CON EMOTIVA MISA SE HONRA A CÉSAR CHÁVEZ Y SU HISTÓRICA MARCHA

CON EMOTIVA MISA SE HONRA A CÉSAR CHÁVEZ Y SU HISTÓRICA MARCHA

Hace 50 años una peregrinación desde Delano a Sacramento, dirigida por el fallecido líder, abría los ojos al mundo de las lamentables condiciones laborales de los campesinos

Por ALICIA MORANDI
(Fotografía de Victor Aleman).

Hace medio siglo Estados Unidos y el mundo veían con asombro como una larga fila humana se desplazaba pacíficamente a lo largo de casi 350 millas entre Delano y el Capitolio de Sacramento, en California. El motivo: dar a conocer el abuso laboral que sufrían los campesinos del país.

Setenta y siete hombres y mujeres que trabajaban en los cultivos- liderados por el legendario activista César Chávez- comenzaron esta marcha histórica que nació el 17 de marzo de 1966 y culminó el 10 de abril de ese año. Caminaron con el estandarte de la Virgen de Guadalupe, y a su peregrinaje se le unieron otros trabajadores, estudiantes, profesionales, religiosos, y la fila aumentó a 10 mil peregrinos llegando a la meta.

Por 25 días sufrieron cansancio, dolor, y la incertidumbre de no saber cómo se mantendrían sus familias. Pero se apoyaron unos a otros, animados por el cariño que le manifestaban aquellos que hallaban en el camino.

‘Antes de la marcha estábamos como olvidados…’

Este 2016, la Catedral de Nuestra Señora de Los Ángeles volvió a ser escenario de una Misa especial al mediodía celebrada por el Arzobispo José H. Gomez. Católicos y líderes sindicales, varios de United Farm Workers (UFW), llenaron totalmente el templo para celebrar los 50 años de esa marcha, y rendir homenaje al trabajo de César Chávez, inspirado en la doctrina católica de paz y justicia.

Previo a la misa, diez de los sobrevivientes que marcharon en 1966 realizaron una pequeña procesión portando imágenes y algunos objetos recogidos de aquella caminata. A continuación colocaron delante del altar una gran foto de César Chávez, mientras el coro de la catedral entonaba la clásica canción “De Colores”.

Entre ellos estaba Roberto Armando Bustos, a quien César nombró capitán de esa marcha cuando era un joven que pizcaba uva en los cultivos.

“Antes de la marcha estábamos como olvidados. Con la marcha de Delano a Sacramento la gente se dio cuenta de lo que vivíamos y comenzó a ayudar”.

Además de las largas jornadas de labor con un pago demasiado bajo, “los campesinos éramos mal tratados; no había baños para los trabajadores en los cultivos, ni agua fresca; había pesticidas por todos lados y no nos avisaban que las estaban echando sobre nosotros mientras trabajábamos”, recuerda Bustos, mexicoamericano de 74 años, que a pesar de estar jubilado, continúa colaborando en actividades de la UFW.

“Cuando César llegó a mi rancho y nos habló sobre organizarse, ahí salimos para acompañarlo. Por donde pasábamos íbamos explicándole a la gente por qué lo hacíamos y muchos se nos iban uniendo. Casi siempre dormíamos en los parques, a veces nos ofrecían alguna casa. La gente nos daba sándwiches, agua…Nos ayudaron muchos voluntarios y religiosos”. Y agregó: “Con esa marcha y el movimiento hubo cambios buenos en los campos y en mi vida. El señor Chávez me enseñó cómo defenderme, y pelear por los otros”.

‘El testimonio de César nos inspira a todos’

Antes de que el Arzobispo Gomez iniciara la misa, Lucy Boute del Comité de la Oficina de Vida, Justicia y Paz de la Arquidiócesis, pidió a los fieles repetir la oración dedicada a Chávez que los miembros de UFW rezan en sus reuniones. Luego hubo un momento de silencio por los mártires que dieron su vida para mejorar la vida del prójimo.

El Arzobispo Gomez comenzó la misa dando la bienvenida a algunos familiares de Chávez allí presentes, y a los miembros de la Unión de Campesinos, “incluidos los que acompañaron a César en su peregrinación histórica hasta Sacramento. Y seguimos todavía el camino… El testimonio de César nos inspira a todos”, y destacó que la fe religiosa impulsó al líder en su defensa de los trabajadores del campo.

Al final de su homilía, el arzobispo pidió orar “por la dignidad de todos los trabajadores, en especial de los campesinos y de aquellos que siguen sufriendo el incongruente y obsoleto sistema de migración en nuestro país. Vamos a rezar para que pronto tengamos una reforma migratoria que necesitamos urgentemente”.

Durante la misa, el coro entonó el “Corrido de César Chávez”, despertando una calurosa ovación.

Ya finalizando, Paul Chávez, uno de los hijos del líder, y presidente de la “Fundación César Chávez”, agradeció al arzobispo y a la Iglesia por conmemorar la vida de su papa.

“Los que marcharon hace 50 años, inspiraron a un movimiento, a todo un pueblo, a una nación. Mi padre sabía que la ‘Causa’ era mucho mayor que una sola persona, así que la mejor manera de honrar su legado es honrando a los hombres, mujeres y niños que levantan la cosecha más abundante de esta nación, y que muchas veces no tienen lo suficiente para sus propias mesas…Y seguir luchando de manera no violenta en su nombre”.

Paul le comentó a VIDA NUEVA que él tenía unos 7 años cuando se realizó esta marcha. “Me acuerdo que era fuerte la impresión de verlos caminar; allí estaba la gente con lágrimas ofreciéndoles agua y apoyando el sacrificio de los peregrinos. El grito del campesino se escuchó por todo Estados Unidos”.

Arturo Rodríguez, actual presidente de UFW, también agradeció al Arzobispo Gomez por su esfuerzo en lograr una reforma migratoria.
“Hoy es un día histórico para los trabajadores del campo. Ellos fueron los primeros en hacer una peregrinación cuando en ese tiempo nadie sabía de su lucha”, dijo en la misa, y pidió que se pusieran de pie los sobrevivientes que marcharon todo el camino, entre ellos Roberto Bustos, Carolina Franco, María Valenzuela, Antonia Zamurano, y otros, además de familiares de peregrinos que han fallecido. Así lo hicieron y recibieron un largo aplauso.

“En los últimos 50 años hemos logrado nuevos contratos en industrias como la de la uva, fresa, vino, lechería, pero aún hay mucho por hacer. Los campesinos son los únicos trabajadores de este país que todavía no reciben pago por horas extras después de las ocho horas”, y dirigiéndose a la congregación, Rodríguez pronunció como despedida: “Cuando estén comiendo verduras y frutas, piensen en esos hombres y mujeres que están haciendo sacrificios para asegurarles que tengan eso en sus mesas, y piensen cómo podemos ayudarles para que reciban el pago que merecen por su trabajo”. VN

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