MÉXICO VIVE EL SEMESTRE MÁS VIOLENTO DE SU HISTORIA: ¿QUÉ PUEDE HACER LA IGLESIA?

MÉXICO VIVE EL SEMESTRE MÁS VIOLENTO DE SU HISTORIA: ¿QUÉ PUEDE HACER LA IGLESIA?

Imagen referencial. Foto: Pixabay / Dominio público.

Por DAVID RAMOS | ACI Prensa

Con más de 17 mil homicidios, los seis primeros meses de 2019 son los más violentos de los que se tiene registro en México. ¿Cómo puede responder la Iglesia Católica ante este drama?

Según informó el diario mexicano El Universal este 2 de julio, el primer semestre de 2019 sumó 17.065 homicidios, casi quinientos más que los registrados en el mismo periodo de 2018, el último año de gobierno del presidente Enrique Peña Nieto.

El 1 de diciembre de 2018, cinco meses después de ganar con el 53% las elecciones presidenciales, Andrés Manuel López Obrador asumió como nuevo presidente de México.

Este 1 de julio entró en funciones la Guardia Nacional, anunciada por López Obrador como un “auxilio del pueblo de México en momentos difíciles de inseguridad y de violencia”.

En diálogo con ACI Prensa, el P. Hugo Valdemar, que durante 15 años fue vocero de la Arquidiócesis de México durante el gobierno pastoral del Cardenal Norberto Rivera, dijo que “es gravísimo que el gobierno no cumpla con su primera obligación, que es brindar seguridad a sus gobernados”.

“Hoy por hoy la inseguridad es el peor problema y no se le ve solución en un corto plazo. La Guardia Nacional no será la solución y faltan estrategias realistas y profesionales que nos ayuden a salir de este infierno”, señaló.

El P. Valdemar, hoy canónigo penitenciario de la Arquidiócesis de México, criticó también al Congreso de la Unión, dominado en ambas cámaras por Morena, el partido de López Obrador.

“Es un Congreso de bajísimo nivel, con una oposición paralizada y prácticamente anulada. La ineptitud e incapacidad de abordar los temas realmente importantes es preocupante, y tampoco se percibe que mejore la situación o que ayuden con legislaciones urgentes y estén ocupados en frivolidades como la agenda LGTB (NdR.: lesbianas, gays, transexuales y bisexuales) o criminales como el aborto y la eutanasia”.

Para el sacerdote mexicano, el desafío de la Iglesia en este panorama es “el reto de siempre, el de evangelizar, el de inculcar el valor y la dignidad de la vida humana, el de buscar la paz y la reconciliación. Pero también condenar con firmeza el crimen, el secuestro, la extorsión”.

Incluso, por qué no, recurrir a la excomunión para secuestradores y narcotraficantes, por ejemplo”, expresó.

Además, señaló, “la Iglesia puede ayudar evangelizando con más seriedad y ayudando a las víctimas a sanar sus corazones y heridas”.

Para el P. Valdemar, “por desgracia no está cercano el momento de la pacificación”.

“Mientras el sistema judicial esté profundamente corrompido, no se le otorgue a la policía y al ejército el uso legal de la fuerza para someter a los delincuentes y se mal interpreten los derechos humanos defendiendo a los delincuentes, no solo no mejorará sino que empeorar la situación del país”.

Por su parte, el P. Omar Sotelo, director del Centro Católico Multimedial (CCM), el nivel de violencia que vive México “ha destapado la gran falta de profesionalismo en las autoridades”.

El P. Sotelo es también coordinador del libro “Tragedia y crisol del sacerdocio en México”, que recopila los crímenes y la violencia contra los sacerdotes y la Iglesia, que ha sido llevado al cine con un documental homónimo.

El director del CCM subrayó que en México “la violencia no creció de un día a otro, no se dio de la noche a la mañana”.

“Este es el resultado de años, décadas, de corrupción, descuido, falta de profesionalismo, en donde el crimen organizado se ha infiltrado en organismos que deben procurar justicia, seguridad. Hoy en día este olor, esta tapa de putrefacción, de corrupción, evidentemente, ya no se puede tapar con un dedo o con una declaración o simplemente decir ‘estamos trabajando para hacer las cosas mejor’”.

“Lo que voy a decir es muy fuerte y doloroso: vamos a seguir sufriendo la pérdida de la vida de muchos hombres, mujeres niños mexicanos, porque este descuido tan lamentable que llevamos arrastrando durante muchos años lamentablemente no se va a quitar de la noche a la mañana”, expresó el P. Sotelo.

El sacerdote señaló que “la violencia es generacional, eso es un problema. La violencia ha afectado incluso el núcleo más importante de la sociedad, que es la familia. Ha corrompido la familia también”.

Por lo tanto, la solución a la violencia “es un proyecto generacional” y “tenemos que tomarlo en consideración”.

Más allá de la Guardia Nacional, dijo, “tenemos que hablar de ‘recivilizar’ a la sociedad, un proyecto que debe empezar por las familias. Si no lo empezamos a hacer desde ahorita, eso nos va a costar décadas en salvar la situación”.

El P. Sotelo dijo también que “la Iglesia es un estabilizador social. Un sacerdote en una comunidad es un estabilizador social, y aunque muchísima gente hoy en día critica la labor de la Iglesia, hoy más que nunca tiene que ser muy representativa, precisamente estabilizando esa sociedad, y dándole un lugar muy especial a la familia”.

A la familia en México, indicó, “se la ha atacado por diferentes frentes, se ha tratado de minimizar su fortaleza, su unidad”.

El director del CCM recordó que desde la Iglesia, “como hombres de fe, somos profetas de esperanza. Nosotros no somos profetas de mal agüero, no somos profetas que señalan caminos de sangre y destrucción”.

“Al contrario, ante una situación tan adversa, tan complicada como la que estamos viviendo, hoy en México tenemos la gran oportunidad de afrontar y encarar este reto”, dijo, y animó a que “en vez de minimizarnos, asustarnos y quedarnos con la cabeza metida como una avestruz, tenemos la gran oportunidad de construir caminos de esperanza y de paz”.

“Posiblemente nosotros, y los que vienen un poquito detrás de nosotros, no vamos a ver los frutos. Pero sí podemos poner los escalones para que las generaciones que vienen detrás de nosotros puedan vivir mucho mejor de lo que estamos viviendo nosotros”, aseguró. VN

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