EL HONDUREÑO QUE ENCONTRÓ EN LOS PATINES UN ANTÍDOTO A LAS PANDILLAS
Por Lucía Leal
Washington, 20 abr (EFEUSA).- Un tiro en la espalda abrió los ojos al hondureño Jessel Recinos Fernández, que se ató los patines, dejó atrás las pandillas y ahora ayuda a decenas de jóvenes de Cofradía (Honduras) a hacer lo mismo con el deporte, para alejarlos de la violencia y darles “una expectativa diferente de la vida”.
Recinos relató su historia en una entrevista con Efe en Washington, donde hoy recibió un premio del Departamento de Estado por su trabajo al frente del club deportivo “Skate Brothers” en la localidad de Cofradía, en el norte de Honduras.
“A mis 16 años yo comencé a andar con gente mala de la calle, y a raíz de eso yo tuve un problema que casi me ocasiona perder mi vida”, explicó Recinos, de 24 años.
Acusado por uno de sus compañeros de pandilla de robar el teléfono celular del cabecilla de una banda rival, a Recinos comenzaron a perseguirlo y pronto le dieron alcance.
“Recibí un disparo en la espalda, salió arriba del corazón, y eso fue lo que a mí me hizo cambiar”, dijo el joven hondureño, que se refugió en una iglesia evangélica de Cofradía, una localidad del departamento norteño de Cortés y cercana a San Pedro Sula.
“Lo primero que se me venía a la mente era todos los consejos que mi madre me había dado y que yo, por mi soberbia, por ser una persona que no escuchaba (…), no los ponía en práctica”, agregó.
Recinos había empezado a patinar en línea unos años antes, pero nunca lo había visto como nada más que un pasatiempo. “Después de que pasó esto, comencé a patinar de nuevo y pensé en qué podía yo ayudar a mi comunidad”, aseguró.
Fue entonces cuando fundó “Skate Brothers”, un club “que usa el deporte como una herramienta de prevención”, y donde niños y jóvenes de entre 10 y 27 años aprenden a patinar en línea, a ir en patinetas (monopatines), a montar en bicicleta de ciclocross (BMX) e incluso a bailar “breakdance”.
“Lo que nosotros tratamos es de darles a ellos una alternativa diferente en la vida, mantener sus mentes ocupadas, y tratar de ayudarles en lo que nosotros podemos”, resumió Recinos.
“La visión de nosotros como club es poder expandirnos a todo Honduras para así poder beneficiar a muchos jóvenes, para que no caigan en las redes de estas pandillas que actualmente azotan a mi país”, añadió.
La violencia en Honduras causa una media de 13 asesinatos al día, según cifras oficiales, y muchos jóvenes se sienten atraídos por las pandillas debido a “la pobreza y la falta de educación”, opinó Recinos.
“Honduras está lleno de gente que lucha, gente que quiere salir adelante. Pero hay algunos puntos ahí que bloquean eso (…). Lo que hace falta es crear oportunidades para que los jóvenes puedan salir adelante en la vida y ser personas de éxito”, apuntó.
Desde “Skate Brothers”, Recinos y otros jóvenes tratan de alejar a los adolescentes del “entorno de violencia” en el que han crecido y de inculcarles “valores” para que “ellos puedan tener una expectativa diferente y no dejarse llevar por la corriente que está azotando nuestro país”.
“Les damos a conocer el mal y el bien. Es decisión personal de cada persona a donde quiera ir”, indicó.
A Recinos, que trabaja como voluntario, le gustaría llegar “algún día a emplear jóvenes en el club y que tengan ingresos por lo que hacen”, dado el problema de desempleo en su comunidad.
De momento, gracias al premio que le otorgó el Departamento de Estado, llamado “Jóvenes Líderes Emergentes” y que comparte con otros nueve jóvenes de todo el mundo, Recinos pasará tres semanas en un programa intensivo en Estados Unidos diseñado a su medida para fortalecer sus capacidades y ampliar el impacto de su trabajo.
“Sabemos que Honduras va a cambiar, y Honduras ya está cambiando”, aseguró Recinos. VN
Redes Sociales