MÉDICOS CATÓLICOS: ESENCIA DE LA MEDICINA EXIGE DEFENDER VIDA HUMANA

El nuevo Presidente de la Federación Internacional de Asociaciones Médicas Católicas (FIAMC), José María Simón Castellví, recordó que desde sus orígenes hipocráticos, la esencia de la práctica médica exige respetar la vida de todo ser humano.

“NO SE PUEDEN UTILIZAR EUFEMISMOS como ‘interrupción voluntaria del embarazo’ o ‘muerte digna’, que enmascaran unas realidades sórdidas que muchos no quieren escuchar”, señaló el médico español al término del 22º Congreso de la FIAMC que reunió a delegados de 60 asociaciones médicas.

“Al margen del progreso y de los avances que hemos ido experimentando en los últimos años, no podemos olvidarnos de aquello que está bien y de aquello que está mal. Y a pesar de todo lo que se pueda decir, el médico y todo el sector sanitario no puede trabajar en contra de la vida humana”, añadió en su discurso de clausura. Simón afirmó que trabajará para que no se pierdan “los principios que han hecho del colectivo médico uno de los más respetados por nuestra sociedad”.

RECLAMAN SOLIDARIDAD DE FARMACÉUTICAS CON PAÍSES POBRES

Por otro lado, Simón Castellví se refirió a la pobreza en los países del hemisferio sur e indicó que en estos lugares “LA MEDICINA NO DEBER SER UN NEGOCIO”. En ese sentido, denunció que existen “instituciones y empresas relacionados con la medicina del privilegiado primer mundo que no se comprometen con el objetivo de luchar contra la pobreza en el mundo”.

“La industria farmacéutica de nuestro país no colabora absolutamente nada, ni facilita medicinas a estos países ni las ha suministrado a este Congreso Mundial para que pudiéramos enviarlas a regiones sumidas en la pobreza y cuyos habitantes las precisan con urgencia”, expresó.

Aclaró que no están contra la industria, ni contra la empresa o sus beneficios legítimos, “pero reclamamos que la industria farmacéutica tenga en cuenta la realidad mundial de la pobreza y ACTÚE DE MANERA SOLIDARIA aunque esto no le aporte un beneficio económico”, concluyó.

El evento tuvo por lema “La pobreza en la era de la globalización” y tuvo entre sus asistentes al Presidente del Consejo Pontificio Justicia y Paz, Cardenal Renato Martino, que lamentó que en la actualidad sólo cinco países europeos (Dinamarca, Países Bajos, Luxemburgo, Noruega y Suecia), cumplan con el compromiso de DEDICAR EL 0,7 POR CIENTO DE SU PIB en ayudas a naciones pobres.

El Purpurado señaló días atrás que “los compromisos están para ser cumplidos”, y cuando se adquieren con los más pobres se convierten en “UNA OBLIGACIÓN MORAL GRAVE”.

Por su parte, el Arzobispo de Barcelona, Mons. Lluís Martínez Sistach, dijo que el mundo contemporáneo sufre la injusticia de “la mala distribución de los bienes y servicios DESTINADOS ORIGINARIAMENTE A TODOS”. VN

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