CANONIZACIÓN DE MONSEÑOR ROMERO, UN ACTO DE JUSTICIA A SU LABOR PASTORAL
Por EBER HUEZO
Monseñor Óscar Arnulfo Romero y Galdámez, fue el cuarto Arzobispo metropolitano de San Salvador (1977-1980), célebre por su prédica en defensa de los derechos humanos y por haber sido asesinado durante la celebración de la misa en la capilla del Hospital Divina Providencia.
En una de sus homilías, afirmó: “La misión de la Iglesia es identificarse con los pobres, así la Iglesia encuentra su salvación” (11 de noviembre de 1977). Sus homilías fueron controversiales, pero para los pobres estaban llenas de amor.
El 23 de mayo de 2015 fue beatificado en la Plaza Salvador del Mundo y este próximo 14 de octubre será canonizado por el Papa Francisco, una ceremonia muy especial pues se trata del primer salvadoreño en ser elevado a los altares y el primer Arzobispo mártir de América.
VIDA NUEVA trae algunas reacciones de salvadoreños ante tan magno evento.
“Monseñor Romero ha transcendido la frontera, el lenguaje, las culturas; es el máximo referente de la universalidad salvadoreña. En mi opinión personal, es el personaje más digno de conocer y de imitar, pues ha llegado a niveles altos al igual que otros personajes como Ghandi, Martin Luther King, Teresa de Calcuta, entre otros.
No he sido creyente pero hoy sí voy a creer en Monseñor Romero; voy a creer en un santo, no a nivel religioso, sino dentro del carácter de su pensamiento, la verdad profunda de sus palabras.
Los salvadoreños tenemos la oportunidad de tener a un grande entre nosotros, lamentablemente en medio de esta tormenta ideológica, minimizamos el valor de Monseñor Romero, quien a mi parecer, mostró con hechos su amor por los demás, su sencillez, humildad, aunque tuvo las posibilidades de vivir mejor dentro de su jerarquía.
Fundamentalmente podría definirlo como la claridad y la única esperanza que tenemos nosotros los salvadoreños.
Su canonización no sólo es un reconocimiento a su labor, sino una compensación al error de parte de la Iglesia de no ponerlo antes en el lugar que se merecía, no en los altares, porque el Papa Francisco ha dicho que lo ubica como santo no para que le recen, sino para pagar ese grave error histórico que se ha hecho, de manipularlo. Yo creo que es la única figura que ha trascendido para ponerlo donde está.
Su canonización es trascendental para creyentes y no creyentes, ya que por un lado habrá un sector que lo va a ver desde el punto de la religiosidad que querrá engavetar, pedirle un milagro y rezarle, y habrán otros desde el punto laico que piensan que su primer milagro es haber unido a la gente”.- Manuel Olmos
“Como católica y salvadoreña me siento muy contenta y orgullosa de que nuestro país tenga este tipo de alegría y bendición de contar con alguien dentro del canon de la Iglesia, y pienso que se habían tardado muchísimo en reconocer en la persona de Monseñor Romero, una persona que luchó por los más necesitados de nuestro país. Desafortunadamente, hubo sectores que utilizaron su imagen para politizarla, no comprendiendo la profundidad de su mensaje de predicar el Evangelio y constituirse en la voz de los que no tenían voz.
Estamos conscientes que como ser humano a lo mejor cometió errores y por eso algunos se oponían a su canonización, pero quiero dejar claro que este reconocimiento que se le otorga se debe más bien a que luchó por los desposeídos y predicó el Evangelio a pesar de las amenazas de muerte en un contexto político peligroso. Los salvadoreños sentimos respeto y admiración por todas las buenas obras que hizo, conscientes y felices que la Iglesia le da ese título de santo. Muchas gracias.
Como salvadoreña y como persona que vivo en Estados Unidos y que me relaciono con la comunidad salvadoreña de acá, me siento realmente bendecida que esto pase”.- Teresa Tejada
“La canonización de Monseñor Óscar Arnulfo Romero por parte del Vaticano, es desde ya, uno de los sucesos históricos más grande que haya experimentado nuestra pequeña patria, el Arzobispo Mártir, representa la figura salvadoreña más universal.
Mi vida está marcada por la actividad de San Romero, como será conocido a partir del proximo14 de octubre. Recuerdo cuando en 1977 me confirmaron en la Catedral Metropolitana, fue Monseñor Romero quien lo hizo, lo recuerdo muy bien por lo turbulento que estaba el país, producto de la represión generalizada por parte del Estado, él era noticia todos los días. La Radio YSAX, emisora en la que se transmitían sus homilías, constantemente era dinamitada, con la penosa idea de que no escucharan.
Pasado el tiempo, tuve en mis manos el proceso judicial que iniciaron las autoridades para investigar el asesinato de Monseñor Romero, era el año de 1990 cuando laboraba para el Departamento de Prensa de la Corte Suprema de Justicia. La prensa internacional demandaba información sobre el caso; y los periodistas se dirigían a mí para tramitarla, casualidades de la vida que, el Juzgado 4° de lo Penal, era el mismo que tramitaba el caso del asesinato de los 6 sacerdotes Jesuitas y dos de sus colaboradoras en la Universidad Centroamericana (UCA).
En octubre de 2015 tuve la oportunidad de saludar al Papa Francisco, a quien le entregué un cuadro con el rostro de Monseñor Romero, elaborado por el pintor salvadoreño radicado en la Sicilia, Italia, Eleazar Sánchez”- José Luis Funes
“Yo creo que la canonización de Monseñor Romero es un evento histórico porque no sólo representa reivindicar al hombre y al líder religioso, sino a la persona humana que él representó en vida, y es una reivindicación también para todas las víctimas en las violaciones a los derechos humanos que él en vida denunció y sirvió de voz para los que ya no podían hablar o para los que no tenían voz.
Sus palabras proféticas han hecho cambiar de pensar a mucha gente, incluso a aquéllos que eran detractores de él cuando estaba en vida, pero lo importante fue su obra, eso es lo que lo llevó al martirio, y él sabía que lo iba a enfrentar, y lo enfrentó como un verdadero santo, y hoy vemos esa ratificación de su rol como pastor del pueblo salvadoreño, que dio el máximo sacrificio, que fue ofrendar su vida para el pueblo salvadoreño.
Es muy importante y relevante este evento, y ojalá sirva de consuelo para muchas familias de las víctimas que perdieron en ese conflicto fratricida que estuvo por más de doce años en El Salvador”- Salvador Sanabria
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