LATINOS CON SIDA RECIBEN APOYO DE ORGANIZACIÓN NO LUCRATIVA

‘Bienestar Human Services’ brinda servicios a la comunidad gay y transgénero, que incluye grupos de apoyo, consejería de salud mental y educación sobre prevención y tratamiento del VIH

Cuando Francisco Bistrain, de 38 años de edad, recibió la noticia que había sido infectado con el virus VIH por su ex-pareja, la primera idea que le vino a la mente fue tirarse en el riel del metro que usualmente tomaba para llegar a su casa.

Pero una llamada telefónica cambió el curso de sus pensamientos y de su vida.

“Al otro lado de la línea estaba mamá”, dijo a VIDA NUEVA. Era su amiga cercana que junto con su esposo lo habían acogido como a su propio hijo cuando él recién había llegado a Los Ángeles desde su natal México hace más de 20 años.

“Ella me dio mucha esperanza diciéndome que el tratamiento para el VIH había avanzado de tal forma que ya casi nadie se muere de esa enfermedad”.

Aunque él ya tenía algún conocimiento de los síntomas, no fue hasta ser diagnosticado hace ocho años que Bistrain buscó más información sobre este mal que afecta a un alto porcentaje de latinos en Estados Unidos.

En 2009, casi el 20 por ciento de nuevos casos infectados con el VIH en el país fueron diagnosticados entre latinos, según el Centro de Control y Prevención de Enfermedades del Departamento de Salud y Servicios Humanos.

La agencia federal reportó que aunque los números han bajado desde 2006, todavía existen desafíos para la prevención, especialmente riesgos en el comportamiento sexual generados en parte por factores socio-económicos y culturales y escasez de educación.

En su búsqueda, Bistrain supo de la existencia de Bienestar Human Services (Servicios Humanos Bienestar), una organización no lucrativa con sede en Los Ángeles que ofrece servicios a la comunidad de lesbianas, gays y transgéneros latinos, incluyendo grupos de apoyo, servicios sociales, consejería de salud mental y servicios de prevención y tratamiento del VIH.

En el camino, él se dio cuenta que pese a ser miembro de la Iglesia Santa Clara en Santa Clarita por más de 10 años, había estado viviendo una doble vida y era el momento de “ser honesto” con los demás miembros de la parroquia.

Hace cuatro años comenzó a compartir su testimonio, que incluye abuso sexual en su infancia que inició cuando él tenía seis años de edad.

Hablar de su vida privada en público “fue un momento de liberación”, comentó Bistrain. Aunque también fue un momento triste para su madre y sus hermanos que ignoraban este aspecto de su vida. Para satisfacer a su familia, se había casado y el matrimonio duró siete años.

Desde el día que reveló públicamente su verdadera identidad, Bistrain se involucró más activamente en su iglesia y el próximo junio recibirá su diploma en teología espiritual de la Oficina Diocesana de Educación Religiosa. Además, sirve como ministro eucarístico en su parroquia; es sacristán voluntario y miembro activo de un grupo de oración del Movimiento de Renovación Carismática.

‘TODAVÍA HAY MUCHO PREJUICIO’

Bistrain está entre los pocos afectados por la enfermedad viral que trabajan para romper barreras y educar a la comunidad eclesial. Defensores y educadores dicen que todavía falta mucho por hacer pese a los avances en el tratamiento médico y divulgación de los aspectos educativos de la enfermedad.

“Todavía hay mucho prejuicio”, dijo Leslie Frias, defensora y asesora de salud de Bienestar y facilitadora de Transgéneros Unidos, un grupo de apoyo semanal donde los transgéneros (en su mayoría de habla hispana) comparten sus experiencias personales y aprenden sobre sus derechos migratorios y laborales, y sobre el funcionamiento del sistema de salud para los afectados con VIH/SIDA.

“Tampoco hay muchas opciones de trabajo para ellos, así que en varias ocasiones el trabajo sexual es la única salida”, dijo Frias.

Recientemente, varios participantes en una reunión del grupo compartieron como la mayoría de ellos siempre ha sentido que dentro “de su cuerpo de niño vivía una niña”, y como sufrieron rechazo y abuso toda su vida en el ambiente familiar, en la escuela e iglesias. La gran mayoría reside en Estados Unidos con estatus de asilo debido a la persecución y abuso sufrido en sus países de origen. Sin embargo, admitieron que también deben ser más pro-activos en su involucramiento en distintas actividades comunitarias y en la educación de los demás.

“Nosotros también tenemos que poner más de nuestra parte”, dijo Victoria Ruiz, educadora de Bienestar y editora de la revista Adelante.com

“Pero”, agregó, “ya no somos invisibles; poco a poco estamos ganando un lugar en la sociedad a través de la educación. También hay personas con buen corazón que están dispuestas a escucharnos”.

Bienestar se estableció inicialmente con el objetivo de abordar las necesidades de la comunidad latina afectada por la enfermedad, por lo que ahora también está abocada en crear conciencia sobre la necesidad del apoyo público y desarrollar una programación alrededor de la prevención y educación del VIH/SIDA.

Entre otros de sus programas educativos y de apoyo se incluyen Decisiones Positivas y Caminando Juntos, para lesbianas y gays afectados por el VIH y el Programa de Sabores Juveniles (para jóvenes de 14 a 24 años de edad).

La organización está asociada con otras entidades, incluidos los Ministerios de VIH/SIDA y de Lesbianas y Gays Católicos, ambos creados por la Arquidiócesis de Los Ángeles hace más de 20 años. Su director espiritual es el Padre Chris Ponnet.

La colaboración entre las oficinas incluye un servicio anual ecuménico en la Iglesia Nuestra Señora de Ángeles (La Placita) en ocasión del Día Mundial del SIDA (este año se celebró el pasado 1 de diciembre), y una serie de retiros espirituales para aquellos afectados por la enfermedad que tienen dificultades con su fe y espiritualidad.

“Nuestra colaboración es un fuerte testimonio de la importancia del trabajo conjunto de las comunidades basadas en la fe y organizaciones de servicio para abordar las necesidades de aquellos que confrontan esta epidemia”, dijo Oscar De la O, presidente y director ejecutivo de Bienestar.

En su presentación del 1 de diciembre, el Padre Ponnet reconoció la necesidad de elevar la educación y defensa para “mantener viva la memoria de millones que han muerto y millones que siguen infectados y afectados por la enfermedad”.

Dijo que aunque hay esperanza en la elevada disponibilidad de tratamiento médico, “es claro que es necesario hacer más y hay que mantener la presión sobre las compañías y naciones para financiar el desarrollo de investigaciones y tratamientos”. VN

MÁS INFORMACIÓN

• Ministerio VIH/SIDA: www.la-archdiocese.org/org/hiv

• Ministerio de Lesbianas y Gays Católicos: www.la-archdiocese.org/org/mlgc, o llamar al (323) 225-4461, extensión 221.

• Bienestar Human Services: www.bienestar.org, o llamar al (323) 727-7896.

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