DEPORTACIÓN DE DELINCUENTES INDOCUMENTADOS BATIÓ RÉCORDS EN 2010

Washington.- La deportación de inmigrantes indocumentados que habían cometido delitos aumentó un 70 por ciento en el año fiscal 2010 y superó las 195.000 personas, de un total de más de 392.000 expulsiones.

La secretaria de Seguridad Nacional, Janet Napolitano, y el director de la Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE), John Morton, presentaron hoy estas cifras en una rueda de prensa, en la que indicaron que los números representan un aumento de más de 23.000 deportaciones en general y de 81.000 de personas con antecedentes delictivos con respecto a 2008, durante la anterior Administración.

Esto representa un aumento global del 71 por ciento de expulsiones de delincuentes extranjeros con respecto a la Administración Bush y un descenso del 23 por ciento de deportaciones de quienes no cuentan con antecedentes, subrayaron.

Entre los que contaban con antecedentes, el 33 por ciento había cometido delitos muy graves, como asesinatos o violaciones, según el ICE.

Según indicó Morton en una reunión posterior con medios hispanos, las cifras ponen de relieve “una nueva manera de aplicar el cumplimiento de las leyes de inmigración”, poniendo la prioridad en la captura de aquellos que hayan cometido delitos.

Por su parte, Napolitano indicó que el Gobierno ha centrado sus esfuerzos en la aplicación “inteligente” y “eficaz” de las medidas policiales para combatir la inmigración ilegal, en particular la deportación de criminales que “suponen una amenaza para la seguridad pública”.

“Nuestras prioridades son los inmigrantes indocumentados con historial delictivo y los empleadores que con sus prácticas laborales dan pábulo a la inmigración ilegal”, insistió la secretaria de Seguridad Nacional.

Así, según el Departamento de Seguridad Nacional, desde enero de 2009, ICE ha realizado auditorías a más de 3.200 empleadores sospechosos de contratar a trabajadores sin papeles y ha impuesto multas de cerca de 50 millones de dólares a quienes contratan a indocumentados.

“Hemos desplegado una infraestructura, tecnología y personal sin precedentes”, agregó Napolitano.

Tanto Napolitano como Morton atribuyeron el aumento en las deportaciones, que en total han crecido un 6 por ciento desde 2008, entre otras cosas, al polémico programa “Comunidades Seguras”, que emplea información biométrica, entre otras medidas, para identificar y expulsar a extranjeros en cárceles federales, estatales y locales.

Este programa, que se empezó aplicando en 2008 en 14 jurisdicciones, se encuentra vigente en más de 660 hoy día y la meta es que se utilice en todas las jurisdicciones para 2013, según indicó Napolitano.

El programa ha recibido críticas de numerosos grupos pro inmigrantes, que consideran que identifica a personas que han cometido faltas menores, como infracciones de tráfico.

En declaraciones a los medios hispanos, Morton defendió el programa, que consideró “abrumadoramente positivo”, y aseguró que “las huellas digitales no mienten”. Infracciones de tráfico como conducir bajo la influencia del alcohol, apuntó, “pueden ser muy graves. Mucha gente ha muerto a consecuencia de ello”.

No obstante, apuntó, “somos muy receptivos a la preocupación de la comunidad acerca de la aplicación de la ley federal” y si existen abusos del programa se investigarán, prometió.

“Comunidades Seguras”, reiteró Morton, sólo se aplica para aquellos que hayan sido detenidos por la comisión de un delito y no de forma generalizada.

El alguacil Lee Baca, del condado de Los Ángeles, que participó en el acto de presentación de las cifras, defendió también el programa, que aseguró que “funciona. Es una política excelente”.

Gracias a ese programa, reveló, su departamento ha identificado a 21.000 personas en sus cárceles candidatas a la deportación.

En declaraciones posteriores, la directora de Asuntos Intergubernamentales de la Casa Blanca, Cecilia Muñoz, aludió al sufrimiento que padecen las familias de aquellos deportados que no han cometido ningún delito y que se ven repentinamente separadas.

Dado el alto número de indocumentados en el país, explicó, “la cifra de deportados no criminales nunca va a ser cero aunque nuestra prioridad sean los delincuentes. Esa tensión siempre va a existir, por eso tenemos que cambiar la ley” y conseguir una reforma migratoria, señaló. VN

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