‘LOS TRAPOS SUCIOS SE LAVAN EN CASA’

‘LOS TRAPOS SUCIOS SE LAVAN EN CASA’

Este concepto, común entre los hispanos, provoca que se oculten situaciones de violencia doméstica que hieren a toda la familia.

Por ALICIA MORANDI

El tema de la violencia dentro del hogar es un asunto del cual muchos prefieren no hablar, especialmente en la comunidad hispana, dice la terapeuta Constance Figueroa, con práctica en el Condado de Ventura. Agrega que por una cuestión cultural, a muchas latinas les da vergüenza confesar que las maltratan y sufren en silencio sin pedir ayuda.

Los populares refranes: “Los trapos sucios en casa se lavan” y “en cosas de marido y mujer nadie se debe meter”, son a menudo mensajes que reciben las latinas, según Figueroa. “Este concepto afecta a las abusadas, y también a sus hijos les deja heridas emocionales profundas que podrían durar toda la vida”.

Por su parte, la doctora Ana Nogales, directora de Casa de la Familia (CDLF), y autora de varios libros, entre ellos, “Latina Power: Utilice sus 7 fortalezas para decir NO al maltrato”, dice que el abuso doméstico jamás podrá ser parte de una buena relación. “Cada una de nosotras nacemos con el derecho a ser honradas y respetadas como seres humanos. Cuando nos maltratan nos despojan de ese derecho”.

La realidad es que este tipo de violencia es una de las principales causas de lesiones y muerte en la población femenina. Por esta razón, el mes de octubre está dedicado a crear conciencia del daño que ocasiona.

Cada 9 segundos maltratan a una mujer en Estados Unidos, y a diario más de tres son asesinadas por sus parejas, dicen reportes. Sólo en California residen aproximadamente 4.5 millones de mujeres que han experimentado esta situación en algún punto de su vida, declara CDLF, una organización no lucrativa que apoya a mujeres y sus familias que han sufrido traumas como consecuencia de este crimen.

“Darse cuenta que no están solas y que hay recursos para ellas sirve para ir librándose del abuso”, dice Figueroa. “La víctima suele pensar que es a la única que le pasa, pero cuando empieza a hablar con otras se da cuenta que no es así, y junta fuerzas para hacer algo”.

Por su parte, Nogales dice que el primer paso para terminar con este abuso es admitir que es víctima de violencia doméstica, “y darse cuenta de que un ser humano no merece ser maltratado”. Después se pasa a combatirla pidiendo ayuda a familiares, amigos, grupos religiosos o profesionales.

RECURSOS DE LAS LATINAS PARA SALIR DEL ABUSO

La latina presenta una serie de características que podrían ayudarle a sobreponerse al maltrato, asegura la doctora Nogales. “Cuando una latina experimenta confianza en sí misma, se siente como ‘Reina’. Se respeta y también los demás la respetan. Ser una Reina no significa solamente decir no a las cosas dolorosas. Se trata de decir sí a una existencia más feliz. Se trata de darse el tiempo necesario para sanar del dolor y permitirse gozar la vida sin temor…”.

De acuerdo con la especialista, también la habilidad de ser “diplomática” -característica propia de la latina- puede ayudarle a actuar con discreción mientras prepara un plan de acción para una vida sin abuso. “Ya sea que decida permanecer en esa relación o marcharse, necesitará un plan para afianzar su seguridad”. Y añade: “Ser diplomática implica prepararse de antemano y tener en claro lo qué necesita hacer para su seguridad y la de sus hijos. Es muy importante saber que cuando se separa de una relación abusiva, su pareja podría volverse aún más dominante, sabiendo que está perdiendo lo que tanto luchó por controlar. Por consiguiente, en los primeros meses necesitará ser más cautelosa debido a que su compañero podría tornarse más violento. Estar consciente de lo que podría sucederle le ayudará a protegerse. Como latinas, hemos aprendido a proceder con tacto y precaución cuando es necesario”.

‘LA UNIÓN HACE LA FUERZA’

Recurrir a otras mujeres que han vivido la violencia doméstica puede ser un acto de poder y salvación, asegura Nogales. “El espíritu de confianza, protección y apoyo de la comadre, generalmente se propaga en un grupo de mujeres que tienen algo doloroso en común. Si nunca antes ha sido parte de un grupo de apoyo, podría preocuparle y darle vergüenza compartir su información personal con desconocidas. Cualquiera que sea el motivo, sepa que los beneficios de pertenecer a un grupo de apoyo superan los riesgos. Le ayudará a darse cuenta que no está sola y a creer más en sí misma, a comprometerse a hacer lo necesario para crear una vida sin violencia. Pero además, quienes moderan estos grupos le darán las herramientas psicológicas, legales y prácticas para elegir el mejor camino”.

Una organización nacional que por muchos años ha estado formando estos grupos de latinas es “Comadres para las Américas”, iniciada en Texas y que actualmente incluye a más de diez mil latinas de Estados Unidos. Ellas se reúnen en “comadrazgos” mensuales, en casa de una de las comadres, para hablar y darse apoyo.
Para más información comuníquese a: www.lascomadres.org. VN

UNA CUESTIÓN DE CONTROL

• De acuerdo con la terapeuta Constance Figueroa, es común que se empiece a aislar a la pareja de su familia y seres queridos; manipularla para que pierda la confianza en sí misma y burlarse de su apariencia o capacidades. Luego, cuando ya ha sido dominada emocionalmente, puede llegar el abuso físico.

• La mujer que soporta esa relación abusiva se está haciendo cargo de la violencia de su compañero porque cree que ella es la culpable. Como su autoestima está dañada, le cuesta pensar en formas de independizarse.

• Si el agresor no recibe ayuda profesional, continuará abusando. Necesita recibir consejería individual y/o psicoterapia o asistir a grupos de tratamiento para agresores. La consejería matrimonial no funciona para este tipo de comportamiento.

• No denunciar un caso de violencia doméstica nos vuelve sus cómplices. Si sabemos que esa hermana, amiga, etc. es víctima de violencia doméstica, tenemos la obligación moral de hablarle de los recursos que hay para que sepa que no está sola.

DÓNDE LAS VÍCTIMAS DE VIOLENCIA DOMÉSTICA PUEDEN RECIBIR APOYO

• Ayuda Legal. Llame a ‘Legal Aid Foundation of Los Angeles’: 1 (800) 399-4529.

• 211 (Número de teléfono nacional de acceso a servicios humanos y de salud)

• Casa de la Familia: www.casadelafamilia.org: (213) 413-7777 ó (714) 525-8509.

• Los Angeles Hotline (Línea gratuita para reportar violencia doméstica): 1(800) 978-3600 ó 1(800) 799-7233.

• Coalición del Sur de California contra la Violencia Doméstica: 1(800) 339-9597.

• Refugio de Emergencia: Sojourn Services (310) 264- 6644.

¿ESTÁ LASTIMANDO A ALGUIEN QUE AMA?

Según ‘The Westside Domestic Violence Network’, algunos usan el abuso emocional, verbal, físico o sexual para retener a su pareja. Es una forma obsesiva de estar ‘en control’ de sus sentimientos y de los de otra persona. La violencia doméstica mantiene a su pareja con miedo, pero esto no significa que le ame más. Hágase estas preguntas para darse cuenta si usa el abuso para controlar a alguien:

– ¿Detiene a su pareja para que no salga de la casa?

– ¿Le hace acusaciones de ser infiel?

– ¿Cuándo está enojado/a le ataca verbal o físicamente?

– ¿No le deja pasar tiempo con su familia y/o amistades?

– ¿Culpa al alcohol o drogas de ponerlo violento/a?

– ¿Le amenaza con llevarse a los hijos si desea dejarlo?

– ¿Le obliga a tener relaciones sexuales cuando no quiere?

– ¿Le golpea, bofetea, patea o tira cosas violentamente?

Si ha usado alguno de estos comportamientos puede que esté ejerciendo la violencia doméstica.

PUEDE BUSCAR AYUDA EN LOS SIGUIENTES LUGARES:

• Asociación de Programas para Abusadores (562) 426-9611

• Línea de recursos para Violencia Doméstica L.A. 1 (800) 978-3600

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