ENTREVISTA CON EL CARDENAL ROGELIO MAHONY ACERCA DE LA POSICIÓN DE LA IGLESIA SOBRE LOS INMIGRANTES
Publicamos la entrevista que el escritor Bob Dellinger, del periódico arquidiosesano Tidings, le hizo al Cardenal Rogelio Mahony acerca la posición de la Iglesia sobre los inmigrantes y la dinámica que surge en este país acerca de este tema.
¿Por qué cree usted que ahora en los Estados Unidos hay un nuevo ataque tan frenético contra los inmigrantes?
“Bueno, siempre hay factores en la sociedad, y con frecuencia en la economía, que desatan esa clase de ataques. Cuando la gente se siente amenazada, es más probable que busquen una salida de escape.
“Yo pienso que a causa de la situación de 9-11, y las consiguientes guerras en Afganistán e Irak, han escogido a alguien para culparlo de nuestros problemas. Y en segundo lugar, gran parte es a causa de la economía. Si California fuera fuerte, si no hubiera déficit y si toda la gente tuviera trabajos bien pagados, todos estarían felices. Yo dudo que la gente estuviera escuchando mucho acerca de esto”.
¿Esos ataques a los inmigrantes, no son nuevos?
“Esto es correcto. Algunas veces hacemos ver de manera muy romántica la primera inmigración en este país, como si todo hubiera sido muy pacífico y todos hubieran estado felices de ver llegar a los italianos y a los irlandeses, y a todos los demás. En esa época hubo la misma reacción que ahora. De hecho, de ahí vienen los apodos a los grupos étnicos que llegaron durante esas primeras oleadas de inmigración. Hubo dos grandes oleadas de inmigrantes a principios de 1800 hasta la guerra civil, y en 1900, hasta la gran depresión.
“Extrañamente hay un fenómeno de que por alguna razón, cuando muchos inmigrantes han llegado aquí y ya se han instalado, cierran de golpe la puerta detrás de sí. Y todo el que quiere venir detrás de ellos, es un forastero y tratan de rechazarlos”.
¿Cuál es la posición de la Iglesia sobre los inmigrantes?
“El papel de la Iglesia ha sido siempre consistente. Y lo es, pero no es el papel de la Iglesia resolver quién viene, de dónde vienen y por qué están aquí.
“El papel de la Iglesia es dar la bienvenida a la gente que está aquí, dentro de nuestra sociedad. Y esto está en el Antiguo Testamento, en las leyes explícitas que Dios dio a Moisés para la gente a la que tratan como extranjeros, en medio de ellos. Pero ¿Alguna vez en el Antiguo Testamento, alguno de los profetas, o alguno de los líderes, dijo alguna vez? ‘Oh, ¡Espera un minuto! ¿Cómo llegó esa gente aquí? De cualquier manera, todos deben ser enviados de regreso a Canaan o a cualquier otro lugar.
“Eso nunca sucedió porque Dios dice: ‘Recuerda, Pueblo de Israel, ustedes una vez fueron extranjeros en Egipto, y yo los saqué de allí. Por lo tanto, ustedes tienen que ver por los extranjeros de una manera muy acogedora’, y hay instrucciones específicas sobre cuando ustedes cosechen, no recojan todo. Dejen algunas uvas en las viñas, dejen algunas olivas. Moisés les dice a ellos que no regresen una segunda vez y empaquen todo lo que hay en la viña: ‘No regresen y sacudan el árbol otra vez’ y ‘dejen algún trigo para las viudas, los huérfanos, los pobres y los extranjeros’.
“Es casi como decir que nosotros tenemos la responsabilidad del bien común de todo aquél que esté en necesidad en nuestra comunidad. No se pregunta sobre cómo llegaron aquí, o cómo alguien llegó a ser huérfano o viuda. El punto es que ellos están aquí. Y esta ha sido la actitud de la Iglesia. Señalar que María, José y Jesús tuvieron que huír a Egipto porque Herodes los estaba persiguiendo”.
¿No es una cosa difícil para la gente digerir eso de que a nosotros no nos importa porqué la gente llega aquí. Si tienen necesidades, nosotros nos hacemos cargo de sus necesidades?
“Así es. Porque esto es verdaderamente responder de manera cultural y cristiana. Por eso es difícil de digerir. Los únicos que de verdad tienen algo que reclamar, sin ninguna clase de disputa, son los indígenas americanos que estaban ya aquí.
“Yo soy tercera generación. Mis abuelos por los dos lados, fueron primera generación. Y yo soy tercera generación. Prácticamente cada persona en California es segunda, tercera o más, generación de inmigrantes. Y, yo no sé porqué, pero nosotros olvidamos eso. Hay una corta memoria de nuestras propias raíces inmigrantes.
“Y yo creo que esto es lo que hace que sea tan difícil digerir esta píldora. Es porque nosotros nos estábamos enfocando en lo que percibíamos como una amenaza. Y eso es algo que pertenece a la naturaleza humana: Yo no quiero que alguien obtenga algo por lo que no ha tenido que trabajar: ‘Yo tuve que venir aquí y trabajar para convertirme en ciudadano, y así deben hacerlo ellos.
“Bueno, todos lo hicimos. Pero otros están viniendo también, por muchas razones.
“Realmente, nadie quiere dejar su tierra y su propio país. Si las cosas van bien, si hay oportunidades económicas, oportunidades de educación, y trabajo, etc., la gente se quedaría donde está y donde ha nacido”.
¿Está usted preocupado de que los católicos conservativos no quieran aceptar esta posición de bienvenida de la Iglesia hacia los inmigrantes, ya sea que ellos estén legales o no?
“Hay muchas cosas en los evangelios y en las enseñanzas de Jesús, con los que la gente no está de acuerdo. Y por eso, constantemente tenemos que recordarlas.
“Una de las grandes homilías que el Papa Juan Pablo II dio, fue en el estadio de los Dodgers cuando estuvo aquí en septiembre de 1987. Es principalmente sobre inmigración. Y él fue sobre esta total letanía, hablando principalmente a la gente en el Sur de California. Él dijo: ‘Jesús dice, ¿Eres chino? Yo también lo soy. ¿Eres armenio? Yo también lo soy. ¿Eres latino? Yo también lo soy.
“Y siguió adelante, identificándose a sí mismo como parte de todos esos grupos. Y esto tiene mucho poder”.
Alguna otra cosa que él puso en claro en la misa del día de la migraciòn, fue el fundamento para nuestra actitud tanto del Antiguo Testamento, como de Jesús y nosotros mismos como Iglesia. ¿cuál es la base para esto? ¿cuál es el principio?
“Es muy simple. Que Dios nos creó a cada uno individualmente y de manera especial. Y Dios nos ama a cada uno de nosotros. Y Dios quiere que nosotros veamos en los otros la cara de Cristo, no que veamos en ellos una amenaza o a un extranjero. Y esta es una respuesta cultural.
“Yo creo, por supuesto, que hay muchos programas de radio inflamatorios, que mantienen todo esto en movimiento. Aun los programas que no son conservadores, son conservadores respecto a este problema. Pero, otra vez, porque se trata de una amenaza.
“Y, de paso, la Iglesia Católica en este país, preferiríamos que no viniera aquí la gente de México o de otra partes. Preferiríamos, al igual que los obispos católicos, que las ciudades y los pueblos de México se desarrollaran económicamente, para que la gente no tuviera que dejar su país. Quiero decir, que esto es lo que preferiríamos. No que la gente tome enormes riesgos, gaste una enorme cantidad de dinero para venir aquí, y se separen de sus familias para enviarles después dinero, viviendo en situaciones muy difíciles.
“Nuestra preferencia es sí, que se queden en casa. Y la Conferencia de Obispos, a través de los años, ha tratado muchas veces de trabajar con el gobierno para enfatizar el desarrollo económico en casa.
“Y esto es porqué, bajo CAFTA (Tratado de Libre Comercio), una de las cosas que nuestra Conferencia de Obispos enfatizó porqué estamos a favor de él, fue que si se llevara a cabo correctamente, habría un gran desarrollo económico en México.
“Nosotros urgimos al gobierno de México, si ustedes van a tener una nueva asamblea y plantas de producción, no las pongan a lo largo de la frontera. Vayan y pónganlas en ciudades establecidas y en pueblos grandes, como hicieron con algunas de las plantas de ensamblaje de autos. Volkswagen, General Motors y otras que no están en la frontera. Están adentro del país”.
Usted ha llamado a la H.R. 4435 (El Acta de Control de 2005 para Protección de las Fronteras, Anti-Terrorismo e Inmigración Ilegal) que ha sido pasada en la Casa de Representantes, un proyecto de ley particularmente “punitiva y cruel”. ¿Por qué está usted tan decididamente en contra de ella?
“Porque hace de cada uno un criminal, de hecho, quien aquí hace algo por alguien que no tiene documentos. Y va contra todos, incluyendo las iglesias. Así, que si usted lee esto, tómelo al pie de la letra. Quiere decir que cualquiera que venga para recibir la Comunión, yo tengo que pararlo y preguntarle si tiene documentos legales, si viene para el Bautismo o para contraer matrimonio, o si viene a la Iglesia para cualquier otra cosa.
“¡Eso es absurdo! Pero me alegro de que esto sea tan absurdo, porque no es posible que la pase el Senado y el presidente nunca la firmará. Pero mucha gente del Congreso votó por ella, de manera que cuando ellos vuelvan a casa durante el receso de Navidad, podrían decir: ‘Oh, mira qué fuerte soy respecto a los inmigrantes ilegales. Yo voté por la 4437. Vamos a sacar a esa gente fuera de aquí’.
“Y por supuesto, siempre estará este debate para atrás y para delante con diferentes estudios. ¿Cuál es el valor de esa gente en nuestra sociedad y qué pasaría si ellos no estuvieran ahí?
“Yo he estado estudiando eso por años, y es difícil encontrar algunas razones objetivas porque la gente que hace los estudios, normalmente tiene una agenda. Así que ellos encuentran información que apoya su agenda de cualquier lado. De modo que hay exageraciones del otro lado de la frontera.
“Pero en general, la mayoría de los inmigrantes dan mucho más de lo que ellos reciben de cualquier clase de beneficios.
“El otro aspecto de no hacer algo sobre esto, es el hecho de que billones no están aquí, ellos están siendo enviados de regreso a México o a algún otro país de origen. Así que si ellos tuvieran a sus familias aquí, y tuvieran permisos de trabajo, el dinero se quedaría aquí y lo gastarían aquí.
“Así que la locura de esta falta de control del proceso tal como está pensado, es asombroso.
“Pero dijimos esto durante la amnistía de 1986, y cuando nos opusimos a la proposición de la ley del bracero en 1964 y durante todo el camino este no es nuestro papel, y no vamos a hacerlo –aunque el Congreso diga que lo hagamos– nosotros no vamos a ser oficiales de inmigración. Nuestro papel es espiritual y pastoral, y esto es lo que va a prevalecer”.
Usted dijo durante la Misa del Día de la Migración, que 2006 va a ser un año de lucha por los derechos y la dignidad de los inmigrantes?
“Sí. Y mucho de esto está siendo puesto por los Demócratas y los Republicanos en términos de las elecciones que vienen. Porque ambos lados realmente quieren a la comunidad hispana y la comunidad de Asia del Pacífico, en su campo. Así que ellos están enfrentando un dilema. Cómo buscar un distrito electoral sobre las fronteras y los inmigrantes, y por otro lado cómo llegar a los inmigrantes para que sean regularizados y obtengan permisos de trabajo?
“Por eso es por lo que yo actualmente pienso que la aproximación tomada por dos copatrocinadores poco probables –Ted Kennedy y John McCain– es el mejor. Porque lo que ellos están haciendo es reconocer la necesidad del trabajo que no será hecho por nadie más. Y, en segundo lugar, ¿Cómo se gana la gente el derecho de ser residentes regularizados a través de ese proceso?
“Yo pienso que este es un proceso muy sabio. Crea un camino para la gente que necesitamos que trabaje aquí, y les ayuda a ellos a lo largo de toda la senda. Ellos ganan crédito año tras año, hasta que se conviertan en ciudadanos.
“Ahora lo que yo preferiría es obviamente que el presidente haga un poquito más frente a lo que tiene delante de sí”.
¿Por qué estableció usted el “Comité sobre la Justicia Nacional para los Inmigrantes aquí en la Arquidiócesis y qué espera usted que haga?
“Estamos trabajando estrechamente con la Conferencia Católica de Estados Unidos, y ellos han preparado un maravilloso equipo de recursos parroquiales. Es realmente excelente. Y va a ser distribuido a través de la oficina del obispo Solis.
“Así es que este año el objetivo de la cuaresma está enfocado en los inmigrantes y en la derrota de esta propuesta de ley. Estaremos animando a las parroquias a que usen estos recursos y todas sus dimensiones: conciencia, porque hay una gran falta de conciencia, y el juego es acusar a la gente de manera simplista, en forma rápida”.
¿Qué espera usted que suceda en la Arquidiócesis al final de esta campaña de tres años?
“Tengo la esperanza de que la gente vea este problema y a los inmigrantes a través de los lentes de Jesús, no a través de los lentes de los programas de la radio o de los individuos que acusan a los inmigrantes de todos los males en nuestra sociedad y en nuestro estado. Esto es lo que espero. Lo cual, de paso, como dice San Pablo, va a ser un proceso a largo plazo. Y algunos van a decir, ‘Sí, lo logramos’ y otros no”.
¿Tiene usted una historia de haber trabajado con migrantes e inmigrantes?
“Yo estuve estudiando en el seminario para trabajar en Los Angeles. Pero fui transferido a Fresno, principalmente porque yo quería trabajar con trabajadores migrantes. Yo sentía un gran amor por ellos y su trabajo. En el seminario, teníamos campos de braceros alrededor de Camarillo, cosechando los cítricos. Así que nuestro maestro de español no sólo nos enseñó español, sino que nos ayudó a organizar Misas en el campo bracero. Y nosotros íbamos con él y con otros sacerdotes a celebrar las Misas.
“Muy pronto se aprende a amar la delicadeza, los sacrificios y la generosidad de esta gente”. VN
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