<!--:es-->HOMILÍA DEL CARDENAL ROGELIO M. MAHONY DURANTE LA MISA DE RECEPCIÓN AL ARZOBISPO JOSÉ H. GOMEZ<!--:-->

HOMILÍA DEL CARDENAL ROGELIO M. MAHONY DURANTE LA MISA DE RECEPCIÓN AL ARZOBISPO JOSÉ H. GOMEZ

“Tú eres Pedro, y sobre esta roca yo voy construyendo mi Iglesia”

Nuestra celebración litúrgica de hoy nos conecta con la comisión extraordinaria que nuestro Señor Jesucristo extiende a Pedro para que sea la cabeza, la roca de su Iglesia. La del Evangelio de Mateo que acabamos de escuchar no acaba de expresar adecuadamente la profundidad de esta comisión de Jesús: “…y sobre esta roca construiré mi Iglesia”. Esta versión es demasiado estática, una traducción demasiado tímida de la palabra griega oikodomis (construyendo). Jesús verdaderamente proclamó: “…y sobre esta roca yo estaré construyendo mi Iglesia”. Jesús mismo es la misma piedra angular del plan salvador de Dios en cada siglo. Es Jesús quien es el mero corazón y la esencia de la verdadera continuidad en la Iglesia. Jesús, y sólo él, es el pastor supremo de su rebaño.

Cuando estoy a punto de terminar el período de pastorear este pedazo de la viña del Señor, el báculo es pasado al Arzobispo José Gomez. Mahony se va; llega Gomez. Sólo Jesucristo continúa. La vida de la Iglesia no tiene su fundamento o su futuro en ninguno de nosotros.

Nuestra fundación y nuestro futuro están en Cristo solo. Así que damos gracias por la presencia permanente de Cristo en la Iglesia por medio del Espíritu.

La lectura de Ezequiel describe varios aspectos del pastor que continúan siendo
hoy tan originales y exigentes como lo fueron en tiempo de Ezequiel:

• El pastor se encuentra en medio de las ovejas. Las conduce; no las maneja. Las
conduce de entre todos los pueblos y las reúne desde las naciones extranjeras –una referencia bien apropiada a la inmensa realidad multicultural de Los Angeles–. Así, el buen pastor en Los Angeles, por necesidad tendrá que trabajar sin descanso por políticas justas de inmigración y por la protección de la dignidad de cada inmigrante.

• El pastor alimenta y nutre al rebaño –así se enfatiza la importancia del oficio de
enseñar del Obispo y de ayudar en la formación de nuestra gente en la vida del Espíritu.

• El pastor va en busca de las perdidas, aquellos que se han desviado, las heridas y las enfermas –anunciando la “Nueva Evangelización”–. en este nuestro tiempo en la historia. Ambos, el pastor y las ovejas, deberán ser juntos, un faro de esperanza para los pobres y los que están a los márgenes de la sociedad.

La carta a los Hebreos nos ofrece esta seguridad a través de su invitación: “Acerquémonos con confianza al tribunal de gracia para recibir misericordia y obtener la
gracia de un auxilio oportuno”. (Hebreos 4:16). El lema episcopal del Arzobispo Gomez está tomado de este mismo versículo.

Si fuéramos capaces de imaginarnos algunas áreas en las que Jesucristo continúa
construyendo su Iglesia, ¿dónde las podemos encontrar hoy en esta Iglesia particular de Los Angeles? Me atrevería a responder que las Iniciativas Pastorales redactadas por nuestro Sínodo Arquidiocesano del 2003 continúan siendo valientes y válidas, incluso cuando algunas todavía requieren de más implementación. La primera y más importante, nosotros somos una comunidad de discípulos de Jesucristo que estamos en el corazón y en el centro del plan de salvación del Padre. Estoy entusiasmado de que usted, Arzobispo Gomez, haya prestado una atención tan particular a una evangelización continua en su visión para la Iglesia.

Si de verdad nos fijamos en la entrega total de Jesucristo realizando el plan de su
Padre, también nosotros debemos entregarnos al plan que Dios tiene para todos nosotros. No lo hacemos desde una visión muy pasiva de la historia de la salvación. Sino que más bien, llenos de un espíritu nuevo y generoso, oímos otra vez aquellas palabras tan confortantes:

“Tú eres Pedro, y sobre esta roca yo voy construyendo mi Iglesia”. VN

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