Santoral
• San Felipe Neri, Sacerdote Fundador
Lecturas de la liturgia
• Primera Lectura: Hechos 18, 9-18
“Muchos de esta ciudad pertenecen a mi pueblo”
Una noche, el Señor dijo a Pablo en una visión:
«No temas, sigue hablando, no te calles, porque yo estoy contigo y nadie intentará hacerte mal. En esta ciudad hay muchos que llegarán a formar parte de mi pueblo».
Pablo permaneció en Corinto un año y medio, enseñando la palabra de Dios.
Mientras Galión era el procónsul de Acaya, los judíos conspiraron contra Pablo y lo llevaron ante el tribunal con esta acusación:
«Este trata de persuadir a los hombres para que den culto a Dios en contra de la ley».
Pablo se disponía a hablar, cuando Galión dijo a los judíos:
«Si se tratara de un crimen o de un delito grave, yo los escucharía con detenimiento; pero tratándose de cuestiones referentes a su propia ley, allá ustedes. Yo no quiero ser juez de esas cosas».
Y los echó del tribunal.
Entonces todos ellos se apoderaron de Sóstenes, el jefe de la sinagoga, y lo golpearon frente al tribunal. Pero Galión no hizo caso de lo que pasaba.
Pablo se quedó todavía bastante tiempo en Corinto. Después se despidió de los hermanos y se embarcó rumbo a Siria, acompañado de Priscila y Aquila. En Cencreas se había rapado la cabeza para cumplir un voto que había hecho.
• Salmo Responsorial: 46
“Dios es el Rey del universo”
Todos los pueblos, aplaudan; aclamen a Dios con gritos de alegría. Porque el Señor es grande y temible, es el rey de toda la tierra.
Dios es el Rey del universo.
El nos somete los pueblos y pone las naciones bajo nuestros pies. El eligió nuestra heredad, orgullo de Jacob, su amado.
Dios es el Rey del universo.
Dios asciende entre aclamaciones; el Señor, al sonido de las trompetas; toquen para Dios, toquen para nuestro rey, toquen.
Dios es el Rey del universo.
• Evangelio: Juan 16, 20-23a
“Nadie podrá quitarles su alegría”
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos:
«Yo les aseguro que ustedes llorarán y gemirán, mientras que el mundo se sentirá satisfecho; ustedes estarán tristes, pero su tristeza se convertirá en alegría.
Cuando una mujer va a dar a luz, siente tristeza, porque le ha llegado la hora; pero cuando el niño ha nacido, su alegría le hace olvidar el sufrimiento pasado y está contenta por haber traído un niño al mundo. Pues lo mismo ustedes: de momento están tristes; pero volveré a verlos y de nuevo se alegrarán con una alegría que nadie les podrá arrebatar. Cuando llegue ese día, ya no tendrán necesidad de preguntarme nada». VN