TESTIMONIOS SOBRE LA HUELLA QUE DEJÓ CÉSAR CHÁVEZ

PADRE RICHARD ESTRADA
Sacerdote de la Iglesia Nuestra Señora de Los Angeles

Hoy más que nunca se necesita el espíritu de César Chávez por todo lo que estamos viviendo. Él era una persona fiel a su pueblo, a su gente; fue un hombre de mucha fe. Ya han pasado muchos años de que no está presente entre nosotros, pero dejó un legado profundo, pero eso depende de cada persona. Para mí fue una bendición haberlo conocido. Le voy a contar cómo fue.

Cuando yo era estudiante de los Claretianos Misioneros, quería trabajar en el verano, no tanto en una parroquia, sino más con los campesinos. Pues un verano fui y me dieron el trabajo de estudiar con los campesinos de César Chávez. Ese año también estaba el Padre Luis Olivares, que hoy celebramos su muerte, y quien era mi supervisor. Allí empezó la jornada. Ese verano para mí fue muy profundo, me ayudó muchísimo, y todavía me ayuda. A César yo no lo veía todos los días, pero pude conocer cómo estaba la estructura de su organización y reconocer su liderazgo, dignidad, y establecer relaciones con los campesinos, conocerlos y convivir con ellos y los miembros de sus familias. Cuando uno los conoce y se convive con ellos, es como enamorarse de ellos. Uno ve muy claro la vida de los campesinos pobres, marginados, trabajadores abusados.

Para mí César Chávez, y no otra gente, representa el interés de ayudarlos a no seguir con las mismas leyes de trabajo, y abusos. Él comenzó esta organización con Dolores Huerta y otras personas. Tuvo carisma y una gran fe; siempre empezaba con una oración las reuniones o cuando todos ellos se juntaban.

Vi la diferencia de un seminario y de ese trabajo. A veces cuando regresaba al seminario en la ciudad de San Francisco, yo quería continuar con lo que había aprendido. En ese tiempo era organizarse en contra de la cortada de uvas, y ver si las parroquias podían ser parte de eso, pero era tan difícil; las puertas se cerraban en la cara; creían que éramos comunistas. Y no era así; era algo diferente. Por eso uno aprecia más la labor de César Chávez, porque su trabajo por la justicia y la dignidad era tan serio. Trabajó tan duro por los campesinos que no son reconocidos; nadie los ve, pero sí comen los frutos de esa labor.

Por eso digo que ahorita más que nunca necesitamos ese espíritu de César Chávez. Tenemos que tener esa fe como él la tuvo. Cuando los tiempos eran muy difíciles, yo personalmente vi cómo lo atacaban. Y él meditaba, allí donde vivía, al norte de Los Angeles, en La Paz. Se sentaba viendo los cerros y meditaba, y es así como ves a Jesús. Entonces para mí , él seguía el modelo de Jesucristo.

¿Era él un hombre perfecto? No, no lo era; él era humano, pero tuvo una fe muy grande y muy real.

SALVADOR SANABRIA
Director Ejecutivo de El Rescate

Durante las épocas de la Primera y Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos pasaba por una situación difícil en cuanto a mano de obra para fortalecer su maquinaria de guerra, como para continuar con la producción en el campo y la ciudad. Necesitaba braseros y estos vinieron por millares sometiéndose a trabajar entre una serie de riesgos entre los cuales estaba que se violaran sus derechos fundamentales.

Es ahí donde se marca un personaje como César Chávez, quien tuvo el coraje y la osadía de organizar a la clase campesina y trabajadora, y que además estaba dispuesto a emprender una lucha de carácter pacífico y moral. El uso de la protesta no violenta emprendida por Chávez, hizo que la Federación Laboral de Estados Unidos controlada por los blancos, se fijara como foco laboral en las organizaciones de campesinos y cambiara las condiciones de este sector.

Hoy aunque los objetivos varían de los primeros, iniciados por Cesar Chávez, ese espíritu de lucha continúa especialmente entre los campesinos, quienes inspirados por su líder ya desaparecido, continúan luchando y esparciendo sus ideas para reivindicar a los trabajadores agrícolas de los abusos de los rancheros.

ANGÉLICA SALAS
Directora Ejecutiva de la Coalición por los Derechos Humanos de los Inmigrantes de Los Angeles (Coalition for Humane Immigrant Rights of Los Angeles)

César Chávez demostró que si se organiza al trabajador, ese trabajador va a pelear por sus derechos con valentía y persistencia. Él creía que los trabajadores del campo podían trabajar por un mejor futuro en el cual cosechar la comida de nuestras mesas, al mismo tiempo que conseguir su pan de cada día. César Chávez enseñó e inspiró a una generación de organizadores latinos. Muchos jóvenes que crecimos con su mensaje entendimos que nuestro bienestar está ligado al bienestar de los más pobres y abusados. Y que tenemos una responsabilidad de responder y tomar acción a favor de ellos. Grandes líderes han salido del movimiento por los campesinos como Arturo Rodríguez, Eliseo Medina, María Elena Durazo, Miguel Contreras, y muchos más. El pueblo latino le debe mucho a César Chávez porque tenemos más derechos. De ahí, el respeto por su trabajo. VN

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