<!--:es-->JERSEY VARGAS SE CONVIERTE EN LA VOZ DE LOS HIJOS DE INDOCUMENTADOS<!--:-->

JERSEY VARGAS SE CONVIERTE EN LA VOZ DE LOS HIJOS DE INDOCUMENTADOS

Su encuentro con el Papa Francisco y el apoyo de la comunidad dieron frutos; su padre fue liberado y la familia otra vez está unida

La foto de Jersey Vargas, con un gorrito blanco y un abrigo rosado, suplicándole al Papa Francisco que intercediera para que no le deporten a su papá, circuló recientemente por el mundo. Ahora la misma pequeña vuelve a ser noticia. A su regreso de la visita al Papa Francisco en Roma se rencontró con su padre Mario Vargas- López, recién liberado de un Centro de detención de inmigración en el estado de Luisiana. En el Aeropuerto Internacional de Los Ángeles padre e hija se unieron en un largo abrazo y con el rostro bañado en lágrimas no necesitaron palabras para expresarse lo mucho que se querían y cuánto se habían extrañado. El momento fue emocionante; después de dos años Mario volvía a ver a sus cinco hijos y a su esposa Lola.

“¡Gracias Papa Francisco por hablar con el presiente Obama! Me da mucho gusto volver a tener a mi papá. Cada noche soñaba con él, que estábamos todos juntos en la casa”, decía Jersey con voz entrecortada por el llanto mientras se abrazaba fuertemente al cuello de su progenitor. “Yo creo que fue un milagro, porque si yo no hubiera hablado con el Papa esto no hubiera pasado tan rápido”.

En tanto que Mario, visiblemente conmovido por el rencuentro dijo que jamás pensó que su pequeña pudiera llegar tan lejos. “No tengo palabras para describir lo que hizo mi hija por mí”, y agregó que todavía falta mucho por hacer, como conseguir empleo y que su familia pueda estabilizarse.
Mientras que su esposa Lola agradeció a todos lo que hicieron posible este viaje a Roma. “Lo que antes era una pesadilla ahora es un hermoso sueño”, dijo. “Esperamos que Dios no permita que volvamos a separarnos porque Él puso a las personas justas para ayudarnos”.

A la distancia, Lola fue un importante aliciente para su marido, ya que él a menudo se sentía muy deprimido en la prisión. Sólo podía comunicarse con su familia una vez al mes, y a veces ni eso. Mario pensaba que Dios se había olvidado de él. “No”, le decía Lola, “la Virgen y Dios nunca te van a dejar”.

La historia de Jersey Vargas -ahora noticia internacional- comenzó el pasado 9 de enero en la Catedral de Nuestra Señora de los Ángeles, cuando la niña leyó en voz firme una carta que le había escrito al Papa Francisco. En la misiva le suplicaba que hablara con el presidente Obama para que no deportaran a su papá detenido por no poseer una licencia de conducir debido a su situación migratoria. Ese mismo día ella cumplía 10 años, y su abuelo paterno en México acaba de fallecer. Desde ese momento también la vida de Jersey cambiaría para siempre.

“Ya que estás más cerca de Dios, te ruego que ayudes a mi familia. Ha pasado mucho tiempo desde que él [su padre] no ha estado conmigo, ya en dos cumpleaños… Espero que por favor puedas hacer algo por las familias que están viviendo la misma situación”, recitaba algunas líneas de la carta.

Después de eso vino el viaje al Vaticano con miembros de la “Coalición derechos plenos para los inmigrantes”, la cual coordinó esta visita a Roma. Armados de esperanza y de una carta del Arzobispo José H. Gomez que pedía se le concediera al grupo audiencia con su Santidad, dieciséis miembros del grupo, incluida Jersey, partieron a cumplir su misión. El apoyo de la máxima autoridad de la Arquidiócesis de Los Ángeles les dio el privilegio de estar entre las 200 personas que pueden situarse más cerca del Papa, explicó Juan José Gutiérrez, presidente de “VAMOS UNIDOS USA”, Y MIEMBRO DE ESTA COALICIÓN.

‘¡PAPA MIGRANTE TU AYUDA ES IMPORTANTE!’

La mañana del miércoles 26 de marzo bajo una lluvia intermitente, la pequeña Jersey llegó a la Basílica de San Pedro junto a los miembros de la coalición. Tenían un boleto rojo que les permitió situarse más cerca del Sumo Pontífice. Aún así, con dificultad Jersey tuvo que abrirse camino hacia su Santidad y le entregó un pañuelo bordado por su mamá, con la imagen de dos pájaros y un nido. “Los dos pájaros simbolizan a mis padres y el nido mi hogar que estuvo destruido por la detención de mi padre”, explicó.

“Mi papá está sufriendo”, le dijo la pequeña al Santo Padre. “No es justo, y otros niños en Estados Unidos están sufriendo igual que yo”.

El pedido de auxilio de Jersey al Sumo Pontífice no fue solamente por su papá, sino por todos los padres indocumentados de más de cinco millones de niños ciudadanos estadounidenses que están sufriendo la misma separación que durante seis meses vivió su familia en carne propia.

La cercanía al Papa Francisco la emocionó hasta las lágrimas, y entonces él le acarició el rostro, le dio un beso en la frente y su bendición, y ahí mismo le prometió que en su reunión con Barack Obama al día siguiente presentaría el tema de la reforma migratoria. Y su Santidad agregó: “Algo se hará por la reforma migratoria”, relató Gutiérrez, quien fue uno de los testigos de este histórico encuentro.

“Mientras tanto los miembros de la coalición clamábamos la consigna: ‘¡Papa migrante tu ayuda es importante!’, y dos de nosotros también levantamos la voz diciendo: ‘¡Necesitamos ayuda para detener las deportaciones!’, ‘¡Necesitamos ayuda para una reforma migratoria!’, y el Papa nos saludó y posteriormente nos dio una bendición colectiva, como diciendo ‘he registrado su pedido’. Entonces abrazamos a Jersey, sumamente conmovidos. Ella lloraba de alegría, y al verla muchos de los presentes compartieron el llanto”, recordó Gutiérrez.

Al siguiente día, su Santidad se reunió con el Presidente Obama en Roma, tal como estaba previsto.

“En la agenda de los dos líderes se añadió el tema de la reforma migratoria que hasta el momento no estaba incluido”, dijo Gutiérrez, y agregó que la reunión inicialmente estaba planeada para durar 15 minutos, y terminó prologándose cerca de una hora.

A los pocos días el padre de Jersey no sólo fue liberado, sino que asimismo el drama de la separación familiar a consecuencia de las deportaciones se revitalizó, y adquirió un nuevo rostro: el rostro de Jersey representando a millones de niños nacidos en Estados Unidos, hijos de indocumentados.

Por meses el caso de Mario Vargas-López parecía olvidado en las Cortes de Inmigración. Su esposa Lola en entrevista exclusiva con Vida Nueva el pasado mes de enero había comentado con angustia: “Necesito que alguien nos escuche y nos diga qué hacer con el caso de mi esposo. Hace como un mes que no tenemos noticias suyas”.

Según el abogado, Alex Gálvez, su cliente lleva más de 10 años en el país, tiene buena conducta y tres hijos estadounidenses, entre ellos Jersey.
Para lograr su liberación se tuvo que pagar una fianza de $5 mil que se juntó a través de donaciones. Hay posibilidades de que Mario Vargas consiga un permiso de trabajo mientras su caso se esté ventilando en los tribunales de inmigración. El abogado Gálvez se comprometió a buscar esa protección para su cliente.

‘…EL PAPEL DE LA IGLESIA CATÓLICA POR LOGRAR UNA REFORMA MIGRATORIA ES FUNDAMENTAL…’

“Queremos darle un profundo agradecimiento al Papa Francisco, al Vaticano y a la Arquidiócesis de Los Ángeles. Fue extraordinario el papel que jugó el Arzobispo Gomez al facilitarnos una posición privilegiada en la Plaza de la Basílica de San Pedro, donde asistieron más de 60 mil almas y estuvimos entre los 200 que pudimos compartir con el Papa. Sin duda el papel de la Iglesia Católica por lograr una Reforma Migratoria es fundamental y hay un gran compromiso”, puntualizó Gutiérrez.

“Al día siguiente de la reunión, el propio presidente emitió un comunicado de prensa donde indicaba que entre los temas que se hablaron estuvo la Reforma Migratoria. Y en la conferencia de prensa posterior al encuentro, el presidente dedicó bastante tiempo hablando de ella. Dijo que él compartió con el Santo Padre ideas de como pudiéramos este año desatorar la Reforma en la Cámara Baja para que se convierta en una realidad”.

Cuando le preguntamos a Gutiérrez por qué fue Jersey la elegida para ir a Roma, entre otros menores, éste respondió: “A pesar de contar con sólo 10 años de edad, ella demostró tener una asombrosa capacidad y un don especial para expresarse públicamente en forma segura, clara y precisa. Cuando le tocaba hablar con el Papa estábamos seguros que su mensaje sería el adecuado”.

En los días que estuvieron en el Vaticano, todos quedaron asombrados de la capacidad de trabajo de la pequeña. “Trabajó a la par o más que los adultos”, comentó Gutiérrez. “A partir de su histórico encuentro con el Papa, los medios de comunicación de todo el mundo querían hablar con Jersey, y ella estuvo disponible por horas y horas sin descanso”.

Su esfuerzo tuvo resultados. Cuando partió a Roma su papá estaba encerrado en un centro de detención, y al regresar salía en libertad y pudieron reunificarse.

Ella ahora es ejemplo de cómo se debe luchar cuando se tiene fe. VN

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