
INTERPRETACIÓN INDÍGENA DE LA IMAGEN DE NUESTRA SEÑORA DE GUADALUPE
Es una breve síntesis de algunos de los datos que nos ayudan a entender el significado que los indígenas le dieron a la imagen de la Virgen de Guadalupe
Los pueblos mesoamericanos trasmitían la memoria de su historia de generación en generación por medio de poemas y cantos, que al ser trascritos mediante figuras y símbolos en papel amate o en pieles formaban los llamados códices. Los expertos coinciden en que la Virgen de Guadalupe quiso mostrarse a los antiguos pueblos indígenas con un atuendo lleno de símbolos (a manera de códice) que los habitantes de estas tierras pudieron entender fácilmente.
Para que desde nuestra visión moderna podamos comprender la profundidad del mensaje contenido en la imagen Guadalupana, es necesario conocer el significado básico de los símbolos presentes en la Santa Imagen según estas culturas indígenas.
ALGUNOS ELEMENTOS DE DESCRIPCIÓN DE LA IMAGEN DE LA VIRGEN DE GUADALUPE
La estatura de la Virgen en el ayate es de 143 centímetros y representa a una joven cuya edad aproximada es de 18 a 20 años.
Su rostro es moreno, ovalado y en actitud de profunda oración. Su semblante es dulce, fresco, amable, refleja amor y ternura, además de una gran fortaleza.
Sus manos están juntas en señal del recogimiento de la Virgen en profunda oración. La derecha es más blanca y estilizada, la izquierda es morena y más llena, podrían simbolizar la unión de dos razas distintas.
Lleva el cabello suelto, lo que entre los aztecas era señal de una mujer glorificada con un hijo en el vientre.
Está embarazada. Su gravidez se constata por la forma aumentada del abdomen, donde se destaca una mayor prominencia vertical que trasversal, corresponde a un embarazo casi en su última etapa.
La flor de cuatro pétalos o Nahui Ollin: es el símbolo principal en la imagen de la Virgen, es el máximo símbolo náhuatl y representa la presencia de Dios, la plenitud, el centro del espacio y del tiempo. En la imagen presenta a la Virgen de Guadalupe como la Madre de Dios y marca el lugar donde se encuentra Nuestro Señor
EL SECRETO DE SUS OJOS PRIMEROS DESCUBRIMIENTOS
Desde principios del siglo XX diversos investigadores, fotógrafos y oftalmólogos han afirmado haber descubierto en los ojos de la Virgen de Guadalupe el reflejo de figuras que parecieran corresponder a siluetas humanas.
Alfonso Marcué, fotógrafo oficial de la antigua Basílica de Guadalupe en la ciudad de México, descubrió en 1929 lo que parecía la imagen de un hombre barbado reflejada en el ojo derecho de la Virgen.
En 1951, José Carlos Salinas Chávez, dibujante, descubrió la misma imagen mientras observaba con una lupa una fotografía de la Virgen de Guadalupe. La vio reflejada también en el ojo izquierdo, en la misma ubicación en donde se proyectaría en un ojo vivo.
LAS ESTRELLAS DEL MANTO DE LA VIRGEN
EL DÍA DEL MILAGRO
El martes 12 de diciembre de 1531 ocurrió la aparición de la Santa Imagen de la Virgen de Guadalupe en el ayate de Juan Diego. La mañana de ese mismo día tuvo lugar el solsticio de invierno, que para las culturas prehispánicas significaba: el Sol moribundo que vuelve a cobrar vigor, el nacimiento del nuevo Sol, el retorno de la vida. Ya que el solstico de invierno es el punto en el cual la Tierra, en su recorrido en torno al Sol, da un cambio de dirección en su órbita y comienza a acercarse al astro rey. Con este cambio de dirección se tiene la impresión de que el Sol va recobrando su fuerza y que el invierno va debilitándose.
Para los indígenas el solsticio de invierno era el día más importante en su calendario religioso, era el día en que el Sol vence a las tinieblas y surge victorioso. Por esto no es casual que precisamente en ese día la Virgen de Guadalupe haya presentado a su Hijo Jesús a los pueblos indígenas porque así ellos pudieron comprender que Ella traía en su seno al Dios verdadero.
¿QUÉ HAY EN EL MANTO DE LA VIRGEN DE GUADALUPE?
De acuerdo con el doctor Juan Homero Hernández Illescas se comprueba, con admirable exactitud, que en el manto de la Virgen de Guadalupe está reproducido el cielo del momento de la aparición: la mañana del solsticio de invierno de 1531.
En el manto están representadas las estrellas más brillantes de las principales constelaciones visibles desde el Valle del Anáhuac aquella madrugada del 12 de diciembre de 1531. Allí están las constelaciones completas. Las estrellas se encuentran agrupadas como en la realidad. Deslumbrantes testimonian la grandeza del milagro.
LAS CONSTELACIONES DEL MANTO
LADO IZQUIERDO DE LA VIRGEN
En el lado izquierdo del manto de la Virgen (a nuestra derecha porque la vemos de frente) se encuentran “comprimidas” las constelaciones del sur:
Cuatro estrellas que forman parte de la constelación de Ofiuco (Ophiucus).
Abajo se observa Libra y a la derecha, la que parece una punta de flecha corresponde al inicio de Escorpión (Scorpius).
Intermedias con la porción inferior, se pueden señalar dos de la constelación de Lobo (Lupus) y el extremo de Hidra (Hydra).
Hacia abajo se evidencia la Cruz del Sur (Crux) sin ninguna duda, y a su izquierda aparece el cuadrado ligeramente inclinado de la constelación de Centauro (Centaurus).
En la parte inferior, solitaria, resplandece Sirio.
LADO DERECHO DE LA VIRGEN
En el lado derecho del manto de la Virgen se muestran las constelaciones del norte:
En el hombro, un fragmento de las estrellas de la constelación de Boyero (Bootes), hacia abajo a la izquierda le sigue la constelación de la Osa Mayor (Ursa Maior) en forma de una sartén. La rodean: a la derecha arriba, la cabellera de Berenice (Coma Berenices), a la derecha abajo, Lebreles (Canes Venatici), a la izquierda Thuban, que es la estrella más brillante de la constelación de Dragón (Draco).
Por debajo de dos estrellas (que todavía forman parte de la Osa Mayor), se percibe otro par de estrellas de la constelación del Cochero (Auriga) y al oeste, hacia abajo, tres estrellas de Tauro (Taurus).
De esta manera, quedan identificadas en su totalidad y en su sitio, un poco comprimidas, las 46 estrellas más brillantes que rodean el horizonte del Valle de México.
CONCLUSIÓN
La extraordinaria distribución de las estrellas en el manto de la Virgen no puede ser producto del azar. Pues ninguna distribución al azar puede representar con exactitud y en su totalidad las constelaciones de estrellas de un momento determinado.
De hecho, un estudio iconográfico de 150 pinturas de la Virgen de Guadalupe de los siglos XVII y XVIII, realizado por el Dr. Hernández, no encontró ni una sola copia en la cual se pudieran reconocer las constelaciones presentes en la tilma de Juan Diego.
En opinión del Dr. Juan Homero Hernández Illescas, la Virgen de Guadalupe aparece completa en el firmamento para ofrecer, con su manto celestial, protección a todo el mundo.
(Con información tomada del libro: La Virgen de Guadalupe y Las Estrellas, Dr. Juan Homero Hernández Illescas, Pbro. Mario Rojas, Mons. Enrique Salazar, Centro de Estudios Guadalupanos.)
LA VIRGEN Y LA PROPORCIÓN DORADA
QUÉ ES LA PROPORCIÓN ÁUREA
La crítica artística afirma que una obra es bella y perfecta cuando encuentra en ella armonía entre el color, la línea, la luz y la composición, entre otros elementos.
Una de las formas más bellas para lograr esta armonía es por medio de la llamada proporción dorada o áurea. La imagen original de la Virgen de Guadalupe estampada en el ayate del indio Juan Diego cumple con esta perfección extraordinaria, de acuerdo con el análisis que de la tilma ha hecho el doctor Juan Homero Hernández Illescas.
La proporción dorada está formada por un cuadrado al que se le agrega un rectángulo, para formar un espacio donde el lado menor corresponde al mayor en una relación de 1 a 1.6181… denominada número áureo.
La proporción dorada se encuentra en todas las manifestaciones del arte desde Mesopotamia, Egipto, Grecia y Roma, hasta nuestros días. Se emplea en la escultura, la arquitectura, la pintura y se existe entre las diferentes partes del hombre, de los animales y de las plantas, actuales o fósiles. También aparece misteriosa en la música, la literatura (en especial en la poesía), en el microcosmos (en la forma en la que se agrupan los átomos) y en las galaxias, es decir, en el macrocosmos.
Es patrón universal e intemporal de perfección, equilibrio, balance, elegancia, delicadeza y belleza.
Al analizar la imagen original de la Virgen de Guadalupe encontramos el cuadrado de la proporción dorada. A partir de éste aparecen más cuadriláteros y rectángulos en toda la figura, así como formas verticales y horizontales simétricas.
De manera maravillosa, justo en el vientre de la Virgen Morena, se enmarca, con base en el teorema de Pitágoras y muchos otros símbolos derivados de la proporción áurea, el Nahui Ollín, la flor náhuatl de cuatro pétalos, que para las antiguas culturas mesoamericanas representaba la presencia de Dios, el centro del espacio y del tiempo. Con el Nahui Ollín en su vientre la Virgen de Guadalupe confirma a los indígenas que es la madre del Dios Verdadero, Jesucristo, que ella trae al Nuevo Mundo para darlo a conocer. Es precisamente la parte más importante del ayate de Juan Diego.
La Guadalupana es portadora de un mensaje cristocéntrico que los indígenas pudieron comprender inmediatamente, por eso se convierte en la primera y más importante evangelizadora de América.
(Con información tomada del libro: La Virgen de Guadalupe y la Proporción Dorada, Dr. Juan Homero Hernández Illescas, Centro de Estudios Guadalupanos.) VN
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