sergio y Arcelia Islas; Juan Luis y Sandra E. Quiju; Marvin Duvalier y María Julia Castillo; Pedro y Mary Chacón; Roger Danilo y María Elizabeth Gómez, y Ángel y Rosa Rodríguez.

La Misa de ordenación es una ceremonia sacramental en la que un hombre se convierte en un diácono permanente. El rito esencial del Sacramento tiene lugar durante la Colocación de las Manos, seguida de una oración especial de ordenación y la presentación del Libro de los Evangelios a cada uno de los recién ordenados como proclamadores, maestros y testigos del Evangelio. VN

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