UNA VOZ PARA INMIGRANTES Y DESVENTURADOS

El Cardenal Mahony permanece al lado de los más vulnerables de esta sociedad

Desde la mamá que se queda en casa, a la muchacha inmigrante que se convierte en directora de una escuela en el Este de Los Ángeles; desde el trabajador campesino al director ejecutivo de una organización nacional de derechos civiles; desde la juventud que vive en las sombras a los jóvenes profesionales que luchan por su sueño, y hasta los inmigrantes que se convierten en Obispos. Todos ellos consideran al Cardenal Rogelio Mahony como su voz.

“Él ha pasado tanto tiempo en Washington D.C. discutiendo la legislación y los derechos de la gente, que llega allí como un gran líder”, dijo Monseñor John Moretta, pastor de la Iglesia Resurrección del Este de Los Ángeles.

“Estamos muy agradecidos por su servicio, especialmente hacia aquéllos que están más necesitados. Siempre se identificó con los más infortunados”, dijo el Presidente del Comité Guadalupano. “Él se identificó con las personas que la sociedad no siempre considera exitosas, ya sean los trabajadores agrícolas, los inmigrantes con papeles o sin papeles, o los estudiantes de bajos ingresos para quienes el Cardenal ha hecho un gran sacrificio invirtiendo millones y millones de dólares para mantener nuestras escuelas”.

A través de los años, el Cardenal Mahony se ha convertido en una institución nacional que aboga con valentía por los pobres.

“Su Eminencia el Cardenal Mahony ha sido siempre un valiente defensor de los latinos y de las comunidades de inmigrantes; un crítico abierto y sin miedo de denunciar el sentimiento antiinmigrante, y una voz muy necesaria para cuestionar la política de inmigración”, comentó Janet Murguía, Presidenta y Directora Ejecutiva del Consejo de La Raza (NCLR) con base en Washington D.C. “Esto es por qué nos sentimos tan honrados al entregarle el Premio de Servicio Público del NCLR en 2007”.

Su identificación con los menos afortunados parece haber estado en la sangre del Cardenal mucho antes de convertirse en jefe de la Arquidiócesis de Los Ángeles, y hubo un evento único que lo marcó para toda la vida.

“Un día, hace mucho tiempo, un niño de 10 años de edad estaba trabajando junto con cinco hombres de origen mexicano en un negocio de procesamiento de aves de corral, propiedad del padre del niño en North Hollywood, California, cuando la planta fue asaltada por la patrulla fronteriza”, escribió el Cardenal en un discurso que ofreció el 2 de febrero en la Universidad de Carolina del Norte, Chapel Hill.

“Los agentes entraron corriendo con pistolas en mano. Fue un momento muy aterrador e intimidante para los empleados; todos ellos tenían documentos. Nunca olvidaré el terror que aquellos hombres con sus armas de fuego crearon en el lugar de trabajo ese día”.

“En muchas ocasiones, el Cardenal ha declarado que su Ministerio con los inmigrantes es una respuesta a las palabras de Jesús en Mateo 25:35: “Porque yo fui un extranjero y tú me diste la bienvenida”. De hecho, el 21 de enero, en su carta de despedida declaró: “Permaneceré con los 12 millones, dándole la bienvenida a los extranjeros en nuestra sociedad”.

Y por atender el llamado, pero especialmente por enfrentar los desafíos junto a ellos, es que la comunidad inmigrante y sus líderes le tienen un profundo aprecio y reconocen su liderazgo a nivel nacional.

“Tanto sea luchando contra la propuesta de ley 187, la ley Sensenbrenner, la SB1070 de Arizona, o cualquier otra legislación nefasta e inhumana, él ha usado su plataforma como un líder en la Iglesia Católica para recordarnos que estas propuestas son contrarias a las enseñanzas de Jesucristo”, dijo Angélica Salas, directora ejecutiva de la Coalición por los Derechos Humanos de los Inmigrantes de Los Ángeles (CHIRLA). “Como inmigrante y católica yo estaré por siempre agradecida por su liderazgo”.

“Él ha estado con nosotros en los tiempos difíciles y en los buenos tiempos”, dijo Arturo Rodríguez, presidente de la Unión de Campesinos (UFW). “El ha sido auténtico, honesto y justo. Nosotros tenemos una larga historia con el Cardenal”, dijo, y recordó cuando el Cardenal Mahony ayudó a que las partes se pusieran de acuerdo durante un boicot contra los cultivadores de uva en 1975; esto condujo a que los campesinos tuvieran derecho a un sindicato.

“Fue muy significativo y estableció un precedente”, dijo Rodríguez, quien asumió la dirección de la organización fundada por César Chávez.

“En cualquier momento que César y yo lo llamábamos para participar en las marchas o reuniones, siempre se hacía presente, y nosotros lo consultábamos y recibíamos su consejo y apoyo en diferentes asuntos”, dijo el líder de los campesinos.

TRABAJADORES CAMPESINOS VALORAN SU LUCHA

“Tiene el gran entendimiento de que ante los ojos de Dios, cada persona merece dignidad y respeto, y él es un firme defensor de la unidad de las familias”, dijo Virginia Nesmith, directora ejecutiva del Ministerio Nacional de los Trabajadores.

“Su liderazgo es fundamental. Él ha validado la lucha de los trabajadores por sus derechos. Nunca dudó en usar su tiempo personal, sin tener en cuenta su cargo”.

Aún siendo seminarista en el Seminario de San Juan en Camarillo, Rogelio Mahony visitó a los campesinos en sus lugares de trabajo y celebró Misa en los campos de cultivo, recordó el Obispo Auxiliar Gerald Wilkerson, quien era su compañero seminarista.

“Las condiciones no eran buenas”, dijo el Obispo Wilkerson, “pero cuando uno tiene la experiencia de una comunicación frente a frente con la gente, cambia su enfoque”.

“Los dones católicos incluyen los principios y las enseñanzas sociales de la Iglesia, pero el corazón y la mente cambian cuando conoces a la persona y entonces las cosas comienzan a fluir”, continuó el Obispo. “Cuando usted conoce a la persona y escucha su situación con entendimiento, se pregunta, ‘¿cómo responder a este hermano y hermana? ¿A sus circunstancias y su familia?’”.

Y repetidas veces, el Cardenal Mahony ha urgido a los católicos y no católicos a que este sea su punto de vista al conocer a un inmigrante.

“Me parece que una forma de evitar ser atrapados por una retórica acalorada y posturas políticas que informan equivocadamente del debate de inmigración, es que cada uno de nosotros escuchemos las historias contadas por los propios inmigrantes”, dijo a los facultativos, personal y estudiantes de la Universidad de Carolina del Norte.

También lo repitió en homilías, en discursos ante multitudes y entrevistas con los medios de comunicación, que los inmigrantes son “nuestros vecinos, compañeros de trabajo, los alumnos y amigos que contribuyen enormemente a nuestra nación y comunidades”.

“Escuchar las historias reales de los inmigrantes contadas por ellos mismos”, dijo. “¿Quiénes son ellos? ¿Por qué están aquí?”.

CONOCIENDO AL EXTRANJERO

“Acabo de llegar a Los Ángeles hace tres años”, dijo María Félix a un grupo de voluntarios de la Iglesia Resurrección, la mayoría de ellos inmigrantes latinos. “Justo después de desempacar de México vine aquí (Iglesia de la Resurrección en el Este de los Ángeles) donde ellos me acogieron, me ayudaron con alimentos y ropa y tuve la suerte de permanecer como voluntaria”, dijo.

“A lo largo de todos estos años que él (Cardenal Mahony) ha estado a cargo de la Iglesia en Los Ángeles, hemos visto sus valiosos esfuerzos, especialmente apoyando a las personas como nosotros, los inmigrantes que quieren una vida mejor. Él nos ha ayudado a lograr eso”, dijo Angélica Figueroa, directora de la Escuela de Resurrección, que llegó de México al Este de Los Ángeles a los 3 años junto a sus padres. Dijo que ella podría fácilmente haberse alejado de su comunidad después de obtener una licenciatura en psicología en Minnesota, pero en su lugar decidió regresar y retribuir de alguna manera a “su gente”.

“El Cardenal Mahony ha apoyado a las Escuelas Católicas con ayuda financiera a través de la Fundación de Educación Católica y gracias a él, mis cuatro hijos están matriculados en las escuelas católicas”, comentó Silvia de Bucio, feligresa y voluntaria de la Iglesia Resurrección. “Siempre estoy esperando escuchar su discurso anual en Together in Mission (Juntos en Misión) porque me ayuda como madre y también ayuda a mis hijos”.

“Recuerdo cuando el Cardenal fue nombrado Arzobispo de Los Ángeles y mi padre -un inmigrante de México- estaba un poco decepcionado porque (Cardenal Mahony) no era un latino”, declaró Silvia Armas-Abad, una consultante de educación en la Universidad de Notre Dame.

“Fue agradable ver que el Cardenal ha hecho un gran esfuerzo para reconocer no sólo a los mexicanos, sino a todas las otras culturas dentro de la comunidad de habla hispana”, agregó. “Ha hecho un gran trabajo en aprender nuestras tradiciones, y el mejor ejemplo es el 12 de diciembre, Día de la Virgen de Guadalupe”.

Con muy pocas excepciones, durante 25 años, el Cardenal celebró la Misa en lugares completamente llenos y encabezó procesiones por varios kilómetros junto a miles de personas de todas las clases sociales y procedentes de todo el Sur de California.

“Es muy carismático”, señaló Félix. “Es muy claro y explícito cuando explica el Evangelio en español. Lo recuerdo diciendo en una homilía que Dios acoge y ayuda a todo el mundo y recuerdo claramente cuando nos dijo que Dios le había dado el regalo de quedarse y liderar la Arquidiócesis de Los Ángeles”.

“Yo sólo lo he escuchado en los noticieros y no han tenido la oportunidad de conocerlo en persona, pero creo que todos tenemos que agradecerle porque ha hecho mucho por todos nosotros”, dijo Irma de Aragón, otra voluntaria y feligresa de Resurrección que llegó de Honduras a Estados Unidos hace 12 años.

“Afortunadamente, yo ya era una ciudadana cuando se convirtió en Arzobispo de Los Ángeles, pero siempre ha estado abierto con la gente. Recuerdo que lo visitaba en La Placita, donde él hablaba con todo el mundo”, dijo Hilda Leticia Salinas. “¡Lo queremos mucho!”.

“Es un hombre de Dios”, dijo Jesús Ruiz, un feligrés de la Iglesia de San Francisco de Asís en Los Ángeles. “Ha atravesado épocas difíciles, ha sido atacado y (durante su tiempo) la Iglesia perdió mucho dinero, pero esto lo identifica con nosotros, porque todos hemos enfrentado tiempos duros también”.

“El Cardenal Rogelio Mahony es un líder que ha demostrado eficiencia en la lucha de los inmigrantes por sus derechos”, dijo Salas, de CHIRLA. “Ve el rostro humano de Dios en la comunidad de inmigrantes que está marginada, atacada y maltratada en este país”.

Algunos de estos rostros están dentro de liderazgo de la Arquidiócesis.

“Si hay alguien que conoce el rostro de los inmigrantes, ese debería ser yo”, dijo el padre Lorenzo Miranda, recientemente nombrado Vicario del Clero.

Mientras crecía en Los Ángeles vio cómo su padre, en ese entonces indocumentado, trabajaba duro para mantener a su familia, pero vivía en constante temor.

“Hay un montón de gente que podría importarle poco, pero le doy mucho crédito al Cardenal por ocuparse de esas personas trabajadoras que no les importa aceptar cualquier tipo de trabajo con el fin de satisfacer las necesidades de sus familias”, dijo el sacerdote.

“Ha dedicado gran parte de su Ministerio a educar a los Católicos y no Católicos sobre el deber humano de restaurar la dignidad de los inmigrantes y sus familias. Lo más importante es que ha estado junto a la comunidad inmigrante cuando ésta más ha necesitado su apoyo”, señalo Salas.

PODEROSO LEGADO

Cardenal Mahony, lo extrañaremos profundamente en su papel de jefe de la Iglesia Católica de Los Ángeles, dijeron los líderes, pero acogen con agrado su determinación y compromiso en lograr una respuesta favorable a los asuntos de inmigración.

“No me cabe ninguna duda de que esto sucederá”, dijo Rodríguez del UFW. El Cardenal continuará con su liderazgo y experiencia, dando el ejemplo con las normas morales que siempre le acompañan, hasta asegurar una reforma migratoria integral”.

“Admiro su trabajo y más que todo su compromiso. Incluso después de su jubilación, él quiere continuar su labor para aquellos privados de derechos”, dijo María Rodríguez, organizadora juvenil de CHIRLA y líder del Acta de Desarrollo, Alivio y Educación para Menores Extranjeros (DREAM ACT) en Los Ángeles.

“Él es un poderoso líder religioso que trae esperanza y hace participar a personas, que de otro modo no tendrían forma de hacerlo”, continuó Rodríguez, quien llegó a La Puente con sus padres a la edad de 5 años y a los 16 se convirtió en el personaje del cartel de la campaña a favor de la AB-540 que permite a los estudiantes indocumentados que reúnan los requisitos, pagar la matrícula estatal en las universidades y colegios públicos. Después de su aprobación se matriculó en la Universidad de California en Davis y obtuvo un título en ciencias políticas. “Él es accesible, amable y tiene una muy buena energía. Ejemplifica la fe y acción”, reflexionó Rodríguez sobre el Cardenal. “No sólo celebra Misa, sino que puedes verlo en las marchas y encuentros políticos. Si tienes fe y la conjugas con acción, entonces creas un cambio para las generaciones futuras. Muchos hablan de Jesús, pero Jesús es justicia y lo demostró a través de sus acciones”.

Y a través de los años el Cardenal se ha adaptado y ajustado al clima socio- político y ha sido abierto y cauteloso al admitirlo.

“Todos sabemos que el lenguaje humano trae muchas promesas y mucho riesgo”, dijo en su discurso en marzo de 2007 al recibir el Premio de La Raza en Washington D.C. “Especialmente tras varios meses y después de mi visita hoy a senadores y congresistas, he aprendido que ciertas palabras no deben utilizarse. Nunca usé la palabra ‘A’. Amnistía. No utilicé la palabra ‘C’. Ciudadanía. No utilicé la palabra ‘L’. Legalización. Pero más bien encontré otras palabras que no transmiten el poder de lo que somos”, dijo el Cardenal menos de un año después de la histórica marcha de inmigración en marzo de 2006 que llenó las calles de Chicago y Los Ángeles donde también estuvo presente.

“Las vidas de millones de nuestros hermanos y hermanas están en juego”, continuó. “No es una opción para nosotros encontrar la mejor solución políticamente correcta para todos los aspectos, pero si puedo utilizar la palabra ‘C’ que queremos, necesitamos y conseguiremos que se apruebe una amplia legislación”. Y continuó. “En 1986, cuando la reforma de inmigración fue aprobada -la Ley Simpson-Mazzoli-, muchos de nosotros dijimos: ‘¿Y mañana? ¿Qué pasará el próximo año? Y los líderes del Congreso dijeron que volveríamos a estos asuntos más adelante.

“En nombre de nuestra Iglesia y de todas las comunidades de fe nos centramos en uno de los objetivos principales: la legislación debe ser aprobada por ambas cámaras y firmada para cuando lleguen las vacaciones de agosto”, sostuvo con firmeza.

PALABRAS PROFÉTICAS

La propuesta no fue aprobada entonces, pero esto no desalentó al prelado.

“Una de sus virtudes es su visión, su incansable energía para despertar la conciencia de la gente para una reforma de inmigración integral”, señaló el Obispo Wilkerson.

“El Cardenal Mahony ha decidido continuar su Ministerio hablando en nombre de los más vulnerables entre nosotros, que en muchos casos incluyen los inmigrantes y sus familia”, agregó el Obispo Auxiliar Alexander Salazar, director arquidiocesano de la Oficina de Justicia y Paz y Ministerios Étnicos.

“La suya es una función profética que concuerda con la rica tradición de las enseñanzas sociales católicas sobre la justicia. Todos nos beneficiamos de escuchar su voz profética sobre esta cuestión”, concluyó el religioso.

“El Cardenal ha sido por mucho tiempo la voz más importante que la Iglesia Católica ha tenido en el país”, dijo el Obispo Auxiliar Gabino Zavala. “Y por eso ha provocado mucha reacción y criticismo”.

De acuerdo con Monseñor Marc Trudeau, secretario del Cardenal en los últimos seis años y actual Pastor de la Iglesia Lomita’s St. Margaret Mary Alacoque, a pesar del escándalo sexual, las “peores cartas” que ha recibido tienen que ver con inmigración.

“Pero él siempre está buscando reconciliación y entendimiento”, dijo Monseñor Trudeau.

“Siente que puede abogar porque el Evangelio exige que nosotros seamos la voz de aquéllos que no tienen voz, y las personas saben cómo siente él; los inmigrantes saben que se preocupa por ellos, que habla por ellos”, añadió el Obispo Zavala.

“Los sindicatos ven su liderazgo, dijo María Elena Durazo, Secretaria Tesorera Ejecutiva de la Federación del Trabajo del Condado de Los Angeles, AFL-CIO. “Hay un grupo central de sindicatos que aprecian la forma en que él ha respondido. Ha sido muy valiente. Cuando muchos en la Arquidiócesis objetaban su postura pro activa, el permaneció fuerte. Muy inspirador”, concluyó la líder. VN

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