OFRECEN LECCIONES DE NUTRICIÓN CONTRA EL HAMBRE Y OBESIDAD DE NIÑOS LATINOS

Washington.- Los niños latinos son los que pasan más hambre y los que sufren más altos índices de obesidad, una paradoja que el Gobierno y grupos cívicos intentan reparar con lecciones de cocina saludable y programas de asistencia alimentaria.

Por tercer año consecutivo, los niños latinos en EEUU fueron los que más hambre pasaron en 2009, un 38 por ciento de la población total, según datos publicados ayer por el Departamento de Agricultura.

Al mismo tiempo, encabezan los índices de obesidad infantil, ya que dos de cada cinco hispanos entre dos y 19 años padecen sobrepeso u obesidad, según un estudio del Consejo Nacional de la Raza de 2007 y 2008.

Sin embargo, sólo un 18 por ciento de padres latinos considera que sus hijos sufren de obesidad infantil y casi la mitad de latinos que podrían acceder a programas federales de asistencia alimentaria no optan por estas ayudas.

Para hacer visible este problema, decenas de familias latinas fueron convocadas hoy a un día de conferencias y demostraciones culinarias en el Centro Mary de Cuidado Infantil y Materno de Washington.

El encuentro fue organizado por el Consejo Nacional de la Raza en colaboración con el Departamento de Agricultura y la campaña contra la obesidad infantil “Lets Move”, de la Primera Dama Michelle Obama.

Como parte de las campañas nacionales de estas instituciones, la directora ejecutiva de “Lets Move”, Robin Schepper, la presidenta de la Raza, Janet Murguía, y Linda Pino, del Departamento de Agricultura, compartieron con madres latinas un desayuno de frutas variadas y quesadillas con salsa preparadas junto a ellas por cocineros.

Además de atender a charlas sobre nutrición y recibir información sobre cómo solicitar ayudas para sus familias, las madres pudieron recoger recetas fáciles como un batido con pocas calorías o una “ensalada de frutas rápida”.

Una de las participantes del programa, Rosa Bruno, madre de dos niños que llegó a Washington de Honduras hace tres años, reconoció a Efe que “necesita aprender a cómo alimentar a sus hijos sin engordarlos”, pero también “tiempo” para cocinar.

Para Linda Pino, del Departamento de Agricultura, esos problemas diarios se agravan y se convierten en “crisis” cuando se analizan las estadísticas sobre hambre y obesidad entre latinos.

“La familia latina como muchas otras familias que están en la pobreza tienen que lidiar cada día con el esfuerzo de cómo poner comida en la mesa, a la misma vez de cómo poner comida nutrición alta”, explicó a Efe.

Además de la falta de ingresos y de tiempo para comprar y cocinar alimentos saludables, la paradoja del hambre y la obesidad se explica por la falta de acceso local en comunidades latinos que se han convertido en “desiertos alimentarios”, según dijo a Efe la presidenta de La Raza.

“Si la única opción para nuestras familias es comida rápida cada día, eso no va a ser saludable para nuestras familias. Tenemos que abogar por tener en cada comunidad un mercado local”, señaló Murguía.

Como ella, Schepper dijo que la campaña de la Primera Dama se ha puesto como meta impulsar más tiendas locales en más barrios y escuelas más cercas de los hogares para que las madres puedan comprar con más facilidad y los niños puedan andar o ir en bicicleta a los colegios.

Pero a corto plazo esas iniciativas “no son suficientes”, según Murguía, quien reconoció que esos desarrollos son “importantes” para el futuro pero hasta que esos mercados locales se abran es necesario una política para cambiar hábitos alimentarios y “poner comida en el plato”.

En ese sentido, Pino recordó que hay quince programas de asistencia alimentaria y solo uno de ellos exige tener la ciudadanía para ser elegible, las “estampillas de comida”, cupones que pueden conseguir familias con niveles bajos de renta.

Sin embargo, otros como los desayunos o almuerzos saludables son accesibles para toda la población, incluidos los inmigrantes, y pueden marcar “una gran diferencia en las vidas de cada día” de muchas familias latinas. VN

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