ARZOBISPO DE LOS ÁNGELES RENUEVA LLAMADO A HALLAR SOLUCIONES AL TEMA DE INMIGRACIÓN

ARZOBISPO DE LOS ÁNGELES RENUEVA LLAMADO A HALLAR SOLUCIONES AL TEMA DE INMIGRACIÓN

Monseñor José H. Gomez pronunció la siguiente declaración sobre la terminación del Estatus de Protección Temporal (TPS) para más de 200 mil salvadoreños que viven en EE. UU.

Los católicos celebran el 50° aniversario de la Semana Nacional de Migración (del 7 al 13 de enero), un momento anual de reflexión sobre las contribuciones que los inmigrantes y refugiados siguen haciendo a nuestra economía y cultura aquí, en Estados Unidos.

Y nos impactó escuchar la noticia de que nuestro gobierno puso fin a un programa vital, el Estatus de Protección Temporal (TPS), que ha estado ayudando a más de 200 mil refugiados que llegaron a este país huyendo de la violencia y la inestabilidad en El Salvador, lo cual incluye a unos 49 mil que viven en California.

Lo que esto significa en términos prácticos es que nuestra nación obligará a estas 200 mil personas a regresar a su país de origen, que todavía no cuenta con los recursos adecuados para recibirlas, protegerlas o integrarlas en la sociedad.

Como los Obispos estadounidenses y otros líderes religiosos afirmaron en una carta al Director Interino de Seguridad Nacional: “El país padece de una escasez generalizada de viviendas, de falta de acceso a agua potable, de enfermedades e inseguridad alimentaria como resultado de los terremotos de 2001 y de los desastres naturales subsecuentes”.

Muchos de estos 200 mil salvadoreños que se han beneficiado del TPS son padres y madres de familia, y alrededor de 190,200 de sus hijos nacieron en este país y son ciudadanos de Estados Unidos.

Este es el único país que estos niños han conocido en sus vidas. Y ahora estas familias enfrentan una decisión difícil acerca de su futuro: permanecer juntos y regresar a El Salvador a enfrentar la posible violencia y explotación, o separarse tal vez de manera permanente para que los niños puedan permanecer seguros aquí, con todos los beneficios de la ciudadanía estadounidense.

Esta es una elección inhumana que nadie debería tener que hacer.

Nuestro país siempre ha sido un faro de esperanza para el resto del mundo. Hago oración para que el gobierno reconsidere esta decisión y encuentre la forma de permitir que estas familias se queden y encuentren la manera de darles un camino permanente para la residencia y ciudadanía.

Mientras tanto, la comunidad católica seguirá caminando con nuestros hermanos y hermanas de El Salvador, abriendo nuestros corazones a sus familias en amor y caridad y acogiendo los dones que ellos aportan a esta gran nación. VN

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