EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN, CAPÍTULO 6, VERSÍCULOS DEL 1 AL 15

28 de Abril de 2006

PRIMERA MULTIPLICACION DE LOS PANES

1. Después de esto, pasó Jesús al otro lado del mar de Galilea, o de Tiberíades.

2. Y le seguía un gran gentío, porque veían los milagros que hacía con los enfermos.

3. Entonces Jesús subió a la montaña y se sentó con sus discípulos.

4. Estaba próxima la Pascua, la fiesta de los judíos.

5. Jesús, pues, levantando los ojos y viendo que venía hacia Él una gran multitud, dijo a Felipe: “¿Dónde compraremos pan para que éstos tengan qué comer?”

6. Decía esto para ponerlo a prueba, pues Él, por su parte, bien sabía lo que iba a hacer.

7. Felipe le respondió: “Doscientos denarios de pan no les bastarían para que cada uno tuviera un poco”.

8. Uno de sus discípulos, Andrés, el hermano de Pedro, le dijo:

9. “Hay aquí un muchachito que tiene cinco panes de cebada y dos peces. Pero ¿qué es esto para tanta gente?”

10. Mas Jesús dijo: “Haced que los hombres se sienten”. Había mucha hierba en aquel lugar. Se acomodaron, pues, los varones, en número como de cinco mil.

11. Tomó, entonces, Jesús los panes, y habiendo dado gracias, los repartió a los que estaban recostados, y también del pescado, cuanto querían.

12. Cuando se hubieron hartado dijo a sus discípulos: “Recoged los trozos que sobraron, para que nada se pierda”.

13. Los recogieron y llenaron doce canastos con los pedazos de los cinco panes, que sobraron a los que habían comido.

14. Entonces aquellos hombres, a la vista del milagro que acababa de hacer, dijeron: “Éste es verdaderamente el profeta, el que ha de venir al mundo”.

15. Jesús sabiendo, pues, que vendrían a apoderarse de Él para hacerlo rey, se alejó de nuevo a la montaña, Él solo.

Comentario

1. Después de esto. Véase 5, 1 y nota sobre el orden invertido de los capítulos.

5. La multiplicación de los panes. Cf. Mat. 14, 13 ss.; Marc. 6, 34 ss.; Luc. 9, 10 ss., sirve de introducción al gran discurso sobre el pan de vida (v. 24).

11. Jesús da gracias al Padre anticipadamente (cf. 11, 41 s.), a fin de referirle a Él la gloria del milagro. “Por Él y con Él y en Él te es dado a Ti, oh Padre omnipotente, en la unidad del Espíritu Santo, todo honor y gloria” (Canon de la Misa).

12. La importancia de esta operación, destinada a grabar en la memoria de los discípulos la magnitud del prodigio, se puede apreciar en Marc. 8, 17 – 21 y en Mat. 16, 8 – 10.

13. En Mat. 14, 13 – 21; Marc. 6, 31 – 44; Luc. 9, 10 – 17, se dan mayores detalles.

14. Véase 11, 27. El profeta, esto es, el Mesías Rey. Así lo entiende Jesús en el vers. 15. Cf. Mat. 21, 11.

15. Sólo una vez Jesús se dejó aclamar por Rey: fue el Domingo de Ramos (cf. 12, 12 s. y nota). Bien sabía nuestro Salvador que había de prevalecer en el pueblo el sentir hostil hacia Él de los jefes de la nación y que la afirmación de su realeza sobre Israel, anunciada por el ángel a María como una realidad futura, sería el capítulo principal de su acusación por los judíos cuando éstos le hiciesen comparecer ante el gobernador romano (Luc. 1, 32; 23, 2). VN

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