SEMANA NACIONAL DE LA MIGRACIÓN EN LOS ESTADOS UNIDOS

«Muchas culturas, una sola familia de Dios»

Bajo el lema «Muchas culturas, una sola familia de Dios» se está desarrollando, en todo el territorio de los Estados Unidos, auspiciada por la Iglesia católica, la vigésima séptima edición de la Semana Nacional de la Migración.

Desde el 6 y hasta el 12 de enero, el Servicio de Migrantes y Refugiados de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (Migrant and Refugee Services) que preside monseñor John C. Wester, obispo de Salt Lake City, también presidente de la Comisión Episcopal para la Migración, se están llevando a cabo diversos actos de difusión de la afirmación cristiana de que lejos de ser el migrante una amenaza, es una oportunidad para el desarrollo y el fortalecimiento de una sociedad multicultural como lo es la de Estados Unidos.

Monseñor Wester ha afirmado –en la carta de presentación de la Semana– que el tema de este año «nos recuerda que aunque venimos de muchas culturas y lugares diferentes, somos todos parte de la familia humana y miembros del Cuerpo de Cristo».

«Desgraciadamente –agrega el obispo de Salt Lake City–, en lugar de acoger a los recién llegados a nuestra tierra y tratar de entender las circunstancias que les han obligado a tener que buscar una nueva vida entre nosotros, muy a menudo respondemos con temor y albergamos actitudes de resentimiento y sospecha».

«Si dejamos de atender las necesidades de estos recién llegados, dejamos de atender al propio Señor», continúa el obispo Wester, recordando a la vez que «cuando dejamos a un lado nuestras preocupaciones y compartimos nuestros recursos, las bendiciones de Dios se extienden a todos nosotros».

Tras el intento fallido del año pasado por parte del Congreso de los Estados Unidos de pasar una amplia reforma del sistema migratorio, los obispos católicos se han comprometido a continuar levantando sus «voces proféticas haciendo un llamado a los fieles y a la gente de buena voluntad para que extiendan sus brazos con amor y entendimiento a nuestros hermanos y hermanas inmigrantes».

«Debemos esforzarnos por aprender sobre las realidades que causan que ellos tengan que dejar atrás todo lo que estiman por un futuro incierto, conocer la verdad sobre sus numerosas contribuciones y los dones que traen a nuestra sociedad, y trabajar por la reforma de nuestras leyes migratorias que son causa de desintegración familiar y de conflicto en las comunidades», termina diciendo el comunicado de monseñor Wester. VN

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