<!--:es-->EL SACERDOCIO ES UNA RESPUESTA AL LLAMADO DE DIOS PARA SERVIR<!--:-->

EL SACERDOCIO ES UNA RESPUESTA AL LLAMADO DE DIOS PARA SERVIR

Seis nuevos sacerdotes fueron ordenados para la Arquidiócesis de Los Ángeles

El primer grupo de sacerdotes ordenados para la Arquidiócesis, por el Arzobispo José Gomez, se llevó a cabo el 4 de junio en la Catedral de Nuestra Señora de los Ángeles.

Cientos de feligreses de diferentes parroquias en la Arquidiócesis de Los Ángeles y de diócesis vecinas, hicieron seis líneas después de la ordenación bajo el caliente sol del mediodía para recibir la bendición en la Plaza de la Catedral.

Esa fue la primera vez que la mayoría de ellos habían sido testigos de una ordenación sacerdotal y no querían perderse de ser bendecidos(as) por seis nuevos sacerdotes. “Estoy muy emocionado por la primera clase ordenada por el Arzobispo Gomez y estoy seguro que esto formará un lazo especial entre ellos”, dijo Mons. Craig Cox, rector del seminario de San Juan. “Este es un momento histórico”.

Los padres Agustín Chang, Ernesto Jaramillo Zamora, Francisco Ho Seok Jin, John Sang-hun Lee, José Jesús Martínez y Michael Alfred Yadao Perucho, fueron ordenados en una catedral llena, por el Arzobispo, que mostraba su entusiasmo.

“Yo personalmente siento alegría, porque esta es mi primera ordenación de sacerdotes como Arzobispo de Los Ángeles”, dijo a la asamblea Monseñor Gomez, después de felicitar a las familias de los nuevos sacerdotes al comenzar su homilía. Él prometió orar por ellos y para que otros se unan en “responder al llamado a la gran aventura del sacerdocio”.

“El sacerdocio no es un asunto de poder o prestigio”, dijo a los seis jóvenes varones. “No es un oficio o una ocupación. Es un sacramento. Es una respuesta al llamado de Dios para servir a las almas.

“Ustedes están llamados a ser otros Cristos”, continuó. “Ésta no es una metáfora o una idea bonita. Ustedes son su voz y sus manos”.

Citando al Papa Benedicto XVI, el Arzobispo Gomez describió el sacerdocio como “una asociación de servicio para Dios y con Dios”.

Después, citando las lecturas del día del profeta Isaías, les dijo que, como sacerdotes, fueron ungidos en el Espíritu para “llevar las buenas noticias a los humildes; para curar los corazones lastimados, para proclamar libertad a los cautivos. Su sacerdocio es un ministerio de reconciliación a través del amor de Dios que sana”.

Recordó a los nuevos sacerdotes el privilegio de su sacerdocio. “Esto no es por ustedes”, añadió. “Es todo por Jesucristo”.

Les urgió a ser modelos de amor, fe y pureza en su lenguaje y en su conducta, para vivir “eucarísticamente”, manteniendo la familia de Dios en comunión de mente y corazón con nuestro Santo Padre y con la Iglesia Universal”.

El Arzobispo describió la Arquidiócesis que encabeza, como una Iglesia misionera con responsabilidad por la evangelización, que va más allá de Los Ángeles y California “a una nueva evangelización de nuestro país, nuestro continente y nuestro mundo”.

Apremió a los nuevos sacerdotes a estudiar la vida y el ejemplo del Bienaventurado Junípero Serra, para verlo como una inspiración e intercesor en sus propios ministerios, y para encontrar maneras de “traducir” el Evangelio para todos aquéllos con los que trabajan.

Después de la homilía vino el Rito de Ordenación, en el cual los nuevos sacerdotes fueron bendecidos por sus padres, Obispos Auxiliares y docenas de sacerdotes concelebrantes, seguido por una ovación de pie de un minuto. Muchos en la asamblea estaban abrumados por la emoción.

“Yo me siento muy feliz por él”, dijo con lágrimas Mónica Vásquez, refiriéndose al Padre Jaramillo, quien sirvió su diaconado de transición en Santa Mariana de Paredes, en Pico Rivera, donde ella asiste.

Minutos antes de la Misa, su madre, Victoria Rodríguez y compañeros parroquianos, compartieron sus recuerdos sobre el “carismático” sacerdote mexicano.

“Él visitó a los enfermos con nosotros, se sentó con nosotros en nuestro estudio de Biblia, visitó las casas durante la novena de la Virgen de Guadalupe”, dijo el grupo de mujeres, una de ellas ensalzando el pueblo de origen del Padre Jaramillo. “Su alegre personalidad atrae mucha gente a él”.

Stella Min Jung Kim, quien conoció al Padre Jin hace años, en el grupo de jóvenes de la parroquia de San Gregorio Nacianceno, vino vestida en un Han Bok, una túnica tradicional coreana, usada comúnmente para las bodas.

“Yo me siento muy honrada de que me haya pedido ser parte de la ceremonia”, dijo la estudiante de enfermería de 28 años de edad, añadiendo que ella nunca había pensado ver a su amigo convertirse en sacerdote. “Él es muy chistoso, agradable y amable”, dijo.

Del Padre Chang, Victoria Radleigh, ministro de juventud de la iglesia del Sagrado Corazón de Lancaster, donde el sacerdote trabajó como interno, comentó sobre la nueva transformación del sacerdote.

En un año él cambió de silencioso y tímido, a abierto y cariñoso”, dijo Radleigh. “Él sabe cómo escuchar y es muy pastoral, muy humilde”.

Visiblemente orgullosa, todavía hablando atropelladamente, la madre del Padre Martínez, María Elena Martínez, recordaba.

“Mamá, yo también me voy”.- recordó que él le dijo después que su hermano mayor y su hermana más joven se casaron. “Muy bien. Le dije, tienes todo mi apoyo”.

Ella explicó cómo se lo ofreció a Dios cuando nació. “Con su ordenación, yo he terminado mi trabajo (como madre). Le he dado a Dios todo lo que Él me dio”, dijo.

“Él parecía algo deprimido el día que me acerqué a él en la iglesia” dijo el Diácono Mike Salvato de San Antonio de Padua, en el Este de Los Ángeles, la parroquia del Padre Martínez. “Yo siento que usted va a ser sacerdote” le dije ese primer día.

“Yo comencé a rezar por él hace seis años”, dijo Berta Larios, una amiga íntima de la familia Martínez. “Y de ahora en adelante yo seguiré rezando más por él y por los sacerdotes recién ordenados”. VN

Share