SASTRERÍA DE LOS ANGELES VISTE A CHARROS Y MARIACHIS

Cuando Julio Vázquez llegó al este de Los Angeles, proveniente de México, en 1981, sólo tenía a su haber una máquina de coser, pero toda una vida de experiencia en la confección de intrincados trajes de charro.

“En aquel tiempo no había manera (en EEUU) de hacerles los trajes a músicos o charros”, contó Vázquez, de 62 años, originario de Hidalgo de Parral, Chihuahua, quien hace 25 años creó la pequeña empresa conocida como “Arte Charro” en Los Angeles.

“Entonces comenzaban las asociaciones de charros de acá, de California, y no había manera de hacerles los trajes aquí”, relató.

Vázquez, quien aprendió el oficio de sastre de su padre, recordó que para comenzar su negocio en Boyle Heights lo primero que hizo fue crear un traje completo como muestra para atraer a clientes. Y el negocio empezó a crecer.

“Nuestros clientes son todos los que se visten de charro, músicos, charros de a caballo… mexican cowboys que les dicen, artistas, bailarines y todo el que gusta vestirse de traje de charro”, dijo el maestro de sastrería.

“Nos fuimos acreditando y comenzaron a venir de más y más lejos. Ahora tenemos clientes hasta en Nueva York”, agregó.

Arte Charro es una de tres sastrerías de su familia dedicadas a la misma especialización. Las otras sucursales están en México. La de Tijuana se llama Sastrería Vázquez y la de Guadalajara, Al Son del Mariachi.

“Comenzamos sin ningún capital. Fuimos creciendo poco a poco y con uno que otro prestamito”, dijo Vázquez. “Comenzamos con una maquinita, pero ahora estamos expandidos hasta México y tenemos maquinaria especializada y gente especializada”.

Vázquez contó que desde que comenzó no le ha faltado trabajo, porque la demanda de trajes creció con la presencia de la cultura y el arte latino en California y los Estados Unidos.

“No tenemos planes de expandirnos más, porque con el trabajo que tenemos es suficiente”, dijo Vázquez. “Y mano de obra especializada en este tipo de trabajo es difícil de encontrar”.

Como muestra de su arte, el propietario de Arte Charro desplegó en la mesa de sastrería un pedido especial. Es un traje de charro tradicional confeccionado en gamuza negra y con botones de plata. Con todo y sombrero, costará 8.000 dólares. Lo encargó el boxeador Fernando Vargas para su boda.

EL TRAJE MÁS BARATO CUESTA 200 DÓLARES

Gabriel Mendoza, administrador del negocio, explicó que la estrategia de comercialización de la empresa es sencilla.

“La gente que viene queda conforme con el trabajo y ellos mismos nos recomiendan”, dijo el encargado, que tiene 53 años y nació en Guadalajara. “Por lo general, nos hablan por teléfono para pedir información y para que les mandemos catálogos”.

Arte Charro ha vestido desde artistas consagrados hasta estudiantes de música. Además de confeccionar trajes, los arregla y alquila.

Julio Pacheco es uno de los operarios. Su especialización es el diseño de motivos o figuras llamadas grecas, que se pegan a los trajes para crear el popular efecto “grequeado”.

“A mi me gusta este trabajo por lo laborioso”, dijo el sastre, de 37 años y originario de Sonsonate, El Salvador. “A mí me encanta ver algo hecho con mis manos. Cuando uno ve el traje ya terminado siente una satisfacción especial”.

Con el auge de la cultura latina, “hay más demanda de los trajes folclóricos, y por eso esto ha subido”, concluyó. VN

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