BELÉN AZUCENA, UNA ‘GUERRERA’ DE LA VIDA

BELÉN AZUCENA, UNA ‘GUERRERA’ DE LA VIDA

(fOTO: Belén Azucena (izquierda), que pronto cumplirá 15 años, junto a su hermana Andrea).

Esta adolescente, con severos problemas físicos de nacimiento, necesita apoyo para que sus padres puedan legalizarse. Tenerlos a su lado es vital para que ella pueda sobrevivir

Por MÓNICA LIMÓN

A sus sólo 14 años de edad, Belén Azucena ha abogado por los derechos de los inmigrantes y promovido cambios en su comunidad a favor de los discapacitados. Ahora esta joven activista -quien nació con espina bífida y ha afrontado lo que muchos de nosotros ni siquiera podemos imaginar- está por embarcarse en una de las luchas más importantes de su vida: lograr recaudar los fondos necesarios para que sus papás puedan obtener la residencia permanente. Su deseo más grande, expresa Belén a VIDA NUEVA, es que sus papás- y el resto de la comunidad inmigrante indocumentada- puedan vivir sin miedo y salir de las sombras en las que se han visto obligados a permanecer.

Con una sonrisa constante en sus labios y sin un ápice de resentimiento por su condición física, Belén comenta que se ha sometido a muchas operaciones, que no tiene sensación en los pies por lo que le salen llagas frecuentemente, que su papá es el único que le puede poner los soportes que usa en los pies para poder caminar, que necesita de la ayuda de la enfermera escolar y de su mamá para poder satisfacer las necesidades humanas más elementales.

EL MEJOR REGALO

Durante la entrevista, Belén Azucena, acompañada de su mamá Lucy y su hermana Andrea de 13 años, habló además acerca de las dificultades que ha experimentado a lo largo de su vida, y que recaudar los fondos para la legalización de su papá y mamá sería el mejor regalo que pudiera recibir este 4 de marzo cuando cumplirá quince años.

En el caso de su mamá y papá, lo que se necesita es la correcta representación legal -que ya la tienen-  y un juez benevolente que reconozca la urgente necesidad de otorgarles una estancia legal a la pareja por razones humanitarias. Desde luego también está el factor económico. Este proceso tiene un costo de por lo menos $10 mil de los que la familia Valdez no dispone actualmente. Es por eso que Belén, con el apoyo de la activista de la comunidad Martha Ofelia Jiménez, se ha dado a la tarea de abogar por sus papás para poder recaudar los fondos necesarios que cubran los honorarios del abogado y cuotas de inmigración.

Es esta constante intervención médica y dependencia lo que hacen del caso de inmigración de sus padres un asunto de vida o muerte, puesto que sin la ayuda de ambos, sería extremadamente difícil para Belén sobrevivir. Al respecto, su hermana Andrea expresó el temor de que sus papás fueran deportados. “Yo sola no creo poder cuidar de mi hermana. Ella necesita de mucha atención”, explicó la adolescente.

Por su parte, Lucy comparó el cuidado de Belén con un trabajo de tiempo completo, ya que además de las numerosas citas con el médico y las muchas operaciones a las que ha tenido que someterse, Belén debe estar bajo un cuidado constante.

LA VIDA ANTE TODO

No cabe duda que Belén ha enfrentado problemas y complicaciones de salud debido a su discapacidad. Pero a pesar de eso, ella es una  joven con una actitud optimista y un aura angelical que lleva una vida lo más normal posible y desea algún estudiar enfermería o medicina.

Por ejemplo, Belén ha participado en los concursos de baile y canto y demostraciones de talento de su escuela. Además, es una estudiante que pone mucho empeño en la escuela por lo que sus calificaciones son sobresalientes. Pero, a diferencia de muchos de sus compañeros, ella es una joven que ha abogado por cambios en City Terrace donde vive con su familia. Así, gracias a su intervención, las aceras tienen rampas, en la Biblioteca City Terrace se cambió la puerta y modificó la entrada para permitir el acceso con sillas de ruedas, y por último, en la Preparatoria Estevan Torres a la que asiste, se instalaron rampas de acceso para los estudiantes discapacitados.

Además de ese deseo en su corazón de contribuir a su comunidad, un común denominador en la familia Valdez es la profunda fe que tienen en Dios y la Virgen de Guadalupe. De hecho, su convicción religiosa es tan fuerte, que Lucy y su esposo sabían desde antes de que Belén naciera que la niña sufría de espina bífida, y los médicos le ofrecieron la posibilidad de terminar con el embarazo.

“Mi mamá decía que Dios le da las batallas más grandes a los guerreros más fuertes” refirió Lucy. “Y cuando me sugirieron terminar el embarazo, lo que pensé fue que por alguna razón Dios la había enviado así. Yo he sido una guerrera por mi hija, he luchado por ella en las juntas del IEP para que en la escuela reciba todos los servicios que necesita”.

Por su parte Jiménez -quien conoce a la familia desde que Belén estaba pequeña- hace un llamado urgente a la comunidad para que abran sus corazones y contribuyan a esta noble causa. “Del fondo de mi corazón les pido que les ayuden para que puedan seguir adelante y puedan cumplir con su sueño de una legalización. Esta niña [Belén] es una inspiración para todos y tiene un futuro brillante”.

“Mi sueño es que todos los inmigrantes tengan papeles. Por eso participé en la marcha por los derechos de los inmigrantes y le encendí una vela a la Virgen de Guadalupe para que nos haga ese milagro”, explica Belén al referirse a una posada y marcha por los derechos de los inmigrantes indocumentados en la Iglesia de Santa Lucía en Los Ángeles.

EN SOLIDARIDAD

Quienes deseen ayudar a Belén Azucena, pueden enviar una donación  para que sus padres logren pagar el proceso migratorio que les permita permanecer al lado de su hija. La adolescente nació con espina bífida, y requiere del cuidado especial de sus progenitores.

Cualquier cantidad es bienvenida. Interesados dirigirse a alguna de las localidades del Wells Fargo Bank y depositar en la cuenta número 7629005666 (a nombre de María T. López/Belén Azucena) y el ‘routing number’ es: 122000247. VN

Share