
“LA FAMILIA DE DIOS”
Celebrando la Misa Anual de Culturas de la Arquidiócesis de Los Angeles
“Todos son bienvenidos aquí”, canta un coro multicultural, mientras representantes de diferentes grupos étnicos vistiendo sus trajes tradicionales, caminan por el pasillo principal de la Catedral de Nuestra Señora de los Angeles hacia el altar.
El grupo folklórico polaco Krakusy, de la iglesia de la Sagrada Familia, abrió el 11 de septiembre la celebración de la Misa de las Culturas bailando la “Polonesa” de Frederic Chopin, seguida de un llamado a celebrar por un representante de la comunidad afro-americana.
Las víctimas de 09/11 también fueron recordadas durante la ceremonia de apertura. El Detective Rene López del Departamento de Policía de San Gabriel, representando la comunidad india Círculo Americano Kateri, y el Alguacil Ben Cariaga, de la comunidad de Guam, colocó una bandera y una vela junto al altar.
También estuvieron presentes los cónsules de Filipinas, Croacia y Sri Lanka, el asistente del cónsul mexicano y el cónsul de Polonia. La celebración “Unidad y Diversidad: Un Señor de todos”, fue presentada por la Catedral y la Oficina de Ministerio Étnico.
“Yo no puedo pensar en una mejor manera de conmemorar la tragedia del 11 de septiembre, que estando juntos aquí para orar por el país y por el mundo” dijo el Arzobispo Coadjutor José Gomez, principal celebrante de la liturgia anual, durante la homilía.
“Esta magnífica celebración de fe, nos recuerda que la Iglesia Católica es la Familia de Dios” continuó el Arzobispo Gomez. “Y esta no es sólo una linda frase, una linda idea, es algo real. Este es el misterio de la iglesia y es el misterio de nuestras vidas”.
Él recordó a la asamblea que a través del sacramento del Bautismo “todos hemos sido hechos hijos de una familia con Jesucristo, como el Señor, el primogénito entre muchos hermanos”.
“Nosotros somos verdaderamente hermanos y hermanas” dijo. “Cada uno de nosotros se une a una procesión viva de cada país, raza y lenguaje que se extiende desde el principio de la tierra hasta el cielo arriba”.
Reflexionando sobre 09/11, el Arzobispo Gomez habló acerca de las bondades de Dios y de cómo Él puede transformar para mejor, algo que fue planeado para el mal.
“La sangre de los inocentes debe convertirse en una semilla para nuevo compromiso de paz y entendimiento entre la gente y las religiones, y para una nueva dedicación a Dios” dijo.
“Estas son semillas que nosotros debemos nutrir; son semillas que debemos cuidar. Los miles que murieron, no lo hicieron sin una razón”.
Él afirmó que sin Dios, no habría ningún fundamento para ninguna clase de éxito. “Si Dios no está primero, ¿cómo podemos ser hermanos y hermanas?” preguntó.
Después reconoció que “Los Angeles tiene un papel importante que jugar en la nueva evangelización de nuestro país, porque la comunidad de culturas que vemos aquí hoy es lo que Dios quiere para el mundo entero”.
Luego de proporcionar una corta biografía de la Bienaventurada Madre Teresa, el Arzobispo Gomez reflexionó sobre la importancia de ser “hijos de Dios” y de ser un católico, sin importar el lugar de origen.
“Ella dijo algo que me habla a mí” murmuró. “Ella dijo, ‘Por sangre, soy albanesa, por ciudadanía soy india, por fe, soy una monja católica, por mi vocación pertenezco al mundo, y por mi corazón, pertenezco al corazón de Jesús’”.
Todos los católicos, añadió, “hacemos nuestra propia única contribución a los planes de Dios para la historia del mundo”, y todos tenemos “una vocación para invitar a cada uno al amor de Dios, el Padre”.
“De la Eucaristía que recibimos estamos llamados a dar frutos; frutos de santidad, frutos de amor. Debemos imitar el amor de Dios como Él nos enseñó”, dijo, reflexionando en la lectura del día del Evangelio de Lucas. También urgió a los parroquianos a ser “mejores católicos” y a tratar de conocer a Jesús mejor.
“El Señor viene a nosotros siempre en las apariencias más dolorosas: los pobres, los extranjeros, los desamparados, el prisionero, el aún no nacido”. Y otra vez citó a la Madre Teresa: “Debemos proclamar a Cristo por la manera como hablamos, por la manera como caminamos, por la manera como reímos, por nuestra vida, de modo que todos sepan que nosotros le pertenecemos a Él”.
Al final de la liturgia, el Obispo Auxiliar Alejandro Salazar, vicario de la Oficina de Ministerio Étnico, introdujo a los capellanes y a los líderes espirituales de los grupos étnicos que tienen una presencia en las parroquias a través de la Arquidiócesis.
Michael Lau, presidente del Consejo de Ministerios Ejecutivos, agradeció al Cardenal Rogelio Mahony por su apoyo al ministerio en reconocimiento de la “riqueza que nosotros traemos a la Iglesia”. A nombre del ministerio, dio la bienvenida al Arzobispo Gomez; agradeció al Obispo Auxiliar Oscar Solis por sus cinco años de liderazgo y guía, y alabó al Obispo Salazar por dar poder al laico en la Iglesia, para continuar edificando el ministerio.
“Esta es una celebración de unidad y diversidad, de colaboración de las gentes de todas las culturas”, dijo Lau. “También celebramos tolerancia. Todos tenemos diferencias, pero no podemos estar dándoles vueltas. En vez de mirar lo negativo, nos enfocamos en lo positivo”. VN
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