IGLESIAS DE LOS ÁNGELES SE UNEN PARA OFRECER REFUGIO A INDOCUMENTADOS

El movimiento santuario, mediante el cual familias inmigrantes bajo amenaza de deportación se refugian en diferentes iglesias en los Estados Unidos, comenzó hoy formalmente en Los Ángeles.

Juan Villada, de 43 años, dejó su casa y su trabajo para refugiarse en un apartamento especialmente acondicionado en la sacristía de la iglesia de Nuestra Señora de Los Ángeles y evitar así la deportación.

El padre Richard Estrada, párroco principal de la iglesia situada en la histórica Placita Olvera, en el centro de Los Ángeles, dio formalmente la bienvenida a Villada.

“Estas personas son representantes y portavoces de millones de personas en los Estados Unidos, que no tienen papeles legales pero cuyos hijos nacieron aquí”, dijo Estrada.

“No queremos que estas familias sean separadas”, agregó.

Otro inmigrante guatemalteco que sólo se identificó como Juan recibió asilo en la iglesia Metodista del Valle de San Fernando en North Hollywood.

“Llevo 15 años viviendo en Los Ángeles, y tengo 5 de tener mi propio negocio de jardinería, que me permite subsistir”, explicó hoy a Efe.

El inmigrante contó que tiene dos hijas nacidas en EEUU, de 5 y 1 año y medio, quienes ahora quedaron al cuidado de su esposa.

Después del secuestro del padre, la madre de Juan salió de Guatemala y llegó a EEUU como refugiada. Posteriormente se naturalizó.

Tras continuas amenazas en su país, Juan la siguió a los Estados Unidos pero no pudo obtener adecuada ayuda legal para ajustar su estatus migratorio.

El movimiento santuario en Los Ángeles ha sido promovido por Clérigos y Laicos Unidos por la Justicia Económica (CLUE, por sus siglas en inglés), una coalición de entidades religiosas que trabajan para “responder a la crisis del trabajador pobre”, según explicó la reverenda Alexia Salvatierra, directora ejecutiva.

“Las familias han sido rotas por un sistema de inmigración también roto. Bajo las políticas actuales, las detenciones y las deportaciones están separando los padres de los hijos, los esposos de las esposas y las hermanas de los hermanos”, afirmó Salvatierra.

Juan desea que su caso sirva para “que miren el sufrimiento de nosotros los inmigrantes y que nos ayuden a abogar por una buena reforma migratoria”.

Aunque su madre lo ha solicitado ante las autoridades migratorias y el Director de Distrito del Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE, en inglés) está acuerdo en que su caso sea abierto nuevamente, Juan puede ser deportado.

“Mediante nuestros santuarios, podemos ayudar a cambiar las leyes para crear políticas que sean efectivas y humanas”, afirmó Kim Bobo, fundador y director ejecutivo de IWJ, movimiento nacional que busca apoyo de iglesias de diferentes denominaciones para los trabajadores de bajos ingresos.

Según se explicó hoy, cada iglesia ofrecerá hospitalidad a una familia durante un periodo de hasta tres meses. La familia cambiará de una comunidad de fe a otra cuando sea necesario, hasta que su caso sea resuelto.

El movimiento santuario, puesto en marcha hoy simultáneamente en Chicago, Nueva York, San Diego y Seattle, también marca el inicio de una campaña nacional de compromiso que busca recoger firmas para un apoyo público y moral por los derechos de los inmigrantes.

En Los Ángeles el movimiento agrupa a unas 17 iglesias y ha recibido el apoyo de otras organizaciones como el Centro de Recursos Centroamericanos (CARECEN), la Asociación Nacional de Funcionarios Latinos Electos y Nombrados (NALEO), la Coalición Por los Derechos de los Inmigrantes de Los Ángeles (CHIRLA) y de Hermandad Mexicana.

La archidiócesis de Los Ángeles, ha manifestado que el arzobispo de la ciudad, cardenal Roger Mahony, trabaja arduamente para apoyar una reforma legal que solucione el problema de los indocumentados.

“Sobre estrategias individuales para trabajar con la comunidad inmigrante, la política de la archidiócesis de Los Ángeles es que cada iglesia decida por ella misma si ellos tienen los recursos y capacidad para participar en un programa como el movimiento santuario”, indicó la diócesis arzobispal en un comunicado.

Por su parte, el ICE, también en declaración escrita, informó que la entidad debe “aplicar las leyes migratorias de la nación y asegurar que se apliquen justamente. Aquellos que violen las leyes migratorias enfrentan las consecuencias de sus acciones”. VN

Share