CUÁLES LATINOS ESTÁN MÁS EXPUESTOS AL CORONAVIRUS

CUÁLES LATINOS ESTÁN MÁS EXPUESTOS AL CORONAVIRUS

Dentro de esta comunidad, los aún no ciudadanos de cierta edad que desempeñan empleos ‘esenciales’ son los más propensos al contagio, según estudio de UCLA

Por ALICIA MORANDI

Muchos de los trabajos esenciales que mantienen funcionando a la sociedad de California, los realizan los latinos que aún no se han hecho ciudadanos y que al cumplir sus labores están más expuestos a contagiarse del COVID-19, asegura una extensa investigación a cargo del doctor David E. Hayes-Bautista, distinguido profesor de medicina del Centro de Estudios de la Salud y Cultura latina, de la Escuela de Medicina David Geffen School de UCLA.

El estudio: “COVID-19, Latino Working-Age Adults, and Citizenship” muestra que, en California, la mayor cantidad de latinos que no son ciudadanos tienen entre 35 a 64 años, y un gran porcentaje de ellos está empleado en ocupaciones consideradas “esenciales”.

“El virus no discrimina”, dice el doctor Hayes-Bautista, “pero los latinos tienen la más alta tasa de participación en la fuerza laboral, y el tipo de ocupación e industrias donde se concentran les hace estar más expuestos al coronavirus.

“Con la pandemia hubo disposiciones de que se trabajara desde la casa, de que los estudiantes se quedaran en sus hogares y tomaran clases virtuales, y otras medidas. Y eso funciona muy bien para ciertos sectores de la sociedad, pero no funciona para los campesinos, por ejemplo, porque ellos no pueden sembrar semillas desde sus hogares. Tienen que salir a trabajar a los cultivos, hombro a hombro y están más expuestos al virus. Lo mismo ocurre con los que trabajan en tiendas y supermercados, empacadores, choferes de camiones que transportan la comida, empleados en asilos de ancianos, jardineros, mecánicos, trabajadores de construcción. En un supermercado pasan delante de un cajero unos 300 clientes cada día, y en los primeros meses no les proporcionaban ni cubrebocas. Así que estaban más expuestos, y en consecuencia con más posibilidad de terminar hospitalizados y de morir”. Y esto no es por ser latino, especifica Hayes-Bautista, “sino por trabajar duro para que otros se queden seguros en casa”.

‘CUANDO UNO PERMANECE EN CASA EXISTE POCA PROBABILIDAD DE ENFERMARSE…’

El científico de UCLA dice que las labores en la cadena de suministro de alimentos del estado y trabajos similares deberían respaldarse con un acceso adecuado a pruebas de COVID-19, educación de salud pública y servicios de atención médica. Algo que muchos empleados no cuentan.

También explica que el solo hecho de ser obeso, tener alta presión, diabetes u otras condiciones médicas no implica estar más expuesto. “Cuando uno permanece en casa existe poca probabilidad de enfermarse a consecuencia del coronavirus. Lo que aumenta el riesgo es alguna condición médica y estar 8 horas o más trabajando a diario fuera de casa. Por ejemplo, el caso de un trabajador del campo, que para que podamos tener comida realiza una labor que lo expone más al virus. El Departamento de Salud le dice, ‘si tiene algún síntoma como fiebre, etc., ¡hable con su doctor de inmediato!’. Pero puede que ese campesino no disponga de seguro médico. Y al principio de la pandemia se necesitaba un permiso médico para hacerse la prueba. Al no tener un médico al alcance y sin un seguro, una prueba en el mercado podría costarle hasta 2 mil dólares, a menos que asista a un programa especial de pruebas gratis. Pero no muchos saben de estos programas. Así que sigue trabajando sin darse cuenta de que se ha contagiado. Muchos trabajadores en estas condiciones terminaron en la sala de emergencia”.

Por ello, Hayes-Bautista puntualiza en su estudio que la falta de seguro médico, e incluso de médicos latinos que hablen español complica la situación.

La escasez de profesionales hispanos dentro del área de la salud es tan grande que en 2015 faltaron unos 55 mil médicos latinos en California. Hoy día, tan sólo 7 mil de estos profesionales son bilingües y biculturales.

Otro factor preocupante, según este experto, es que no hay suficiente vivienda asequible. Muchos viven hacinados y esto podría propagar más rápidamente el virus.

En cuanto a ponerse el tapaboca, esto no es precisamente una costumbre entre los latinos como lo es por ejemplo entre los asiáticos, dice Hayes- Bautista. “Pero me he fijado que los latinos en general usan la máscara porque no quieren contagiar a otros. Sin embargo, como para los latinos, la familia es su respaldo en la sociedad, cuando se juntan varios suelen quitarse la mascarilla y ahí entra el virus. Por eso hay que tener cuidado siempre”.

El entrevistado recordó que “en California tuvimos al COVID-19 bajo control en marzo y abril”. Menciona que, en un hospital de un barrio latino de Los Ángeles, donde él es miembro de la mesa directiva, en marzo había una unidad con 60 camas para pacientes de COVID-19. Al principio se pensó que se llegaría rápido al cupo, pero nunca llegó a ocuparse ni el 50 %, dice. “Pero el presidente [Trump] subestimó el alcance del virus y politizó su control. Hubo casos en algunas áreas del Sur de California, como en otras partes del país, donde la gente hablaba de sus derechos constitucionales de andar sin mascarilla, contagiándose así unos a otros. De este modo, esto fue consecuencia de tomar una postura política”.

‘…LA POLÍTICA DEBE SER PARTE DE LA SOLUCIÓN’

En cuanto al futuro de esta situación, Hayes-Bautista dice que “en el peor de los casos va a ocurrir algo similar al VIH/Sida, que fue una epidemia y por casi 20 años, contagiarse era una sentencia de muerte. Pero aprendimos a vivir sin contagiarnos. Hoy casi no se oye de casos, y aunque nunca hayan descubierto una vacuna contra el VIH ni su cura, se puede postergar la muerte. Así podría pasar con el coronavirus; tendremos que convivir con él si todo el mundo utiliza medidas de prevención”, dice.

Asimismo, y de acuerdo con el científico, “el Covid demostró el distanciamiento que existe entre la comunidad latina y los servicios médicos, tanto particulares como públicos; hay pocos servicios de salud, médicos y enfermeros, y por ello estamos pagando el precio”. Y agregó que con este estudio quiere educar al público de lo que está sucediendo con la pandemia, para ver qué es lo podemos hacer.

El doctor Hayes-Bautista concluye que hay muchos que ignoran los efectos de este virus, “pero la ignorancia se puede combatir con educación”.

Según el estudio, en California hay 15 millones de latinos, de los cuales el 80% es ciudadano de Estados Unidos. Entre los menores de 18 años, el 98% son ciudadanos, y de los mayores de 65 años, el 78 %. De los adultos con edad para trabajar, sobre todo entre 35 a 64 años de edad, sólo el 60% es ciudadano. VN

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