MENORES CON LIMITACIONES FÍSICAS HICIERON SU PRIMERA COMUNIÓN EN LA PARROQUIA NUESTRA SEÑORA DE LA VICTORIA
Fueron 46 niños y niñas menores de 12 años de edad, algunos de los cuales sin moverse de su silla observaban atentos lo que pasaba a su alrededor; otros con mirada dulce se esforzaban por asimilar aquel acto religioso dedicado a la Virgen de Guadalupe. Varios inquietos movían la cabeza de un lado a otro manifestando su intolerancia a la multitud, mientras sus progenitores los tranquilizaban.
Son niños especiales con diferentes discapacidades quienes por primera vez participaron en una misa e hicieron su Comunión en la Parroquia Nuestra Señora de la Victoria en la ciudad de Compton. Una multitud entre padres de familia, parientes y amigos los acompañaron haciendo de aquel acto litúrgico una fiesta jamás vista en otras parroquias. Masivamente estos pequeños se convirtieron en los protagonistas de la fiesta que se conmemora cada 12 de diciembre en honor a la Virgen de Guadalupe.
Contrario a una misa regular, este acto no duró más de 45 minutos. Un grupo de danzantes aztecas bailó al compás de los tambores alrededor del altar mientras los niños observaban; luego tuvo lugar la entrada en procesión del padre Francisco Valdovinos, párroco de la Iglesia, quien después de un breve mensaje cantó con el mariachi frente a la imagen de la Guadalupana, y algunos niños especiales le acompañaron.
Su mensaje fue corto y conciso, esa fue la idea, no quería que los niños se aburrieran, tampoco que se inquietaran, sobre todo los autistas. Lo importante era que asimilaran el entorno religioso y aprendieran sobre la fe católica.
“La idea de hacer una Misa especial para niños discapacitados la venía pensando desde hace mucho tiempo cuando veía niños especiales en las misas regulares. Y pensé: ¿qué vamos hacer con estos niños? La idea la presenté a la comunidad y ellos estuvieron de acuerdo de hacerlo durante la celebración de la Virgen de Guadalupe, y es así como la llevamos a cabo”, explicó el padre Valdovinos.
“Pase algún tiempo observando el comportamiento de algunos niños especiales que eran llevados a la misa de los domingos; observé a sus padres cómo manejaban la situación y la manera de controlar a sus hijos; cómo los trataban y tranquilizaban y cómo los ponían en paz. Los llamé a una reunión y ellos muy contentos estuvieron de acuerdo en realizar la misa con sus hijos”.
“Básicamente se estaban cumpliendo dos objetivos: iniciar a los niños a la Liturgia y al mismo tiempo evangelizar a los papás, quienes algunos no asisten a la Iglesia con regularidad. Varios de ellos no están ni casados, o no están activos en la parroquia, por lo que los niños se convirtieron en los nuevos ‘Juan Diegos’, instrumentos de Dios, para atraer a sus papás al templo. Ellos son como los embajadores que animan a sus padres a practicar la fe”, agregó el párroco Valdovinos.
De hecho, durante la misa especial, el padre Valdovinos invitó a algunos niños a participar cantando a la Virgen de Guadalupe; la sonrisa de ellos y la de sus padres se dibujaron en sus bocas al sentirse apreciados. “Creo que eso es mágico porque produce alegría en los corazones de los padres al ver que sus niños contentos, son tomados en cuenta por la Iglesia y por la comunidad”, concluyó el párroco.
“Son niños que a pesar de sus limitaciones captan de alguna manera el amor de Dios a través del ejemplo de sus papás y los gestos simbólicos de la Liturgia, que a veces son para ellos difíciles, pero Dios los toca y los transforma, y lo más importante es que se convierten en embajadores, en instrumentos de Dios para acercar a sus padres a la fe”, argumentó el religioso de la Santísima Trinidad.
“A algunos de los niños les resultó difícil tomar la comunión porque no estaban acostumbrados al sabor de la ostia y a estar en medio de mucha gente, pero otros lo disfrutaron. En ese sentido creo que sí captan la presencia de Dios al participar en este tipo de Liturgias como es la Fiesta Guadalupana donde se manifiesta la fe de la comunidad”.
El padre Valdovinos es de la opinión que la fe en Dios y el acercamiento a la parroquia ayuda a los padres a tener la paciencia y capacidad para tratar a estos niños especiales. Asimismo reconoce que ellos ya vienen entrenados desde el nacimiento de sus hijos que llegan al mundo con condiciones especiales. Estos padres aprenden sobre la paciencia y tolerancia día a día en sus casas, y la Iglesia lo que hace es fortalecerlos, ofreciéndoles servicios especiales para que sientan que no están solos y que tienen el apoyo de toda una comunidad.
“Comprendemos que es una lucha grande para ellos porque desde que se levantan hasta que se acuestan deben cuidarlos, sobre todo cuando se enferman. Por eso se vuelve una bendición que los mismos niños con su sencillez e inocencia se conviertan en instrumentos para poner a sus padres en el camino de Dios”.
El padre Valdovinos externó su alegría de haber realizado la misa con los niños especiales por tres razones: la primera, porque fue una oportunidad para que realicen su primera comunión; segundo, atrajeron a sus padres, familiares y amigos a la parroquia, y tercero, porque tiene la esperanza que otras parroquias sigan el ejemplo en beneficio de los niños especiales que viven en todo el condado de Los Ángeles.
“Ellos deben recibir la Comunión con dignidad, como tienen que ser; a veces hay que ser tolerantes para no aplicarles tantos requisitos como es la Catequesis, algo que para ellos se realiza a través del papá, la mamá o la madrina”.
El padre Valdovinos también aseguró que después de esta primera actividad con los niños especiales van a darle seguimiento a través de una Catequesis. El próximo proyecto es que estos niños reciban la Confirmación procurando que tanto ellos como sus padres y padrinos sean evangelizados.
“Yo siempre pienso que el niño refleja las acciones de los papás y las mamás, y en ese sentido, los padres de familia tienen que poner de su parte para que sus hijos sientan el amor de Dios”, finalizó el padre Valdovinos. VN
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