CRIMINALIDAD FRONTERIZA DESALIENTA EL CRUCE INDOCUMENTADO, SEGÚN ESTUDIO

San Diego (California).- La criminalidad se ha convertido en la principal preocupación de los potenciales inmigrantes indocumentados, según un nuevo estudio que también encontró un descenso en el número de traficantes o “coyotes”.

La investigación de la Universidad de California San Diego muestra que el crimen es la principal preocupación de los mexicanos que emigran hacia EE.UU., y ese temor ha hecho que potenciales indocumentados permanezcan en sus comunidades, por lo que los coyotes están abandonando el mercado de la inmigración ilegal.

El profesor David Fitzgerald, director asociado del Centro para los Estudios Comparados de Inmigración, dijo a Efe que en 2010 la criminalidad emergió como una preocupación entre inmigrantes mexicanos, desplazando a las relacionadas con las condiciones naturales como el calor y el frío.

Junto con su equipo de investigadores de la Universidad de California San Diego, y en colaboración con instituciones como la Universidad Autónoma Benito Juárez en Oaxaca, el equipo de Fitzgerald ha conducido encuestas en comunidades que tradicionalmente son centros de emigración a EE.UU.

Las cerca de mil encuestas, conducidas desde 2005 en los estados mexicanos de Jalisco, Oaxaca y Yucatán, han revelado que entre los posibles inmigrantes indocumentados el crimen fronterizo se ha convertido en la principal preocupación.

“Sin embargo, hay que notar que este factor es más importante entre posibles inmigrantes de bajos recursos, pues en el norte de México, o entre inmigrantes que vienen a la zona de Tijuana-San Diego, donde no hay tanto crimen, las preocupaciones son otras”, indicó Fitzgerald.

El investigador consideró significativo que pese a su diversidad, en las tres comunidades el miedo a la frontera es un factor que previene la inmigración.

“A menos de que haya un reacomodo entre el Gobierno mexicano y los carteles de las drogas es difícil considerar que esto vaya a cambiar en el futuro próximo”, dijo Fitzgerald.

Sin embargo, el investigador dijo que pese a que es un impedimento, el crimen no tiene el poder de alterar las profundas razones históricas que causan la emigración mexicana.

“Es un impedimento, pero uno pequeño frente a la necesidad de conexión entre familias que existen a ambos lados de la frontera y que buscan mejores remuneraciones”, indicó.

Victor Clark Alfaro, director del Centro Binacional de Derechos Humanos en Tijuana, un organismo defensor de los derechos de los inmigrantes, dijo a Efe que coincide en la apreciación de que el crimen es un factor, pero en su opinión la economía tiene más peso en las decisiones de los inmigrantes, junto al incremento en la vigilancia en la frontera.

“A través de sus redes, los migrantes han escuchado por parte de familiares y amigos sobre las dificultades para encontrar empleo”, dijo Clark Alfaro, a lo que se suma la atmósfera de xenofobia, pues más de 20 estados en EE.UU. han propuesto leyes antiinmigrantes.

“En Tijuana hay 10 albergues de inmigrantes, y ahora no encuentras casi a personas que quieren cruzar sino casi a puros deportados, lo que es un indicador de que la inmigración de mexicanos está disminuyendo”, dijo el activista.

Esto significa que el trabajo para “coyotes” también ha caído, hasta en un 30 a 50 por ciento en esta área, por lo que los traficantes de personas con los que él tiene contacto como antropólogo se han visto forzados a ingresar a otros sectores de la economía, usualmente también informal como en el mercado ambulante.

“Todo depende de la economía de EE.UU., si hay un repunte, habrá demanda de mano de obra y mayor inmigración”, finalizó el activista. VN

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