EMPLEADOS DE DOS CADENAS DE SUPERMERCADOS AUTORIZAN IR A HUELGA EN CALIFORNIA

Los empleados de los supermercados Ralphs y Vons, de California, rechazaron el contrato propuesto por las compañías y autorizaron ir a la huelga en cualquier momento, según los resultados de la votación presentados hoy por líderes sindicales.

La autorización se logró con cerca del 95 por ciento de los votos a favor, superando ampliamente el mínimo requerido de dos terceras partes para ser aprobada, en votación realizada el domingo.

Para iniciar la huelga los trabajadores deben avisar a las empresas con 72 horas de anticipación.

“Los trabajadores de los supermercados han estado negociando durante seis meses y durante más de 100 días después de expirado el contrato”, afirmaron las directivas sindicales en un comunicado enviado a Efe.

Según la información, no se ha llegado a un acuerdo, “porque cada día que los empleados trabajan sin un nuevo contrato, los supermercados ganan millones de dólares”.

La aprobación del paro no significa una declaración inmediata de huelga pero autoriza a los líderes sindicales a llamar a la suspensión de actividades laborales en el momento en que consideren que las posibilidades de un acuerdo sobre el nuevo contrato han sido agotadas.

“Si los líderes del sindicato fueran honestos con nuestros empleados, les tendría que decir que estamos haciendo procesos en los temas centrales de salarios y pensiones y elegibilidad para seguro de salud”, dijo a los medios Michael Bustamante, portavoz de la cadena de supermercados Ralphs.

El representante aseguró que por acuerdo mutuo, las discusiones continuarán la próxima semana.

Los trabajadores de la cadena de supermercados Albertsons autorizaron previamente ir a la huelga desde finales de marzo, en lo que se consideró una estrategia de presión para romper la unidad de los supermercados e iniciar un paro temprano.

Los directivos de los supermercados reaccionaron anunciando que si los empleados de Albertsons iban a la huelga, las otras dos cadenas de supermercados bloquearían el acceso de los trabajadores a sus puestos de trabajo.

En 2003 los trabajadores de los mismos supermercados decretaron una huelga que duró 141 días y finalizó en marzo de 2004 y que costó a las cadenas de supermercados cerca de 1.500 millones de dólares. Los trabajadores aceptaron firmar un contrato por dos años bajo el cual los empleados nuevos recibirían salarios más bajos y menos beneficios. VN

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