JOHN OLIVAS, UN ASTRONAUTA ORGULLOSO DE SU HISPANIDAD

Una vez confirmado el retorno de los transbordadores con el éxito hoy de la misión del “Discovery”, John “Danny” Olivas espera ahora convertirse en uno de los pocos privilegiados en realizar una caminata espacial.

Para Olivas, cuyos abuelos llegaron desde Chihuahua, México, a comienzos de siglo, esa experiencia constituirá una “demostración de que nosotros los hispanos también podemos aportar nuestro grano de arena a la exploración espacial”.

Olivas, de 40 años, será uno de los dos astronautas del transbordador “Atlantis” que en febrero del próximo año realicen una serie de caminatas en la continuación de los trabajos para completar la construcción de la Estación Espacial Internacional (EEI).

Especialista de la NASA desde 1998, Olivas recogerá en esa tarea algunos de los paneles solares de la EEI y completará las conexiones de los sistemas de energía del complejo que orbita la Tierra a unos 400 kilómetros de altura.

La seguridad de los vuelos en los transbordadores ha estado en entredicho luego que el “Columbia” se desintegrara tras regresar de una misión científica el 1 de febrero de 2003. En esa tragedia perecieron sus siete tripulantes.

Pero Olivas, padre de cinco hijos que se estrena para las actividades extravehiculares (EVA) desde 2002, dijo que está consciente de esos problemas y también convencido de sus objetivos.

“Cuando venimos a este trabajo sabemos que es peligroso. Su objetivo es más grande que una persona. Lo que hacemos es por toda la gente del mundo y si me preguntas si vale la pena yo te digo que sí”, afirma.

Pero para Olivas, su experiencia no será solo para cumplir una tarea, sino para reafirmar la aportación de los hispanos en este país.

“Represento muchas cosas, a mi familia, a mis raíces y quiero hacer cosas que les hagan sentirse orgullosos. Me enorgullezco de mis raíces latinas. Sé que no soy ni mejor ni peor que cualquier otra persona, por tanto, si yo puedo hacer (la caminata espacial) otros lo pueden hacer” asegura.

“Creo que los hispanos estamos trabajando mucho en este país. Somos diligentes y parte del motor que le da vida”, según señala al referirse al problema de la inmigración ilegal en EEUU y que ha dividido al país entre aquellos que buscan convertir en delincuentes a los indocumentados y los que promueven la naturalización de al menos parte de ellos.

“Es normal que (los inmigrantes) queramos ser parte también de la exploración espacial. El futuro será construido por mucha gente. Nosotros (los hispanos) también tenemos nuestro espacio allí”, según dice.

Olivas, ingeniero mecánico licenciado de la Universidad de Texas, relata que recibió la inspiración para convertirse en astronauta de su padre, quien fabricó para la NASA una pequeña parte de una de las naves que integró la flotilla de las cápsulas Apolo en el decenio de 1970.

“Estando de vacaciones mi padre me mostró la parte en la que había trabajado. Fue en ese momento en que me di cuenta que el vuelo espacial no es algo que hacen siete astronautas metidos en un transbordador.

“Se trata de una tarea en la que participan miles de personas y yo quise ser uno de los que iba a aportar su grano de arena”, señala.

Olivas aclara que más que la aventura, la exploración espacial es una necesidad del hombre que debe seguir adelante en su afán de conquista.

“Nosotros en la NASA somos la mirada del Gobierno hacia el futuro. Y nuestra fortaleza proviene de la esperanza que han puesto en nosotros.

“Estamos mirando hacia ese futuro, hacia la Luna, hacia Marte. Los seres humanos hemos hecho grandes cosas en el pasado y las seguiremos haciendo en el futuro.

“En esta tarea hay grandes oportunidades y también muchísimos beneficios. En última instancia, todos los aspectos de la exploración volverán como progreso al contribuyente, que es el que paga por nuestro trabajo”, según manifiesta. VN

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