
‘HOY MÁS QUE NUNCA, TENEMOS QUE SOSTENERNOS UNOS A OTROS’
(fOTO: El PADRE ARTURO CORRAL, de la Iglesia de Nuestra Señora de Los Ángeles en la Placita Olvera, cuenta cómo él y esta histórica parroquia han enfrentado las dificultades del Covid19. / victor aleman).
Por ALICIA MORANDI | vida-nueva.com
EL CORONAVIRUS TRASTOCÓ LA VIDA DE TODOS, y las Iglesias, donde se reúne el pueblo de Dios, no ha sido la excepción. Las precauciones para evitar el contagio han restringido la labor de servir al prójimo, como se hacía antes. Tanto en servicios religiosos como comunitarios. Pero la buena voluntad no se da por vencida. Ejemplo de ello es la Iglesia de Nuestra Señora de Los Ángeles en la Placita Olvera, un lugar con una enorme trayectoria histórica, ubicada en medio de una comunidad que a diario enfrenta desafíos económicos y sociales.
“Hay diferentes aspectos en que el coronavirus afectó mi vida como ser humano y como sacerdote”, dice el Padre Arturo Corral, párroco de la Iglesia de Nuestra Señora de Los Ángeles. “Y al mismo tiempo afectó al personal de La Placita y a nuestros feligreses. Un dolor grande fue tener que suspender las cenas para gente con necesidades, y para quienes están en busca de alimentos, ropa, información, asesoría. Además, algo que de parte de nosotros ha dejado un vacío de caridad es no poder servir a diario a más de cien indigentes que están alrededor de la parroquia. Me llena de pesar esto, y veo que se ha incrementado la cantidad de ellos en estos tiempos. Entonces, esta situación a todos nos ha afectado”.
PERO LO MÁS DIFÍCIL, DICE EL SACERDOTE, “ha sido el tiempo en que no había actividades pastorales con nuestros feligreses, entonces yo sentía como un sentimiento de inutilidad, porque nuestra vocación sacerdotal está enfocada en el trabajo con la gente, y no había posibilidad de involucrarnos más, ya que teníamos que tener cuidado del contagio del virus”.
También, la situación financiera se vio muy afectada ya que los fondos se iban acabando. “A nivel diocesano, por no tener entradas, nuestros recursos económicos se terminaron”, dice el sacerdote, y comenta que el apoyo y eficiencia del Arzobispo José Gomez sacó adelante la situación de las parroquias.
“Fue fabuloso ver como el señor arzobispo junto con la estructura de la Arquidiócesis de Los Ángeles lograron la confianza de los bancos del país y poder conseguir préstamos para pequeñas empresas no lucrativas, y poder de esta manera mantener en las parroquias los sueldos de nuestro personal. Esto logró que nuestros empleados se mantengan activos, y, aunque no podíamos tener ninguna celebración religiosa sí podíamos contactarnos y comunicarnos con nuestros feligreses. Esto hizo posible que nos contaran sus historias de cómo ha cambiado su vida desde que llegó la pandemia; de sus miedos; de las enfermedades de la familia; de cómo viven el día a día; de cómo están sufriendo la inestabilidad de quizá no poder pagar el alquiler, o de cuando, por ejemplo, alguien de la familia se enferma y tienen que irse a un hotel porque viven en lugares reducidos.
“SENTÍ IMPOTENCIA AL ESCUCHAR ESTAS HISTORIAS, entonces entramos en contacto con OneLA, una organización no lucrativa que organiza muchas parroquias. Este acercamiento hizo posible que el 5 de mayo tuviéramos a más de mil personas conectadas por zoom, reunidas para pedir apoyo económico para trabajadores que pagan impuestos. Todas estas historias que salieron de nuestras parroquias, llegaron a oídos de organizaciones no lucrativas, y de legisladores. Este tipo de conexiones logró que en el presupuesto del gobernador se incluyera un apoyo económico para los trabajadores que pagan impuestos. Contando las historias en las parroquias, muchos lograron este beneficio a nivel estatal, y se dieron cuenta de que no estaban solos. Al ver esto, algunos de los parroquianos que no han pagado impuestos, empezaron a buscar la manera de hacerlo para tener cierta legalidad y tener una voz”, dice el Padre Corral.
En la actualidad, en la Iglesia de La Placita se celebran las misas dominicales y han abierto las puertas para que los creyentes tengan acceso a un espacio de oración en el curso de las mañanas. “También, las oficinas están abiertas para que entren aquellos que quieran platicar con el sacerdote, o confesarse, y se están haciendo las entrevistas para la preparación matrimonial”, dice, y agrega que también han estado llamando a los diferentes grupos para planear el calendario anual “como si fuéramos a tener actividades normales”.
“Ya hemos tenido diálogos a través del teléfono con cada uno de los líderes, y para poder asentar en el calendario toda la planeación tuvimos que reunirnos físicamente, tomando las medidas de seguridad de mantener la distancia y usar máscaras”. Y algo que el Padre Corral expresa con emoción es que ha vuelto a bautizar, aunque en números limitados.
“Antes había más de 1,500 personas en un solo mes esperando en fila para los bautismos, ahora los realizamos con cien personas nada más. Tampoco se puede tener el ambiente tan festivo de antes, en el que toda la familia se hacía presente; ahora por familia sólo pueden venir cuatro personas y su niño o niña a bautizarse, entonces se reduce la parte festiva, la parte musical que era tan bella con los mariachis y otro tipo de música. Sólo puede haber dos músicos. Los gestos de cariño que antes podían expresarse, ahora están limitados. De todos modos, tratamos de hacer muy bonito nuestros bautismos, pero extrañamos la libertad de poder abrazarse y tener manifestaciones de cariño”.
El sacerdote dice que cuentan con un empleado a tiempo completo que se encarga de limpiar las salas de uso, y dar la bienvenida.
También han logrado reunir provisiones para entregar a necesitados a través de los bancos de alimentos; igualmente, los Caballeros de Colon colaboran y la Arquidiócesis ha prestado servicios para ayudar a indigentes.
PARA EL PADRE CORRAL, LA FE ES FUNDAMENTAL EN ESTOS TIEMPOS COMPLICADOS. “Yo diría que se mantenga nuestra fe muy viva. Creo que ella nos da la energía para poder tener la actitud positiva ante las dificultades económicas y sociales. Que no se pierdan los lazos de familia. Hoy más que nunca, tenemos que sostenernos unos a otros. Tengamos una actitud de solidaridad con los demás. Y además necesitamos mantenernos muy sanos; no se descuiden porque cuando la gente ve cierta libertad, se olvida de seguir cuidándose”.
A nivel personal, el Padre Corral dice que realizar ciertas actividades le ha ayudado a sobrellevar los efectos de la pandemia. “He dedicado más tiempo a la oración; trato de comunicarme más con mi familia; he estado organizando archivos y papeles; hago ejercicio, y la lectura también me ha ayudado. Es muy importante mantenernos sanos a nivel espiritual, físico y mental”, concluye el sacerdote. VN
Redes Sociales