LA SEMANA SANTA NOS AYUDA A SER SANTOS

LA SEMANA SANTA NOS AYUDA A SER SANTOS

(fOTO: VIERNES SANTOAl frente, cargando la Cruz, Monseñor José H. Gomez, Arzobispo de Los Ángeles; le sigue David Gallardo, Párroco de la Catedral angelina; Juan Ochoa, Párroco asociado, y otros religiosos. / © victor alemán / vida-nueva.com).

Por DR. J. ANTONIO MEDINA

La Constitución Dogmática sobre la Iglesia Concilio Vaticano II nos recuerda que todos los bautizados estamos llamados a la santidad. “… todos los fieles cristianos, en las condiciones, ocupaciones o circunstancias de su vida, y a través de todo eso, se santificarán más cada día si lo aceptan todo con fe de la mano del Padre celestial y colaboran con la voluntad divina, haciendo manifiesta a todos, incluso en su dedicación a las tareas temporales, la caridad con que Dios amó al mundo”. (LG # 41)

“Dios es caridad, y el que permanece en la caridad permanece en Dios y Dios en él” (1 Jn 4, 16). Y Dios difundió su caridad en nuestros corazones por el Espíritu Santo, que se nos ha dado (cf. Rm 5, 5). Por consiguiente, el primero y más imprescindible don es la caridad, con la que amamos a Dios sobre todas las cosas y al prójimo por Él. Pero, a fin de que la caridad crezca en el alma como una buena semilla y fructifique, todo fiel debe escuchar de buena gana la palabra de Dios y poner por obra su voluntad con la ayuda de la gracia”. (LG # 42)

Suena sencillo, pero el ideal de vida cristiano es muy alto y requiere esfuerzo, trabajo, conquista. La Semana Santa es una buena oportunidad de recordarnos este llamado a la santidad, que no consiste en perder nuestra alegría o nuestro buen humor, sino practicar en su más extenso sentido la virtud de la caridad. La purificación de nuestras intenciones y la transformación de la sociedad sólo es posible si dejamos que el Espíritu Santo nos guíe en la práctica de la caridad.

La Liturgia de los días santos nos guiará en este esfuerzo.

DOMINGO DE RAMOS

Este año leemos la narración de la entrada de Jerusalén según San Lucas. Y podemos ver una paradoja que puede servir de punto de partida para nuestra reflexión. Este evangelista propone Jesús como el Rey-Mesías. La escenografía que nos expone es la bienvenida de un rey al que sus súbditos reciben poniendo sus mantos a su paso, pero este rey no es un líder militar, poderoso al estilo antiguo. Su reinado rompe los esquemas preestablecidos pues entra montado en un humilde burrito. De este modo se cumple la profecía de Zacarías, pero sobretodo se afirma un nuevo orden en el que el verdadero poder se reconoce en los gestos de sencillez, humildad, servicio. La paradoja se profundiza cuando los fariseos le piden a Jesús que calle a sus discípulos que lo aclaman como Rey, a lo que Jesús contesta que si todos callaran las mismas piedras lo gritarían. Pareciera que lo que es evidente para los sencillos, los poderosos no tienen la capacidad de verlo. Esta ceguera espiritual llevará a los poderosos de Jerusalén a condenar a muerte al que es el camino, la verdad y la vida.

Después de participar en la celebración del Domingo de Ramos, ¿qué gestos, palabras, ideas se lleva para su meditación posterior?

JUEVES SANTO

La raíz de la cena de Pascua tiene su origen en varias fiestas judías, que incluyen la fiesta de las cosechas, y la celebración del paso de la esclavitud a la libertad. Por eso está cargada de signos y símbolos que evocan esos hechos, como es la preparación del cordero sin mancha, la sangre del cordero con el que se marcan las casas y que simboliza la protección contra las malas cosechas y contra el hambre, y en el contexto del éxodo, la prevención contra la muerte de los primogénitos. Todos estos símbolos traen a la conciencia del pueblo, la alegría de la fe, la protección de Dios, el sentido de familia, la solidaridad entre los paisanos, la lucha en común contra el hambre y toda desgracia que afecte a la comunidad. Jesús que conoce estas historias y su profundo sentido le agrega uno nuevo: todos somos servidores unos de los otros, incluso Él que es el Maestro y el Señor no tiene problema en ponerse la toalla en la cintura para lavar los pies de sus discípulos. Pero Jesús hace algo más, nos deja este gesto de amor como signo de su presencia y como distintivo para quienes seremos sus discípulos. En adelante, la Cena pascual se convertirá en la comida de los hermanos alrededor de Cristo, quien se queda sacramentalmente presente para siempre. Los hermanos y hermanas alrededor de la mesa comulgarán de esos mismos sentimientos de solidaridad, amor, esfuerzo común, mientras recuerdan a su Señor y la maravilla de su amor que nos liberó del pecado y la muerte para ser santos en el amor.

Al finalizar el Jueves Santo comente en familia: ¿Cómo podemos practicar el mandamiento del amor?

VIERNES SANTO

Quizás el tema en el que podemos poner nuestra atención en este día es el pecado, que se actualiza en todos los obstáculos que ponemos y encontramos en nuestro intento de vivir la Eucaristía, es decir, el amor, la fe y la solidaridad. Los contemporáneos de Jesús no fueron capaces de abrirse a este mensaje porque pensaron que los ritos de su religión eran más importantes que la oportunidad de vivir este nuevo mandamiento de amor. No eran malos, estaban ciegos, no vieron la oportunidad, y por eso martirizaron y ejecutaron al Dios de cielos y tierra. No es fácil reconocer y denunciar el egoísmo y cerrazón de individuos y sociedades que se aferran a intereses particulares olvidando el bien común. La muerte de Cristo se actualiza en los marginados y explotados de hoy y de siempre. En los que se encuentran esclavizados a sus dependencias, en los que están agobiados por sus deudas, en los que no son capaces de perdonar y cargan sobre sus hombros los traumas y la zozobra de una vida infeliz. Viernes Santo es la violencia que unos ejercen sobre otros por cualquier motivo; es muerte en vida, muchas veces sin escapatoria. Y allí Cristo muere una vez más.

¿Qué imágenes del Viernes Santo le han marcado más profundamente?

DOMINGO DE RESURRECCIÓN

Frente al panorama del Viernes Santo los discípulos perdieron la alegría, se llenaron de miedo y se escondieron para no correr la misma suerte que el Maestro. La narración de los discípulos de Emaús o las negaciones de Pedro nos lo describen magistralmente. ¿Qué pasó? ¿Qué acontecimiento sucedió que despertó y cambió la vida de esos miedosos discípulos? Hay datos en los testimonios bíblicos y extra-bíblicos que nos hablan de un evento sobrenatural que hizo de esos miedosos, activos proclamadores, hombres y mujeres convencidos de que lo que Jesús había anunciado era verdad y que Él no estaba muerto, que Dios el Padre lo había resucitado. La tristeza se trasformó en alegría y el miedo en motivación para proclamar la vida. Todo cambia, como cambia la noche y se transforma en un nuevo día.

Hoy, nosotros podemos gritar que la muerte ha sido vencida y de la mano del Resucitado luchar contra el pecado y el mal que aún hacen estragos en el corazón de la humanidad. Solidarios con el Resucitado trasformaremos el mundo. Porque a donde él llegó también con su Gracia llegaremos nosotros.

Feliz fiesta de la vida; alégrense y regocíjense porque Dios en Cristo se ha quedado para siempre con nosotros para acompañarnos incluso en el dolor y la tragedia. Él es nuestro consuelo. Él es nuestro Señor.

¿Cómo piensa usted contagiar la alegría de la Resurrección? VN

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