vida nueva

ADVIENTO: DIOS CUMPLE SUS MUCHAS PROMESAS

La temporada litúrgica de Adviento es un tiempo maravilloso para que nosotros vivamos nuestra vida diaria y nuestro discipulado con Jesucristo. La mera palabra “Adviento” habla de venida, del cumplimiento de una promesa, un tiempo de renovación y de alegría.

Si podemos imaginarnos el primer Domingo de Adviento como mirar una tela grande que está lista para recibir cualquier pintura o imágenes, que nos ayudan a ver en progreso cómo Dios prometió enviar a la familia humana un Mesías, un Salvador –para redimirnos de nuestra pecaminosidad y para reestablecer nuestra vida en y con Dios–. Cada día del Adviento, nosotros añadimos un poco más de pintura e imágenes a nuestra tela, hasta el Día de Navidad, cuando tendremos ante nosotros una maravillosa pintura que claramente muestra el cumplimiento de aquellas promesas en la persona de Jesucristo.

Vamos a comenzar con el texto del Antiguo Testamento para el Primer Domingo de Adviento:

Mirad que días vienen –oráculo de Yahveh- en que confirmaré la buena palabra que dije a la casa de Israel y a la casa de Judá. En aquéllos días y en aquella sazón haré brotar para David un Germen justo, y practicará el derecho y la justicia en la tierra. En aquéllos días estará a salvo Judá, y Jerusalén vivirá en seguro; y así se la llamará: “Yahveh, justicia nuestra”. (Jeremías 33, 14-16)

Esa escritura se convierte en la primera aplicación de pintura en nuestra tela, –confirmando la promesa definitiva de Dios a su Pueblo– y nos coloca en el proceso de continuar añadiendo más pintura e imágenes más claras del cumplimiento de las promesas de Dios. Cada día algo nuevo será añadido a la pintura; el nombre del Mesías, su nacimiento de una virgen madre, el nombre de su pueblo de nacimiento, varios títulos tales como Príncipe de Paz, y su papel de reestablecer esos lazos de vida y amistad. Algunas escrituras describirán la luz del amor de Dios y su misericordia comenzando a emerger a través de la oscuridad y la desesperanza del pecado y la alienación. Para el día de Navidad, una pintura espléndida y clara de nuestro Mesías estará frente a nosotros.

Yo quisiera invitar a cada uno de ustedes durante esta temporada de Adviento, a dedicar un poco de tiempo cada día para leer y reflexionar sobre la primera lectura del día, la del Antiguo Testamento. Durante el Adviento de 2009, leeremos diez veces textos del profeta Isaías; del profeta Sofonías, tres veces; del libro del Génesis, dos veces y una vez de cada uno de los profetas Baruc, Zacarías, del Libro de los Números, del Libro de los Jueces, de los profetas Miqueas, de 1 Samuel y de Malaquías.

Afortunadamente, hay muchas ayudas excelentes disponibles para las lecturas diarias. Uno puede encontrar las lecturas de Adviento de cada día en-línea, en estos sitios: www.usccb.org o www.la-archdiocese.org o www.olacathedral.org. Cada uno de esos sitios les da a ustedes los textos del día y pueden conectarse a una transmisión en vivo podcast para escuchar la lectura de los textos. Las escrituras también están disponibles en la mayoría de los iPhones, Blackberrys y teléfonos similares.

Además, publicaciones como Magnificat y otros pequeños libritos son muy convenientes para llevar en el bolsillo o la cartera durante el Adviento. Ellos les ofrecen a ustedes una reflexión de las escrituras y una oración para cada día.

Al comenzar a llenar nuestra tela con la historia de nuestra salvación a través del Adviento, ganamos un aprecio más profundo de las altas y bajas del pueblo judío –cómo pasaron de la fidelidad a la infidelidad a Dios–. Sus jornadas diarias seguramente reflejan nuestras propias altas y bajas, cómo algunos días valoramos la presencia y la cercanía de Dios, en tanto que otros tendemos a alejarnos. Toda la temporada de Adviento es un mini-retiro para devolvernos a la acogida completa y gozosa de nuestro Salvador prometido y Mesías, Jesucristo, en el Día de Navidad. VN

Salir de la versión móvil