UN SIGLO DE COMPASIÓN
(fOTO: Caridades Católicas es la división de labor social de la Arquidiócesis de Los Ángeles que ofrece servicios para cubrir necesidades de los residentes más pobres de la Arquidiócesis en los Condados de Los Ángeles, Ventura y Santa Bárbara. VICTOR ALEMÁN).
Caridades Católicas de Los Ángeles continúa su tradición de 100 años de servicios para los niños, mujeres y hombres más necesitados
Por R.W. DELLINGER
Mari, con 18 años recién cumplidos, y su mamá se mudaban de casa en casa, por lo general con familiares y amigos que les daban hospedaje temporal. Durante toda esta inestabilidad y confusión, la adolescente siguió estudiando para mantener sus buenas calificaciones en la Preparatoria Compton. Pero en estas circunstancias continuar la escuela cada día se le hacía más difícil.
Después de que llamaron a todo tipo de programas para indigentes, sin obtener ningún resultado, terminaron quedándose en la casa de la profesora de economía de Mari en Los Ángeles. Y la maestra les habló de un lugar cercano llamado Angel’s Flight. Sabía que era una especie de refugio para jóvenes fugitivos, en riesgo y sin hogar.
Ya desesperadas, llegaron a Angel’s Flight, un programa de Caridades Católicas de Los Ángeles, donde la adolescente fue recibida de inmediato. Pero luego tuvo dudas.
“Me aceptaron, pero escuché mucho ruido adentro”, recordó Mari. “Así que no quise quedarme. Pero mi madre se fue a Palmdale, donde vive la mayor parte de su familia, y yo necesitaba un lugar donde quedarme. En realidad, estaba sin hogar. Así que al día siguiente regresé”.
Pero ella todavía quería seguir yendo a Compton High School. Entonces, de lunes a viernes se levantaba muy temprano para tomar el tren de la línea roja (tren ligero) y luego la línea azul y bajaba en la parada de Willowbrook. Luego, o caminaba a la casa de una amiga para ir a la escuela o corría durante 20 minutos para llegar a su primera clase.
Hubo días en que sólo quería abandonar la secundaria y quedarse en su cama en Angel’s Flight.
“Para ser sincera, a veces tenía ganas de rendirme porque la escuela estaba a una hora de distancia”, confesó. Pero mi administrador de casos venía y me decía: ‘Tienes que ir a la escuela. Quieres terminar la secundaria, ¿verdad?’”.
Y Mari continuó: “La terapeuta que tuve aquí me ayudó mucho. Realmente la quería mucho. Ella era una persona con quien realmente deseaba hablar de grandes y pequeñas cosas. Entonces su motivación me ayudó a seguir adelante. Y, además, me dieron un lugar para quedarme durante mucho tiempo”.
Hoy, un año después, la adolescente todavía vive en Angel’s Flight. Se graduó de Compton High School en junio con sólo 17 años y comenzó en Los Angeles City College en agosto. Y después de obtener un título asociado en biología, planea ir a la Universidad Cal Poly Pomona. Debido a que ama a los animales, su objetivo es convertirse en veterinaria. Contó que ése ha sido el sueño de toda su vida.
Patricia Chaidez, directora ejecutiva de Angel’s Flight, y otros miembros del personal han ayudado a Mari, y a muchos otros jóvenes de 10 a 17 años, a dar los primeros pasos hacia sus sueños. Cada uno tiene un administrador de casos que le desarrolla un plan específico para cumplir sus metas. Sin embargo, la mayoría se queda solo uno o dos meses, o incluso menos, antes de volver con sus familiares o parientes. “En los últimos dos años también estamos viendo a más niños cuyos padres no tienen hogar”, dijo.
El centro además ofrece servicios como duchas, ropa, artículos de higiene y comidas a necesitados que no residen allí.
“Creo que Mari se siente muy solidaria con el personal de este lugar, y su apoyo la ha ayudado a lidiar con los problemas que enfrenta. Pero hacemos eso por todos los niños que vienen aquí”, agregó Chaidez. “Queremos que se sientan muy apoyados. Obviamente, nuestro objetivo es la reunificación familiar. Pero a veces eso no funciona como con Mari. Así que estamos todos para proporcionar un lugar cálido y acogedor lejos de su hogar. Al menos por un rato”.
Caridades Católicas de Los Ángeles celebra un siglo de servir con compasión, ayudando a familias y adolescentes como Mari durante épocas muy difíciles de la vida. Desde su fundación a cargo del Obispo John J. Cantwell en 1919, su misión se ha mantenido igual: servir a los pobres y marginados del Sur de California a través de actos de caridad.
Hoy administra 18 centros comunitarios y ocho refugios para personas sin hogar. También sirve a los pobres con programas de servicios sociales multifacéticos. Y proporciona una atención continua a los clientes a medida que pasan de la vulnerabilidad a la autosuficiencia.
Los programas para niños y adolescentes incluyen cuidado infantil después de la escuela, servicios de empleo juvenil, asistencia con tareas y tutoría, y apoyo para jóvenes embarazadas y con hijos. El programa CYO de la agencia coordina los deportes escolares para las escuelas primarias católicas del Condado de Los Ángeles.
‘Panes y Pescados’ y más
Otro sitio donde Caridades Católicas ha dejado huella en la comunidad es un dispensario de comida del Centro Guadalupe en Canoga Park.
Sandra Yañez, directora de la Región de San Fernando de Caridades Católicas muestra con orgullo la despensa bien surtida del centro de “Loaves and Fishes” (Panes y Pescados).
“Somos un poco diferentes a las otras despensas de Caridades Católicas porque estamos principalmente sirviendo a familias, en su mayoría mexicanas, que viven por aquí y pueden caminar a su casa con bolsas de comida.
“Tenemos además todo tipo de programas para niños, como tutoría después de la escuela, guardería, deportes como fútbol y voleibol, y un centro de aprendizaje y laboratorio de computación con 20 computadoras, diez que acabamos de recibir. Pero si los niños no se alimentan, no obtienen la comida que necesitan en casa, esto puede ser devastador”.
La despensa, que comenzó en 1988, atiende a 350 familias al mes, unas 1,500 personas. Está abierto los lunes, miércoles y viernes para la distribución de alimentos, mientras que los martes y jueves son “días de pan”. Dependiendo del tamaño de la familia, obtienen una caja de comida pequeña o grande que se transfiere a bolsas de papel fáciles de transportar o bolsas reutilizables que han traído consigo.
“Últimamente, hemos escuchado mucho sobre más familias que viven en automóviles”, dijo Yáñez. “Pero con el actual presidente no estamos sirviendo a la cantidad de familias que solíamos atender”.
En la sala, la directora se encontró con una clienta habitual, María Cabrera. Una abuela de 42 años que ha estado viniendo a “Loaves and Fishes Los Angeles” por seis años para poder alimentar a tres hijos y una hija con su bebé.
“Necesito mucha comida, especialmente en las vacaciones de verano”, dijo con una sonrisa. “Esto es de gran ayuda para mí y mi familia, especialmente al final de mes”.
Además de que la agencia encuentra para los necesitados soluciones a problemas de vivienda y acceso a alimentos, también ayuda en asuntos de inmigración. Esto lo hace a través de servicios de defensa legal, convirtiéndose en una voz para los que no la tienen. Prueba de ello es “Esperanza Immigrant Rights Project” (Proyecto de Derechos de los Inmigrantes de Esperanza) que representa legalmente a individuos o familias que solicitan asilo.
Otros de sus esfuerzos de justicia social para adultos incluyen apoyo para inmigrantes y refugiados, servicios psicológicos, clases de inglés como segundo idioma (ESL) y Diploma de educación general (GED), así como servicios para personas mayores OASIS (Sistema de intervención y servicios para adultos mayores) y ancianos confinados en el hogar, llevándoles comidas a domicilio (Meals on Wheels).
Sin duda Caridades Católicas brinda los recursos que muchos necesitan para tener una vida más digna. VN
Más información
- Caridades Católicas de Los Ángeles: (213) 251-3400
- ‘Angel’s Flight Los Angeles’: 1(800) 833-2499
- ‘Loaves and Fishes’: (213) 351-3549 (Canoga Park) y (818) 997-0943 (Van Nuys)
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