(ZENIT – Madrid).- La catedral de San Miguel y Santa Gúdula tuvo una vigilia de oración ecuménica en memoria de las víctimas del doble atentado que causó 35 muertos y decenas de heridos en Bruselas, que sirvió para transmitir un mensaje de unión contra el terror.
Invitados por el arzobispo de Malinas-Bruselas, Monseñor Jozef De Kesel, los líderes de diferentes comunidades cristianas, musulmanes y judíos, así como miembros de las fuerzas de seguridad y servicios de emergencia, bomberos y personal del aeropuerto se reunieron en memoria de los fallecidos.
Acudieron más de mil ciudadanos de diferentes confesiones y también algunas víctimas. Personal de emergencia y de la policía depositaron al inicio de la ceremonia velas en el templo, y después se guardaron 5 minutos de silencio.
“Ninguna violencia en nombre de Dios puede ser tolerada”, afirmó Monseñor De Kesel, quien alabó además la solidaridad mostrada tras el doble atentado en el aeropuerto internacional de Zaventem y la estación de metro de Maalbeek, en el barrio europeo. “Nuestra pena es grande, es bueno reunirse y rezar al Señor”, apuntó. VN