LOS OBISPOS DE CALIFORNIA REFLEXIONAN SOBRE EL ENFOQUE FRATERNAL DE LA VISITA ‘AD LIMINA’

LOS OBISPOS DE CALIFORNIA REFLEXIONAN SOBRE EL ENFOQUE FRATERNAL DE LA VISITA ‘AD LIMINA’

(fOTO: ENCUENTRO- El Papa Francisco se reúne con obispos de California, Hawai y Nevada durante sus visitas ‘ad limina’ a Roma. / Medios del Vaticano / CNS).

Por PABLO KAY

Si los obispos de California, Nevada y Hawai esperaban que su reciente visita a Roma guardara lo mejor para el final, quedaron decepcionados.

Lo más destacado de la visita “ad limina ad apostolorum” (“a los umbrales de las basílicas de los apóstoles”) a la Ciudad Eterna, requerida de los obispos católicos cada pocos años (oficialmente cinco, pero en el caso de los obispos de Estados Unidos, habían transcurrido siete desde la última) es típicamente la audiencia con el sucesor del mismo apóstol Pedro.

Desde que el Papa Francisco llegó a ser Papa hace casi siete años, los obispos peregrinos han descrito el encuentro como “menos formal y menos convencional” que en el pasado, pues se alienta a los prelados a hacer preguntas y a decir lo que piensan.

La reunión del lunes 27 de enero, el primer día de la visita de cinco días de los obispos de los tres estados que conforman la región XI, no fue diferente.

“Es un hombre tan libre…”, comentó después de la reunión el nuevo Obispo coadjutor de San Bernardino, Alberto Rojas”. “Responde a todas las preguntas y no te da tan sólo una pequeña respuesta, te ofrece una respuesta en la que cita la Biblia, a los Padres de la Iglesia y experiencias personales que él ha vivido. Eso, en sí mismo, hace que valga la pena todo el viaje”.

El obispo nativo de México, de 55 años, habló desde su peculiar situación de haber hecho la misma peregrinación el mes pasado como obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Chicago, en donde ha prestado sus servicios desde 2011.

El 2 de diciembre, el Papa Francisco le asignó el cargo de ser el siguiente obispo coadjutor de San Bernardino. Pero hasta que sea oficialmente instalado ahí el 24 de febrero, sus obligaciones están divididas entre Chicago y su preparación para su traslado al Inland Empire (Área metropolitana de Riverside-San Bernardino-Ontario).

La audiencia papal puede caer en cualquiera de los cinco días de la semana, dependiendo del calendario del Papa. En el caso de la visita de los obispos de Illinois, tuvo lugar un jueves. Y en tanto que la audiencia de diciembre -celebrada en el cuarto día de la visita de los obispos de Illinois en lugar del primero- duró aproximadamente dos horas y 20 minutos, el Obispo Rojas señaló que ésta tuvo una duración de poco más de tres horas, lo cual impresionó a los obispos.

“Me sorprendió la gran atención con la que nos escuchó”, dijo el Obispo Auxiliar de Los Ángeles, Marc Trudeau. “Por las respuestas que nos dio, creo que también estaba pensando acerca de las preguntas que otros grupos [de obispos de Estados Unidos] le habían hecho, así que nos dio respuestas más largas a nuestras preguntas”.

“Nos dijo que hemos de estar cerca de cuatro cosas: Dios, nuestros sacerdotes, la gente y los demás [obispos]”, informó el Obispo Auxiliar de Los Ángeles, Alex Aclan, que es uno de los obispos más nuevos del grupo de la Región XI.

“Al principio me impresionó incluso el hecho de que él nos dijo que se trataba de una conversación entre hermanos”, agregó el Obispo David O’Connell durante una entrevista grupal con los cuatro obispos auxiliares activos de Los Ángeles, en el Pontificio Colegio Norteamericano de Roma, en el cual se alojaron los obispos. “No puedo acabar de creer que estamos aquí juntos, él y yo. ¡Eres un hermano del Papa!”.

Otros obispos dijeron que la gama de temas que se cubrieron durante la audiencia con el Papa Francisco incluyó el ministerio juvenil, la evangelización y el proselitismo, el compromiso político, el escándalo del abuso sexual clerical, la importancia de la vida sacramental e incluso las preocupantes tendencias modernas, como el suicidio entre los jóvenes.

El Arzobispo José H. Gomez de la Arquidiócesis de Los Ángeles dijo que también la migración fue un tema que se abordó y que el Papa les hizo notar “qué importante es que todos nosotros, los que formamos parte de la Iglesia, estemos abiertos y acojamos a los inmigrantes”.

El Papa, dijo el Arzobispo Gomez, “nos dio algunas ideas sobre cómo seguir ayudando a la gente a comprender la realidad de la inmigración”, pero también habló sobre cómo la creciente polarización sobre el tema prevalece no sólo en Estados Unidos sino también en muchas partes del mundo.

“Nos insistió en que es importante darnos cuenta de la necesidad del diálogo entre las personas y comprender que todos somos hijos de Dios”, dijo el Arzobispo Gomez al Servicio Católico de Noticias.

Durante toda la larga conversación, dijeron los obispos, la energía del pontífice, de 83 años de edad, nunca pareció disminuir.

“En ningún momento pareció estar cansado”, recordó Monseñor Robert Barron, Obispo Auxiliar de Los Ángeles. “Su traductor se cansó y después de un tiempo las sillas nos hicieron sentir algo incómodos, pero él pareció estar completamente a gusto todo el tiempo”.

La audiencia de esa mañana con el Papa Francisco ocurrió justo después de la Misa que tuvimos en la Tumba de San Pedro debajo del altar principal de la Basílica de San Pedro, la primera de las cuatro Misas tradicionales “ad limina” celebradas en cada una de las basílicas papales de Roma.

En su homilía, Monseñor Gomez le dijo a sus hermanos obispos que la tumba es un recordatorio de que “los apóstoles eran hombres comunes”.

“Como hombres, ellos tuvieron el privilegio de conocer a Jesucristo y de ser llamados personalmente por Él, de la misma manera en que nosotros fuimos llamados a seguir a Jesucristo, y hoy le estamos agradeciendo a Dios esa gracia”, dijo el Arzobispo. “Vinimos aquí, a Pedro, para ser fortalecidos, para ser apoyados, para renovar nuestra identidad de apóstoles, obispos y sacerdotes”.

El propósito literal de las visitas “ad limina” es rezar ante las tumbas de los Santos Pedro y Pablo, los pilares de la Iglesia de Roma. Los obispos de la Región IX estuvieron de acuerdo en decir que las Misas celebradas en San Pedro y en la Basílica de San Pablo Extramuros fueron lo más conmovedor y memorable para ellos.

“La gente sigue hablando aquí de nosotros como de los sucesores de los apóstoles, lo cual es ante todo bastante impresionante”, reflexionó el Obispo O’Connell. “Pero luego, mirando hacia atrás, vemos que Pedro era muy humano en muchos sentidos. Podemos creer que las Escrituras son auténticas porque no dan una imagen idealizada de Pedro. Lleno de defectos, impetuoso, su ira, su cobardía…, eso permite conectarse con figuras muy humanas”.

El Obispo Auxiliar, Tim Freyer, de la Diócesis de Orange, dijo que estas visitas son “un gran consuelo”.

“Todavía me cuesta hacerme a la idea de que Dios me ha elegido”, dijo el Obispo Freyer. “Unos cuantos Obispos estábamos hablando de que lo que nos anima y nos da consuelo es leer el Evangelio y darnos cuenta de que estos hombres, al ser llamados por primera vez, tampoco eran santos”.

“Ellos también tenían sus desacuerdos, sus luchas y sus desafíos. Y Dios, en su misericordia los eligió para que su gloria pudiera manifestarse”.

Después de celebrar en San Pedro el lunes, los obispos tuvieron Misas matutinas en la Basílica de San Juan de Letrán el martes 28 de enero, en la Basílica de Santa María la Mayor el jueves y, finalmente, en San Pablo Extramuros, el viernes.

“Por algún motivo, tuve el impulso de arrodillarme allí, junto a la tumba de San Pablo”, dijo el Obispo Barron. “Las reuniones estuvieron bien, pero esto último me pareció algo muy significativo y rico espiritualmente hablando”.

El Obispo Barron y sus hermanos estuvieron de acuerdo en que fueron menos emocionantes las visitas a las diferentes congregaciones y oficinas de la Curia romana, las cuales tienen como finalidad mantener mutuamente actualizados tanto a los obispos diocesanos como a los funcionarios del Vaticano sobre las iniciativas y logros de ambos grupos.

Igual que en el caso de la audiencia con el Santo Padre, el estilo de esas reuniones también ha cambiado.

“Cuando hablas con los veteranos, los que han pasado por varias de estas visitas “ad limina”, dicen que con frecuencia sentían que sólo se les daban indicaciones en estas reuniones”, dijo el Obispo Barron. “Y ahora nosotros nunca nos hemos sentido así”.

El Obispo Barron describió todas las reuniones como “muy positivas” y recordó que los funcionarios de la curia parecían interesados en escuchar a los Obispos de la Costa Oeste.

Como obispo que lleva menos de un año en funciones, Monseñor Aclan dijo que le impresionó el desafío que la Santa Sede tiene que enfrentar para tratar de estar al tanto de todo lo que sucede en la Iglesia universal.

“Tenemos bastantes problemas tan sólo en Los Ángeles, ¡y eso es una parte muy pequeña de Estados Unidos!”.

Los Obispos Trudeau y Barron dijeron que tal vez recibieron un mayor “aliento” en su reunión con los funcionarios del Consejo Pontificio para la Promoción de la Nueva Evangelización.

“Descubrí que había un verdadero respeto de su parte hacia lo que nosotros estamos haciendo”, dijo el Obispo Trudeau. “Y una disposición y promesa de trabajar con nosotros para el mejoramiento de la Iglesia, y para el progreso en la difusión del Evangelio”.

Cuando se preparaban para regresar al Sur de California, los obispos dijeron que también se sentían agradecidos por el tiempo que pudieron pasar juntos no sólo durante las reuniones, sino también en la Misa, en el autobús y comedor.

“Es algo que sencillamente fortaleció los lazos que se supone debemos tener”, explicó el Obispo Aclan, quien comentó que los obispos a los que conoció por primera vez en este viaje lo hicieron sentir como si se conocieran de años.

“Creo que cuando viajas con alguien, notas la fraternidad que se da cuando estás en peregrinación”, dijo el Obispo Trudeau. “Esto fue realmente una peregrinación”. VN

(Informes adicionales cortesía de Catholic News Service).

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