LEYES DE INMIGRACIÓN SEPARAN A JOVEN FAMILIA HISPANA

Tanya Cruz y su esposo Juan esperan su primer hijo para septiembre, y en vez de prepararse para la llegada del bebé hacen los arreglos para que el futuro padre salga voluntariamente del país mañana, sábado.

La joven, de 22 años, es ciudadana estadounidense e hizo una petición familiar a favor de su esposo, ciudadano mexicano y quien llegó a EE.UU. de manera ilegal con sus padres cuando tenía cuatro años de edad.

La pareja, residente en Daly City y casada desde hace tres años, está a la espera de una cita en el consulado estadounidense en Ciudad Juárez, México, para que Juan pueda regresar al país de forma legal.

“Estoy muy triste, preocupada y ansiosa”, dijo hoy a Efe Tanya. “Tengo un mar de emociones y aún no puedo creer que se tenga que ir”.

La joven agregó que, en un momento importante en la vida de ambos, él no va a estar ahí y “lo necesito más que nunca”.

La pareja compró hoy el boleto de avión que llevará a Juan de regreso a México, días antes de la fecha límite de su salida.

El abogado Mark Silverman, del Centro de Recursos Legales para Inmigrantes de San Francisco, sostuvo a Efe que este es un ejemplo de las consecuencias de un sistema de inmigración roto.

Explicó que Juan “tiene derecho a la residencia”, pero como el Congreso federal no dio paso a una reforma migratoria, la familia debe separarse.

Silverman señaló que Cruz “no recuerda México, no habla bien español y culturalmente es más estadounidense”.

Asimismo, relató que la familia del inmigrante fue víctima de abogados sin escrúpulos que los engañaron.

Años atrás, los padres de Juan quisieron arreglar su situación migratoria pero no les explicaron correctamente los requisitos que tenían que cumplir, por lo tanto perdieron todas las apelaciones del caso que involucra también al joven, quien debe estar fuera del país para el 13 de agosto.

“La pareja ha hecho todo lo posible por arreglar su solicitud de visa”, recalcó Silverman. “La meta es que regrese para cuando su hijo nazca”, añadió.

Sin embargo, este proceso podría tomar de seis a ocho meses más.

El abogado de inmigración subrayó que el hecho de estar casado con un ciudadano o ciudadana estadounidense no garantiza que se pueda obtener la residencia.

“Existen muchos obstáculos en las leyes de inmigración y se deberían de quitar”, sentenció Silverman. VN

Share