«LA FAMILIA EN AMÉRICA LATINA: DESAFÍOS Y ESPERANZAS»

Entrevista con a Rodrigo Guerra López, director del Observatorio social del CELAM

Recientemente ha aparecido un nuevo libro de diagnóstico y perspectiva sobre la familia en la colección que el Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) publica para preparar la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano: «La familia en América Latina: desafíos y esperanza» (CELAM, Bogotá 2006).

Entrevistamos a Rodrigo Guerra López, doctor en Filosofía por la Academia de Liechtenstein, director del Observatorio social del CELAM, miembro de la Academia Pontificia para la Vida, y coordinador de esta nueva obra.

Benedicto XVI inaugurará en Aparecida (Brasil) el 13 de mayo la Conferencia del Episcopado Latinoamericano que tiene por tema: «Discípulos y misioneros de Jesucristo para que nuestros pueblos en Él tengan vida – “Yo soy el camino, la verdad y la vida” (Juan 14, 6)».

–EL TEMA DE LA QUINTA CONFERENCIA GENERAL DEL EPISCOPADO LATINOAMERICANO ESTÁ CENTRADO EN SER DISCÍPULOS DE CRISTO. ¿POR QUÉ EL OBSERVATORIO DEL CELAM NOS OFRECE UN LIBRO INTITULADO «LA FAMILIA EN AMÉRICA LATINA: DESAFÍOS Y ESPERANZAS»?

–RODRIGO GUERRA. En efecto, el motivo principal de la V Conferencia General es encontrar los caminos que permitan educar nuestro corazón para que siga con fidelidad a Cristo, en la Iglesia, y responder, desde esta experiencia, a los diversos retos que las sociedades latinoamericanas actualmente afrontamos. De entre los muchos espacios en los que es preciso reproponer esta intuición destaca la familia. Ella es verdadera comunidad de discipulado y verdadera escuela de vida social. Por ello, es preciso tratar de entender cuál es la situación en la que se encuentra actualmente. Situación que está definida tanto por su naturaleza profunda, como por el difícil escenario cultural en el que está inmersa.

–¿CUÁLES SON LAS PRINCIPALES CONCLUSIONES DE LOS ESTUDIOS QUE COMPENDIA EL NUEVO LIBRO QUE PUBLICA EL CELAM?

–RODRIGO GUERRA. Tratando de sintetizar el contenido de los estudios que integran el libro, me parece que existen tres grandes conclusiones: en primer lugar que la persona humana es un «ser-familiar», es decir, que la familia funge como una dimensión constitutiva de la vida de los hombres y las mujeres reales. Por ello, la familia no es un objeto social por inventar, sino una estructura antropológica que debemos aprender a interpretar. En segundo lugar, el libro ofrece un amplio diagnóstico sobre las distintas políticas públicas y reformas legales que se están implementando en América Latina en contra de la familia, el matrimonio y la vida humana. Este proceso de reformas responden a una acción estratégica deliberada que busca desarticular el «ethos» cultural de nuestras naciones. En tercer lugar, el libro habla de la esperanza: América Latina es un conjunto de naciones con muchas heridas y limitaciones materiales. Sin embargo, somos pueblos con esperanza. La esperanza brota del encuentro con Cristo a través de múltiples actores y experiencias. La Iglesia en América Latina es riquísima y pluriforme. Esta diversidad de modalidades en las que una misma fe se vive y se comunica da auténtica esperanza a las personas y a las familias.

–¿EXISTEN EN EL LIBRO ALGUNAS PISTAS PARA DISEÑAR PROPUESTAS EFICACES A FAVOR DE LA FAMILIA EN AMÉRICA LATINA?

–RODRIGO GUERRA. Gracias a la coordinación de Carlos Beltramo de la Universidad San Pablo (Perú) logramos conjuntar a un equipo diversificado de especialistas en materia familiar: Pedro Morandé, Carmen Domínguez, Steve Mosher, Arturo Salazar, Emilio Garreaud, etc. Cada uno, de acuerdo al lenguaje y enfoque de su especialidad, insiste en la necesidad de que la familia natural funja como criterio hermenéutico y de juicio de la realidad social que enfrenta América Latina. Este esfuerzo por tomar en cuenta a la familia como criterio significativo para la comprensión, y eventualmente para la acción, lo podemos denominar «perspectiva de familia». Para comprender un poco en qué consiste esta noción vale la pena pensar en que la «perspectiva de género» se ha convertido en una manera peculiar de mirar la realidad humana, y en muchas ocasiones, es usada para desvirtuarla cuando se afirma que las preferencias sexuales son solamente una construcción socio-cultural. La «perspectiva de familia» es un enfoque que pretende ser un criterio transversal en las políticas públicas y en la acción de la sociedad civil organizada que recupere el carácter personalista y comunional de la vida social a través de la reivindicación de la funcionalidad de la familia como institución fundada en el matrimonio heterosexual y monogámico. La «perspectiva de familia» es así una intuición positiva y propositiva para el fortalecimiento de nuestras sociedades, para darles sustentabilidad auténtica, y para facilitar el reencuentro de las comunidades con referentes éticos que colaboren a afirmar a las personas como fin, es decir, que ayuden a que la dignidad de todos sea promovida y nunca sacrificada.

–¿CUÁL ES LA SITUACIÓN QUE EXISTE AL INTERIOR DE LA IGLESIA EN MATERIA DE PASTORAL FAMILIAR? ¿QUÉ ASUNTOS EN ESTE CAMPO HABRÁ QUE ATENDER EN LA V CONFERENCIA GENERAL DEL EPISCOPADO LATINOAMERICANO?

–RODRIGO GUERRA. Tal vez lo primero que hay que decir es que la pastoral familiar en América Latina es entusiasta, es diversificada y realiza un esfuerzo sostenido para promover y fortalecer a la familia. América Latina es en buena medida «Continente de la Esperanza» porque en las familias reales, aún en medio del dolor y la pobreza, la certeza de que Cristo ha triunfado sobre la esclavitud y sobre la muerte, logra aún tener una cierto peso, logra abrir aún un cierto horizonte existencial que anima, fortalece y motiva. Los numerosos agentes de pastoral familiar con su sacrificio y entrega colaboran a dar solidez sobrenatural a las estrategias pastorales. Ahora bien, justo porque la familia es una institución vulnerable, justo porque en ella se juega el destino de las naciones, es por lo que es preciso entender que la Iglesia tiene una enorme responsabilidad en este ámbito. Por ello, es preciso que exista una gran fidelidad al Evangelio, y muy especialmente al Papa y a su enseñanza, al momento de anunciar la verdad sobre la familia, sobre el matrimonio, sobre la sexualidad y sobre la vida. La fidelidad simultánea a Cristo, a la Iglesia, a María y al Papa es una dimensión constitutiva de la vida cristiana. En el terreno de la pastoral familiar este asunto se torna algo más que una cuestión teórica: es un verdadero parteaguas práctico y concreto. La Iglesia no propone un mero ideal conservador de decencia conyugal. El Papa Juan Pablo II, y ahora el Papa Benedicto XVI, de manera valiente no cesan de insistir en que el sentido cristiano de la familia, del amor humano y de la sexualidad están en el corazón de la reconstrucción y de la liberación de nuestros pueblos. La V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano justo se inserta en esta preocupación y con toda seguridad impulsará con renovado vigor la evangelización de las familias y el compromiso por establecer condiciones de mayor solidaridad y justicia para con ellas. VN

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