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LA LECCIÓN DEL SIGLO

Escuela primaria St. Mary cumple cien años enseñando a nuestros niños en Boyle Heights en la ciudad de Los Angeles

Durante cien años, la escuela primaria de St. Mary en Boyle Heights ha formado a generaciones de hispanos quienes en estos días celebran las memorias pasadas y los retos futuros en la educación de sus hijos. Ubicada en Boyle Heights, toda la comunidad católica del vecindario angelino se encuentra celebrando los cien años del plantel. Antiguos estudiantes, maestros, familiares y religiosos se han unido a la celebración de St. Mary.

Para conocer más del trabajo y la historia de la escuela, Vida Nueva conversó con la hermana salesiana Josephine Ochoa, FMA, directora del centro desde el año 2002.

Entre recesos y ensayos del coro infantil de la iglesia, finalmente pudimos entablar el diálogo con la religiosa Ochoa, quien nos expresó el entusiasmo que reina entre toda la gran familia de St. Mary.

“El pasado mes de diciembre, la escuela celebró su centenario en la Catedral de Los Angeles, con una misa auspiciada por el Obispo de la Región de San Gabriel, Gabino Zavala. La escuela sirve a estudiantes en los grados kindergarten hasta el octavo. El centro se estableció como colegio católico en 1907, como parte de la parroquia de Santa María”, explicó la directora.

“Muchas alumnos han pasado por esta escuela durante todos estos años, algunos de ellos se han hecho figuras públicas importantes, como la congresista Lucille Roybal-Allard, quien además participó en el acto de celebración de nuestro centenario en la Catedral”, continuó la hermana.

Según comentó la religiosa, la escuela cuenta actualmente con una matrícula de 270 estudiantes, de ellos el 99% son latinos. “Ha sido un fenómeno paulatino, en los años 60 todos eran anglosajones, solamente había un estudiante latino. Después cambió la demografía del vecindario y ahora la mayoría son hispanos. Los maestros son laicos aunque tenemos 6 religiosas, de ellas solamente 4 vinculados directamente a la parte académica del colegio.

“Todos nuestros educadores forman parte de la Asociación Nacional de Educación Católica. De acuerdo a la filosofía y la misión de la escuela, nuestro currículo busca formar a los alumnos dentro de los valores espirituales, morales, físicos, e intelectuales de nuestra sociedad.

“Considerando que la mayoría de nuestros estudiantes son latinos, celebramos con mucho gusto nuestro origen hispano, recalcamos nuestras fiestas patrias, y especialmente en septiembre nos lucimos. La mayor parte de los niños son mexicanos-americanos, muchos provenientes de una tercera o cuarta generación de mexicanos. Los padres hacen grandes esfuerzos por mantener en sus hijos las raíces hispanas y en la escuela los apoyamos”, apuntó Josephine Ochoa.

Una de las prioridades de St. Mary es contribuir al desarrollo de la comunidad donde se encuentra ubicada. “Nuestros alumnos están muy vinculados con Boyle Heights –explica la directora– Los niños más grandes hacen 40 horas de servicio comunitario, ayudan en el Hollenbeck Park, hacen esfuerzos para mejorar el barrio, ayudan a los desamparados y hacen colectas de dinero para ayudar a los pobres. Nuestra parroquia tiene el programa Pan de Vida y los estudiantes de grados superiores trabajan con la hermana encargada de este proyecto, repartiendo comida y ropa. También ayudan a los niños más pequeños con la lectura. Todas estas actividades son voluntarias y las realizan después que terminan las clases.

“La filosofía de la escuela es formar al niño académicamente pero también prepararlo para su vida futura –apuntó la educadora–. Nos preocupamos por formar ciudadanos honestos, responsables, que logren sus sueños, se destaquen y contribuyan a la sociedad, especialmente en Boyle Heights. Al mismo tiempo le damos las bases de una educación católica, les enseñamos a rezar, a estudiar la Biblia, etc.”.

UNA EDUCACION BASADA EN LOS VALORES FAMILIARES

Según explicó la directora del plantel, muchas familias han asistido a esta escuela por generaciones. “Esta escuela se caracteriza por su tradición familiar. Muchos de los padres y abuelos de nuestros estudiantes actuales se graduaron en St. Mary. Esto contribuye a un sentimiento de tradición familiar muy fuerte. Incluso, muchas veces los padres se mudan de esta zona y siguen trayendo a sus hijos. Tenemos estudiantes que provienen de 65 parroquias, muchos de ellos viven en Fontana, West Covina, Hacienda Heights, Pico Rivera, Pomona, Monterey Park, etc. A los padres les atrae el programa de materias del colegio, pero también la disciplina y el espíritu salesiano de alegría, no regañamos o castigamos, simplemente formamos y preparamos a los niños para un mejor futuro.

“La familia es una factor importante para el desarrollo de los estudiantes y el buen funcionamiento de la escuela. Tenemos actividades para que los padres convivan con la religión y con sus hijos, aprendan más de la Iglesia Católica y sean buenos católicos. Nuestros padres son muy dedicados y trabajan mucho para el colegio. Quieren involucrarse, siempre están ayudando y en general se mantienen muy activos. Nosotros nos consideramos toda una familia. La escuela está ubicada en un barrio predominantemente hispano pero las familias son también americanas. Es una mezcla de culturas muy bonita”, agregó la Hermana Josephine Ochoa.

CIEN AÑOS DEDICADOS A LA EDUCACIÓN DE LA COMUNIDAD

La escuela St. Mary fue la tercera escuela parroquial establecida en Los Angeles. El edificio fue primeramente construido bajo la dirección del Reverendo Joseph Barron, quien fue el segundo pastor de la parroquia.

Debido a las dificultades que tuvieron para encontrar una comunidad religiosa para la escuela, el edificio estuvo vacante por dos años. En 1907 Las Hermanas del Holy Names respondieron al pedido del Obispo Thomas Conato y la escuela se abrió para alumnos de primero al octavo grado. Un total de 171 estudiantes participaron en la solemne ceremonia de dedicación de la escuela en enero de 1908.

En 1912, se estableció un programa de negocios de dos años de duración para las alumnas del colegio. El currículum incluía clases de mecanografía, taquigrafía, manejo de oficina y contaduría. Estas clases mantuvieron excelentes niveles y preparó exitosamente a muchas niñas para desarrollar carreras en el mundo de los negocios. En 1940 estos cursos fueron remplazados por el grado noveno para niños y niñas, con clases de religión, inglés, historia, álgebra y español.

En septiembre de 1940 el edificio fue comprado con la ayuda proveniente del Cardinal McIntyre School Fund. En 1968 los Padres Salesianos de San Juan Bosco asumieron la dirección del plantel. Durante todos estos años, la composición demográfica de Boyle Heights cambió, el otrora vecindario anglosajón de clase media se convirtió en un barrio hispano de menores ingresos.

En junio de 1922, debido a que el número de maestras hermanas del Holy Names había disminuido considerablemente, las Hermanas Salesianas asumieron la administración del plantel. Desde entonces, las Hermanas Salesianas han incrementado la matrícula de estudiantes en la escuela y agregaron un aula de pre-kindergarten, un laboratorio de computación, un aula de Ciencias y una biblioteca.

Antes de concluir, la Hermana Josephine Ochoa, reafirmó su compromiso con la comunidad religiosa de Boyle Heights y con todas las personas que han formado parte de la trayectoria de la escuela. “A través de su historia, St. Mary ha creado una comunidad de fe y espíritu familiar entre sus maestros, estudiantes de varias generaciones, padres y amigos. Con la ayuda de Dios, tenemos la esperanza de continuar haciendo este trabajo”. VN

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