ESTUDIO CONTRADICE CREENCIAS GENERALIZADAS SOBRE ESTUDIANTES HISPANOS

La mayoría de los estudiantes hispanos de EE.UU. no son inmigrantes indocumentados y tienen un buen nivel de inglés, según un estudio presentado esta semana y que trata de luchar contra los prejuicios sobre jóvenes latinos.

El informe, que se llama “Voces”, tiene como objetivo dar protagonismo a los testimonios de los propios estudiantes que tratan de dar una visión más humana de su experiencia, que normalmente se resume en datos y prejuicios.

“Estamos tratando de cambiar las dos dimensiones que suelen tener este tipo de informes con los datos para darle tres dimensiones, las de las verdaderas historias de estos estudiantes”, dijo Debora Santiago, vicepresidenta de Excelencia y Educación y autora del estudio.

“Se trata de conectar los datos con las personas: Los datos están sobre el papel pero no muestran las historias de detrás”, añadió.

Santiago explicó que a nivel político, “sólo miramos los datos”. Nosotros queríamos completarlo con las historias de los estudiantes: cómo llegaron a la universidad, cómo la eligieron, cómo se la pagaron o donde se informaron”.

El informe, que arranca con cifras precisas para luego dar paso a las “voces” de seis estudiantes hispanos, muestra como muchos de los prejuicios y creencias populares sobre los estudiantes latinos tienen muy poco de realidad.

Según el estudio, el 86 por ciento de los universitarios hispanos es ciudadano estadounidense y el 12 por ciento residente legal, lo cual convierte a la gran mayoría de estos estudiantes en inmigrantes legales.

“Este dato puede cambiar la perspectiva de los políticos y también de los estadounidenses, que creen que todos son indocumentados y que no hablan casi inglés. Eso no es correcto”, denunció Santiago.

Además el informe demuestra como casi 50 por ciento de los estudiantes latinos que van a la universidad suelen ser los primeros de su familia que reciben educación superior, lo cual demuestra el progreso educativo que se experimenta en la comunidad hispana.

Los padres de Norma, una de las estudiantes que participó en el informe, no tenían educación universitaria y según sus palabras, para ella “ir a la universidad suponía más dificultades económicas que de conocimiento”.

Por su parte, Yuridia, una estudiante estadounidense de origen mexicano cuyos padres no fueron a la universidad, se ha convertido en una estudiante, una trabajadora y una madre a tiempo completo de 24 años.

“Aún soy joven, pero creo que he conseguido mucho”, dice la joven en su testimonio.

Así, para poder financiarse la educación superior, la mayoría de los hispanos solicitan becas (78 por ciento) y sólo algunos pocos optan por recurrir a préstamos bancarios (menos del 30 por ciento).

Además, según el estudio, a la hora de elegir, la mayoría de los estudiantes hispanos optan por universidades más cercanas a sus familias, en lugar de centros que a pesar de ser más prestigiosos, son más lejanos y más caros.

“Cuando llegó la hora de ir a la Universidad decidí quedarme en Texas. Había varias escuelas fuera que me interesaban y que incluso me ofrecían becas, pero no estaba interesado en abandonar el estado”, dice en su testimonio Mynor, un estudiante de origen guatemalteco que participó en el estudio.

La cercanía de la universidad también fue un factor clave para Carolina, una estudiante ecuatoriana, ya que su familia, especialmente su madre le pidieron que se quedara lo más cerca posible de “casa”, que desde los 10 años era el estado de Maryland.

Según Santiago, el objetivo del informe era dar una visión humana a los políticos y legisladores sobre los estudiantes hispanos, con los que ya organizaron un encuentro en junio de este año.

“Creemos que es importante que puedan oír sus historias para poder ayudarles”, concluyó. VN

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