LA DISPARIDAD AFECTA A LOS HISPANOS EN CLÍNICAS GERIÁTRICAS DE ESTADOS UNIDOS
El número de hispanos que viven en clínicas geriátricas es cada vez mayor, pero también la disparidad de la atención médica que reciben comparada con la que se da a los blancos, reveló un estudio divulgado hoy por la revista Health Affairs.
La investigación encabezada por Mary Fennell, profesora de sociología y salud comunitaria de la Universidad Brown, indicó que es más probable que los ancianos hispanos vivan en clínicas de mala calidad donde hay problemas estructurales, de personal y financieros.
El estudio sigue a otro que en 2007 indicó que el problema de la mala calidad de las residencias geriátricas afectaba a los negros en mayor proporción que a los blancos de este país.
Según Fennell, el nuevo estudio dedicado a la población hispana tuvo como objetivo determinar el tipo de clínicas geriátricas en que viven los hispanos y de qué forma se puede comparar la atención que reciben con la que se da a los blancos.
Fennell indicó que los resultados revelaron profundas disparidades.
“Lo más asombroso fue descubrir la existencia de disparidades en la atención geriátrica que se proporciona en instalaciones que atienden en su mayoría a blancos en comparación con las residencias donde había una mezcla de blancos e hispanos”, señaló.
La investigadora indicó que el estudio también estableció que se ha comenzado a perder la costumbre de los hispanos de dar atención familiar a sus ancianos en el hogar.
Tradicionalmente ese grupo fue el que menos utilizó los servicios de las clínicas geriátricas en comparación con otros grupos étnicos, indicó.
En general, ese cuidado era dado por las hijas mayores en el hogar de la familia.
Sin embargo, en número cada vez mayor han tenido que acudir a las clínicas o residencias geriátricas como resultado de lo que calificó como la “aculturización” y los problemas financieros que han obligado a las mujeres hispanas a trabajar fuera de casa cada vez en mayor número.
Como resultado, y pese al considerable aumento de la población de edad avanzada entre los hispanos, es cada vez menor el número de hispanos que se encargan del cuidado de sus ancianos en el hogar.
Según los autores del estudio, el uso de clínicas geriátricas ha bajado en los últimos 25 años y se ha modificado la mezcla racial o étnica de sus residentes.
Entre 2000 y 2005, el número de hispanos aumentó de 5 a 6,4 por ciento, pero el de blancos no hispanos se redujo de 83 a 79,4 por ciento.
Para Fennell y el grupo de científicos que realizó el estudio, los residentes de las clínicas geriátricas provienen cada vez en mayor número de los estratos económicos menos acomodados por lo que carecen de recursos para pagar instalaciones de mejor calidad.
Según la investigadora, el impacto de la atención de menor calidad en las clínicas geriátricas es un problema complejo.
Señala que los residentes que ingresan en esas clínicas generalmente ya han tenido que estar hospitalizados durante algún tiempo o han sufrido problemas de salud que exigieron una atención onerosa y de alta calidad.
Una vez que ingresa en una clínica geriátrica esa persona sufre una espiral de menor calidad de vida a largo plazo, con episodios múltiples de mala salud y trastornos crónicos de la cual no puede salir.
“La gente con recursos puede encontrar muy buenos lugares o alternativas como la atención médica en el hogar. A los demás les quedan instalaciones de no muy buena calidad que no están cumpliendo con la función que les corresponde”, señaló.
Fennell expresó su esperanza de que las autoridades federales y locales presten atención a los dados de su estudio y que los tomen en cuentan al proceder a dar reforma al nuevo sistema de salud de EEUU. VN
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