PREOCUPACIÓN EN WASHINGTON POR EL INCREMENTO DE LAS PANDILLAS

Unas 400 bandas de jóvenes entre los 12 y los 17 años de edad se dedican al crimen en la capital estadounidense, según los datos más recientes de la Policía Metropolitana de Washington.

De acuerdo con el oficial de la Unidad de Intervención y Prevención de Pandillas de la Policía Metropolitana, Virgilio Báez, entre las más de cuatrocientas pandillas que delinquen en la capital estadounidense, 18 son hispanas y el número va en aumento.

Sin embargo, la nueva tendencia entre los reclutadores de jóvenes, es ignorar sus raíces, por lo que ahora muchas pandillas no se determinan por factores raciales si no que, con el propósito de aumentar sus filas, incluyen miembros de todos los orígenes.

“Son mezclados, empezaron con hispanos solamente, pero ahora son mezclados, hay orientales, etíopes, hispanos, hay de todo, ahora es el que quiera entrar, las puertas están abiertas para todo el mundo”, explicó Báez.

En la medida en que las bandas son más sofisticadas o tienen estructuras definidas, con presidencia, vicepresidencia y secretariado, reclaman la participación de los jóvenes más sobresalientes de la escuela, para que se encarguen de las tareas de contabilidad y organización.

“Ellos quieren gente que pueda contar, que pueda leer, que pueda llevarles ciertos libros, porque según los crímenes que cometen, de dinero, de robo, de narcóticos, necesitan a alguien que pueda llevar esa contabilidad”, agregó Báez.

La Policía Metropolitana adelanta una serie de actividades de prevención e intervención a través de las escuelas, la Unidad Especial de Prevención de Pandillas y la Unidad Latina.

Sin embargo, la desintegración familiar y la ausencia de patrones efectivos de comportamiento en los hogares, hace que hoy en día, jovencitas de 12 años se involucren en relaciones sexuales múltiples con el fin de acceder a la pandilla.

“La mayoría de las veces, si no son golpeadas, tienen que tener relaciones con más de un muchacho, casi, simultáneamente, uno detrás de otro y otro detrás de otro”, sostuvo Báez.

Con la denominada “Mara Salvatrucha” o “MS-13” encabezando la lista, “La nueva sangre”, “Los nuevos soldados”, “Soldados locos”, son los nombres de algunas de las decenas de pandillas cuyo índice de criminalidad empieza con la consabida apropiación de territorio a través de grafitis en las paredes y termina en asaltos sexuales, homicidios y tráfico de drogas.

Washington DC es una ciudad de 582.000 habitantes, lo que implica que con cerca de 400 pandillas, entre las mejor constituidas y las que tienen rangos criminales y administrativos más bajos, hay una pandilla por cada 1.455 habitantes.

La policía de Washington estima que el número de pandilleros organizados que residen en la ciudad asciende a entre 800.000; sin contar su influencia en el área circundante que incluye condados de Maryland y Virginia.

Las pandillas juveniles se han convertido en un problema de creciente preocupación para las autoridades de EEUU.

Un informe reciente del Departamento de Justicia indica que en el país hay más de 30.000 pandillas, con unos 800.000 miembros diseminados en más de 1.500 comunidades y cuya influencia excede los limites nacionales para atravesar las fronteras y delinquir de igual forma en México y Centroamérica.

Las autoridades investigan la infiltración de grupos procedentes de California, en el área metropolitana y ven con preocupación el incremento de las pandillas femeninas, que compiten con las demás en criminalidad y violencia.

De acuerdo con los expertos, la desintegración familiar, generada por los procesos migratorios y la urgencia de las clases menos privilegiadas de acceder a estatus económicos más estables, hacen que, muchas veces, las cabezas de familia descuiden la educación de sus hijos adolescentes.

Destacan que esta es la época más conflictiva de sus vidas y por tanto se convierten en presas fáciles de estos grupos de delincuentes que les ofrecen sentido de pertenencia y terminan convirtiéndolos en soldados del crimen organizado.VN

Share