OPPENHEIMER ASEGURA QUE SÓLO REFORMA EDUCATIVA SACARÁ A AMERICA LATINA DEL ATRASO

Miami.- El periodista argentino Andrés Oppenheimer apeló en Miami a una reforma educativa de calado y a largo plazo como única vía para sacar a Hispanoamérica del atraso y estancamiento en que se encuentra.

Mientras que los países asiáticos se orientan firmes hacia el “pragmatismo y el futuro”, “invirtiendo en educación, ciencia y tecnología”, Oppenheimer lamentó que los latinoamericanos, por contraposición, continúan condicionados por la “ideología y el pasado”.

“Es un absoluto disparate” que tantos países latinoamericanos “se hayan gastado este año millones de dólares en festejos con motivo del bicentenario” de su independencia, dijo Oppenheimer con motivo de la presentación en la Feria Internacional de Libro de Miami de su última obra, “¡Basta de historias! La obsesión latinoamericana con el pasado y las doce claves del futuro”.

“¡Cuánto mejor hubiera sido invertir ese dinero en perfeccionamiento del profesorado y en la mejora de la calidad educativa!” en las aulas de nuestros centros de enseñanza, se quejó el periodista, premio Pulitzer en 1987 por su investigación del escándalo Irán-Contra.

Precisó que, si bien es loable que las naciones de Latinoamérica festejen su historia y celebren sus hitos nacionales, sin embargo, “una excesiva obsesión por el pasado nos distrae de la más urgente tarea”, que, a su juicio, consiste en “invertir en el futuro”.

La realidad es, prosiguió, que muchos mandatarios latinoamericanos prefieren “reinventar la historia para justificar, promover e imponer un proyecto autoritario”, como es el caso del presidente venezolano, Hugo Chávez, que presenta, por ejemplo, la figura de Simón Bolívar “totalmente distorsionada”.

Si bien el caso de Venezuela es “disparatado” (con la exhumación de los restos de Bolívar y de las piezas dentales de sus hermanas), no le van a la zaga los de Ecuador, Argentina o incluso México, donde fueron trasladados los restos de 14 héroes de la Independencia.

Para Oppenheimer (Buenos Aires, 1951), estos actos no son más que “parte del show”, de un “patriotismo mal entendido”, ya que un “patriotismo verdadero sería destinar esos fondos a proyectos educativos (…), sembrar para el futuro”, apostilló.

“¿Qué queda después de estos desfiles y festejos nacionales, de un fin de semana festivo?”, se preguntó el autor de “Cuentos Chinos” y “Los Estados Desunidos de América”.

La receta de Oppenheimer para sacar a Latinoamérica del estancamiento y atraso en que se encuentra se fundamenta en una profunda reforma educativa ligada a un “movimiento cívico nacional que presione a los gobiernos para mejorar la calidad educativa”.

Sólo así, explicó, se lograra dar la vuelta a datos “espeluznantes”, como el hecho de que un país como Corea del Sur, “que hace 50 años tenía menos de la mitad del renta per cápita de Argentina, México o Brasil, hoy día tenga una cifra de 28.000 dólares, el doble que en estos países”.

O que el mismo país asiático registrara en 2009 un total de 9.600 patentes en EE.UU., mientras que México registró 80 patentes y Argentina otras 50.

Las doce claves que propone el periodista en su libro para que América Latina se convierta en un continente próspero y competitivo en un mundo globalizado se condensan en dos “proposiciones concretas”: primero, la creación de una suerte de “Producto Bruto Educativo, un “indicador de crecimiento y calidad educativa”.

En ese sentido se mostró convencido de que “el crecimiento económico sin un crecimiento en la calidad educativa, que en la actualidad es pésima, no nos lleva a ningún lado”.

En segundo lugar, reiteró la necesidad de configurar “movimientos cívicos nacionales (empresarios junto con artistas o futbolistas)”, no dependientes de la clase política, que “fijen metas educativas muy concretas para cumplirse en los próximos cinco o diez años”.

Y es que, en opinión de Oppenheimer, es prioritario que los latinoamericanos, “en lugar de felicitarse por lo fantástico que somos”, encajen una cierta dosis de “paranoia constructiva” y “humildad” para progresar y “alcanzar a los asiáticos”.

Este libro de crónicas y observación realista “de lo que somos, antes de lo que creemos ser” los latinoamericanos, en palabras del propio autor, es un antídoto contra la complacencia de los gobiernos y ciudadanos del continente, una región que no cuenta con una sola universidad entre las 200 mejores del mundo. VN

Share