INMIGRANTES HISPANOS ESTABILIZAN ECONOMÍA DE ZONAS RURALES DEL MEDIO OESTE

Denver.- Los hispanos que llegaron durante los últimos 20 años a comunidades rurales de Iowa, Nebraska y Kansas contribuyeron a estabilizar la economía de esas localidades, según Terry Besser, de la Universidad Estatal de Iowa (ISU).

Tras estudiar 18 ciudades con menos de 10.000 habitantes en esos tres estados del medio oeste, Besser y sus colaboradores concluyeron que aquellas áreas que se han convertido en los “nuevos destinos” para los inmigrantes mantuvieron su vitalidad económica al permitir que abran sus propios negocios, lo que generó empleos para la población local.

“La antigua manera de pensar era que si uno crea trabajos, la gente viene. Pero ahora hay una pequeña variación de esa manera de pensar, que dice que si uno tiene comodidades, se atrae a la fuerza laboral que a su vez atrae a los negocios que crean los trabajos”, dijo Besser, profesora de sociología en el Colegio de Agricultura y Ciencias de la Vida, en ISU.

Besser, directora de este proyecto de investigación, trabajó con colegas de la Universidad Estatal de Kansas y de las universidades de Nebraska en Lincoln y de Carolina del Norte en Greensboro.

Este grupo de expertos define “comodidades” como “características de una localidad que la hacen un buen lugar para vivir”, como recursos naturales, infraestructura recreativa y oportunidades de entretenimiento.

Según Besser, esos factores por sí solos no generan trabajo para una ciudad, pero sí son suficientes para atraer y retener desde principios de la década de 1990 a inmigrantes hispanos, quienes abren sus pequeños negocios y de esa manera contribuyen no sólo a que la ciudad sobreviva, sino a que mantenga su vitalidad económica.

Para llegar a esa conclusión, Besser y sus colaboradores trabajaron con un grupo de entrevistadores bilingües que contactaron a 300 negocios en las 18 localidades rurales estudiadas, 12 ciudades con fuerte presencia hispana y seis ciudades sin esa presencia de inmigrantes.

“En todo el país, lo que motiva a los empresarios es típicamente hacer mucho dinero, junto con el desafío de tener una idea y hacerla realidad”, dijo Besser.

“Pero no es eso lo que encontramos en el caso de los dueños de pequeños negocios en las pequeñas ciudades que estudiamos”, indicó.

En zonas rurales, al contrario de lo que pasa en grandes ciudades, las oportunidades de ingreso son limitadas. Por eso, los negocios se crean para mantener a la familia y para llenar un vacío en la comunidad. Y, según Besser, esos dos elementos son precisamente las dos motivaciones principales que impulsan a los inmigrantes hispanos a abrir negocios.

“Los hombres hispanos se sienten motivados por el desafío de tener el negocio propio más que los hombres blancos. Y están dispuestos a afrontar más riesgos. Quieren hacer crecer su negocio y buscan expandirlo mucho más alto que los empresarios blancos”, explicó la socióloga.

“Pero los hispanos no quieren trabajar con otros negocios, principalmente porque no tienen una cultura que los anime a confiar en extraños”, puntualizó.

Según el reporte, sólo el 24 por ciento de los empresarios hispanos entrevistados forma parte de una asociación empresarial.
Como comparación, el 69,5 por ciento de los empresarios blancos y el 39,3 por ciento de las mujeres empresarias son miembros de una cámara de comercio u organización similar.

Pero el hecho de no ser miembro de una asociación empresarial no impide que los negocios hispanos tengan éxito, ya que, según Besser, “los empresarios hispanos han aprendido a ser exitosos dentro de sus comunidades”.

El reporte sugiere que las autoridades de localidades rurales deberían ofrecer las comodidades que los hispanos necesitan y adaptarse a su forma de trabajo.

“Estamos seguros que los esfuerzos dedicados a responder a las necesidades de un grupo de empresarios diverso son un componente importante para el plan del desarrollo económico de cualquier zona rural”, concluye el reporte. VN

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