
HOMILÍA DEL CARDENAL ROGELIO MAHONY, CON MOTIVO DEL ENCUENTRO REGIONAL DE LA PASTORAL JUVENIL.-“Jóvenes vayan y evangelicen a otros jóvenes, echen la red y acepten el mandato de Jesús de ser pescadores de hombres”
(Domingo 22 de enero 2006, St. Robert Bellarmine, Burbank, California)
Las lecturas de este domingo vienen a concluir este gran evento con una invitación de parte de Dios: Jóvenes vayan y evangelicen a otros jóvenes, echen la red y acepten el mandato de Jesús de ser pescadores de hombres.
No tengan miedo, no piensen que no pueden, no huyan de esta invitación, porque al final como sucedió con Jonás, la Misión se va a realizar y los hombres y mujeres de las ciudades como Nínive, Los Angeles, San Francisco, Sacramento, Fresno, Stockton, San José, Monterrey, Orange, San Bernardino, Oakland, Reno, San Diego, y hasta Las Vegas van a aceptar el mensaje de Jesús.
No sabemos cómo lo hizo Jonás, pero sabemos que era inmigrante y que tenía la energía de un joven, y que a pesar que al principio quiso huir y esconderse de Dios, consiguió que los hombres y mujeres de Nínive, una ciudad muy grande en su época, entendieran que la vida sólo vale la pena, si se cumple la voluntad de Dios.
San Pablo en la segunda lectura anima a los solteros y a las solteras a aprovechar su estado civil, para dedicar energía y entusiasmo a las cosas de Dios. San Pablo es consciente que el matrimonio implica atención, trabajo y tiempo. El soltero mientras asume los compromisos matrimoniales, puede dedicarse a servir con alegría, sabiendo que hay una vida después de esta vida, y que todo lo que hacemos nos prepara para el encuentro final con el Señor resucitado.
En el Evangelio que hemos escuchado, Jesús mismo les hace a ustedes la invitación, la misma que hizo a Simón y a Andrés, a Santiago y a Juan, para ser pescadores de hombres. Para dejar las redes, para vencer al mal, para dejarlo todo, incluso aquello que consideramos imprescindible. No hay nada más importante en la vida que llevar el evangelio y vencer al mal con la fuerza de Jesús.
El Encuentro Nacional de Pastoral Juvenil Hispana tiene como lema el texto del Evangelio que hemos leído hoy, y es una bendita coincidencia que justamente la liturgia nos lo haya ofrecido como mensaje de Jesús para este domingo. El reto más importante que tenemos esta mañana es encarnarlo en la realidad juvenil, para que todos ustedes acepten la invitación de Jesús, de convertirse en evangelizadores, en pescadores de adolescentes y de jóvenes, de chicos y chicas que por nuestro servicio van a conocer, amar y servir a Jesús.
Pero lo tienen que hacer con el lenguaje de los jóvenes, con el estilo de los jóvenes. Yo pienso que tenemos que resaltar las características de la vida de los jóvenes para poder realizar esta invitación de Jesús.
En primer lugar los jóvenes son valientes, no miden riesgos, no tienen miedo a aventurarse en cosas desconocidas, prefieren correr riesgos que quedarse quietos inmóviles, paralizados. La pastoral juvenil tiene que abrirse a la novedad, tenemos que correr riesgos porque tenemos que llegar a millones de jóvenes de todas las razas y lenguas en California y Nevada que no han oído de una manera que toque sus corazones, el mensaje de Jesús.
Ustedes, como muchos jóvenes, están al día en la tecnología y en los medios de comunicación, son su vida, nacieron en medio de ellos. Es increíble el tiempo que pasan delante de su computadora, en su cell phone o chateando. La comunicación en movimiento ha modificado muchas formas de relación humana. Un joven pasa más tiempo en el cell y en la computadora que en relaciones humanas físicas y cercanas. Este es un nuevo ámbito para la evangelización. Cada uno de nosotros tiene que llenarse del espíritu de Dios, asimilar la sabiduría de su fe para que estos medios sean un instrumento positivo y una herramienta para el desarrollo humano y cristiano y no una barrera en la creación de una sociedad de hermanos.
Ustedes como jóvenes son creativos, inventan, diseñan, intuyen. No tiene límite su capacidad de expresarse. La música, el arte, el ritmo, lo traen en las venas. Los colores, los símbolos y los nuevos lenguajes urbanos los conocen a la perfección. Allí hay un campo increíble e inexplorado. Durante muchos años el arte en la sociedad tenía una inspiración religiosa, hoy día esto sucede muy poco. Los jóvenes católicos tienen que expresarse en estos nuevos lenguajes, ritmos y colores, sin perder su identidad católica y su fe. Tienen que ver que el evangelio no está en contra del avance en la sociedad sino que la anima orientando su más pleno desarrollo.
Ustedes son bilingües, y pueden entrar a muchos mundos, no sólo al hispano y al anglo, sino al afroamericano y al asiático. Comparten con los jóvenes de todas las razas, la vitalidad de su edad y la apertura a la novedad. Este no es un obstáculo, es una bendición. El impulso a la Pastoral Juvenil Hispana debe animarnos a llevar los aspectos positivos de nuestra experiencia a las otras culturas, a los otros jóvenes. Hay más datos de integración entre los jóvenes de diferentes culturas que de conflicto e intolerancia. Este es otro ámbito donde echar las redes.
Incluso podemos intuir para un futuro próximo una mayor participación entre los jóvenes católicos y los cristianos de otras confesiones. Esta es una realidad que salta a la vista, y allí debemos mostrar la solidez de nuestra fe y la seguridad en lo que creemos. Este es el mejor modo de evangelizar. No atacando, pero si manteniendo la firmeza en la propia fe.
Chicos y chicas, jóvenes y señoritas, acepten la invitación de Jesús, a evangelizar a los jóvenes con la alegría de su juventud. No se cansen de decirle Sí a Jesús. Remienden las redes de sus comunidades con la fuerza de Jesús para echarlas en aguas profundas y llenarlas de vida.
El Encuentro Nacional de Pastoral Hispana nos motiva a aceptar esta invitación y nos prepara, nos capacita, nos entrena para hacerlo con nuevas herramientas y con un nuevo impulso. Las siguientes etapas sin duda serán muy luminosas. Muchos de ustedes participarán en Notre Dame University, el próximo mes de junio, de donde traeremos nueva energía, muchas ideas y estrategias que implementaremos con mucha pasión en los próximos años.
Que el Señor nos bendiga y nos llene de su amor. VN
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