ES INMORAL SEPARAR A LOS NIÑOS DE SUS PADRES

ES INMORAL SEPARAR A LOS NIÑOS DE SUS PADRES

Por DR. J. ANTONIO MEDINA

La política migratoria de “cero tolerancia” que llevó a separar a niños muy pequeños de sus madres es una medida extremadamente dolorosa que no tiene fundamento moral. De acuerdo a la tradición de la Iglesia, las leyes que no tienen un fundamento moral deben cambiarse o al menos revisarse.

Proteger las fronteras es un derecho que la ley otorga a todos los países pero implementarla supone unos criterios éticos que están acordes con el uso de la razón y el adecuado ejercicio del poder.

No quiero en este pequeño espacio proponer mi opinión personal, sino señalar lo que el Magisterio vivo de la Iglesia afirma sobre este asunto. Los Obispos Católicos de Estados Unidos reunidos en su asamblea anual han dicho su palabra con contundencia, y quiero reseñar esas palabras para iluminar la reflexión de toda la Iglesia. Más adelante citaré la declaración del Presidente del Comité de Inmigración de la Conferencia de Obispos, pero primeramente cito las palabras de Daniel Cardinal DiNardo, Presidente de la Conferencia de Obispos de Estados Unidos:

“Las familias son el elemento fundamental de nuestra sociedad y deben permanecer unidas”,

“Si bien la protección de nuestras fronteras es importante, podemos y debemos hacerlo mejor como gobierno y como sociedad y encontrar otras formas de garantizar esa seguridad. Separar a los bebés de sus madres no es la respuesta y esto, es inmoral”.

“En su esencia, la ley de asilo es un instrumento para preservar el derecho a la vida. La decisión del Procurador General representa una gran preocupación porque potencialmente les quita este derecho a muchas mujeres que carecen de protección adecuada. Estas mujeres vulnerables enfrentarán ahora el regreso a los peligros extremos de violencia doméstica y la violencia en general que existe en sus países de origen”.

El Cardenal de Boston, Sean O’Malley emitió una declaración que señala:

“El desafío moral del tema de la inmigración está retándonos a todos en Estados Unidos”.

“En demasiadas ocasiones, nuestro gobierno ha adoptado una postura y ha establecido una política que en principio y en la práctica es hostil para los niños y las familias que huyen de la violencia, las pandillas y la pobreza…”

“Estados Unidos ahora está frente al mundo usando a los niños como peones para hacer cumplir una política de inmigración hostil. Esta estrategia es moralmente inaceptable y niega el claro peligro que pesa sobre aquellos que buscan nuestra ayuda”.

El Obispo Joseph Tyson de Yakima, Washington, subrayó la conexión de los asuntos de inmigración y los asuntos de la defensa de la vida. Compartió la historia de un padre inmigrante sin la documentación adecuada en su diócesis que enfrenta la deportación después de que fue arrestado por exceso de velocidad al intentar llevar a su esposa embarazada al hospital para dar a luz a su hijo prematuro.

“Si quieres salvar a los no nacidos, tienes que atravesar las puertas de los indocumentados… Es un error, ¡está mal!… separar estos graves problemas de inmigración, estos problemas familiares de los asuntos concernientes a la defensa de la vida”.

Joseph Cardenal Tobin sugirió enviar una delegación de obispos a la frontera como un signo de solidaridad con las familias que están sufriendo la separación de sus hijos y como una clara denuncia de la inmoralidad de estas medidas.

Antes de esta reunión ya el Obispo Joe Vásquez de Austin, Texas, presidente del Comité de Inmigración de la USCCB. En una declaración publicada en junio afirmó:

“La unidad familiar es una piedra angular de nuestro sistema de inmigración estadounidense y un elemento fundamental de la enseñanza católica… Romper el vínculo entre padres e hijos causa un trauma, esto está científicamente probado y sabemos que a menudo conduce a cicatrices emocionales irreparables”.

“Mis hermanos obispos y yo entendemos la necesidad de la seguridad de nuestras fronteras y nuestro país, pero separar a las familias que llegan a la frontera entre Estados Unidos y México no alivia las preocupaciones de la seguridad”.

“Los niños y las familias continuarán asumiendo los enormes riesgos de la migración, incluida la separación familiar, porque las causas fundamentales de la migración del Triángulo Norte siguen siendo: la violencia social, la violencia política, el reclutamiento de las pandillas, la pobreza y la falta de oportunidades educativas”.

“Las políticas deben abordar estos factores primero y estudiar las medidas que debemos implementar para reparar nuestro disfuncional sistema de inmigración”.

Nuestros obispos han sido muy valientes en anunciar y denunciar. Ellos están ejerciendo una tarea profética desde su misión como pastores encargados de proteger a sus ovejas. Que Dios los siga bendiciendo a ellos y que el Espíritu Santo los fortalezca frente a quienes no entienden que el papel de nuestros obispos, aunque tiene implicaciones políticas, no significa un ataque contra un partido o político, sino la defensa de los más auténticos valores humanos y cristianos que identifican a la Iglesia desde su misión de mostrar a Cristo hoy.

Quiero señalar que líderes de otras confesiones religiosas han escuchado a Dios que les pide oponerse a estas acciones. The African Methodist Church ha calificado esta medida como “triste y pecaminosa”. The Southert Baptism Convention ha declarado: “Debe ser una prioridad mantener la unidad de las familias en las discusión sobre las leyes migratorias”. La organización Religious Action Center of Reform Judaism ha dicho: “Nuestra tradición judía nos llama a acoger al extranjero, a tratarlo con justicia, y a simpatizar con el huérfano y con la viuda, porque nosotros fuimos extranjeros en la tierra de Egipto”. Franklin Graham ha expresado: “Es una desgracia y es terrible ver familias separadas, yo no puedo apoyar esto ni siquiera un poco”.

Que Dios nos ayude a mantener el camino de la decencia y la moral que han caracterizado a este gran país. VN

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