EN NOVIEMBRE NO HABRÁ ESCAPATORIA, POLÍTICOS TENDRÁN QUE AFRONTAR REFORMA

Washington.- Los candidatos que intentan postergar una solución a la precariedad de millones de inmigrantes indocumentados en EEUU podrían llevarse una desagradable sorpresa en noviembre, a juzgar por la movilización del votante latino en cada rincón del país.

Baste un vistazo a las encuestas de opinión, en particular entre los hispanos, para entender el peso del problema de la inmigración ilegal -y cómo corregirlo- en las elecciones legislativas del próximo 2 de noviembre y otras contiendas.

Según el grupo Americas Voice, los latinos jugarán un “papel clave” en 41 contiendas este año, incluyendo las de ambas cámaras del Congreso y la treintena de gobernadores.

El tema de inmigración ha cobrado relevancia y ha acaparado cobertura mediática, por ejemplo, en las contiendas para la gobernación y el Senado en los estados de California y Florida, y para el escaño en la Cámara Alta por Nevada.

Y el ahora ex jefe de Gabinete del presidente Barack Obama, Rahm Emmanuel, quiere ser el próximo alcalde de Chicago y, recientemente, se topó con manifestantes latinos en un restaurante mexicano que, en los dos idiomas, le acusaban de “cobardía política” en el campo migratorio.

Emmanuel tendrá que luchar no sólo contra sus contrincantes -incluyendo posiblemente al legislador demócrata y “paladín” de los inmigrantes, Luis Gutiérrez- sino también para deshelar las relaciones con los latinos, que le exigen cuentas sobre su labor por la reforma cuando fue congresista.

Aunque, según una encuesta del Centro Hispano Pew divulgada hoy, en general los votantes hispanos -ahora 7,4 por ciento del electorado- se decantan más por los demócratas que por los republicanos, también es cierto que muchos están desilusionados porque la reforma migratoria va camino del despeñadero.

Esa escurridiza reforma fue una promesa electoral de Obama y un compromiso de los demócratas, y no es algo que los políticos podrán barrer debajo de la alfombra.

La campaña nacional para movilizar a los latinos lleva el mensaje inequívoco de que esta minoría no olvida que “lo prometido es deuda”.

La pregunta del millón es si el desencanto de los latinos será suficiente para que éstos salgan a votar. La encuesta del Pew señala que sólo el 51 por ciento de los hispanos en el padrón electoral están comprometidos a acudir a las urnas.

Sin duda, el tema más apremiante tanto para los latinos como para el resto del electorado es la economía y los trabajos, pero la reforma migratoria también es prioritaria para los hispanos.

Una escasa participación de los latinos beneficiaría a candidatos que sólo proponen más vigilancia y más muros en la frontera con México, como es el caso de la republicana Christine ODonnell, que disputará el escaño en el Senado por el estado de Delaware.

Por ello, mañana mismo, el Consejo Nacional de La Raza (NCLR), de la mano de la popular banda angelina Ozomatli y activistas políticos, urgirán a los latinos que se sacudan la apatía electoral porque “la comunidad está bajo ataque”.

“Aunque algunos políticos están apostando en contra del electorado latino, otros apuestan que no tienen que luchar por nuestro voto y están equivocados. Los latinos, que son el segmento de mayor crecimiento del electorado, examinarán quiénes bloquean el progreso hacia soluciones reales y quienes se quedan al margen mientras la comunidad está bajo ataque”, explicó NCLR.

Los ataques vienen con medidas como la SB1070, que criminaliza la presencia ilegal en Arizona, la amenaza de eliminar la ciudadanía automática para niños nacidos en EEUU de inmigrantes, y los mensajes de intolerancia por parte de sectores dentro del movimiento conservador “Tea Party”.

Pero eso, en todo caso, promete una contienda muy combativa entre candidatos que aspiran a llegar al Congreso y otros cargos estatales y candidatos que buscan aferrarse al poder.

Como contrapeso, está la furia de los conservadores que, inamovibles, se oponen a toda medida que involucre la legalización de la población indocumentada.

También ellos se alistan para movilizar a los suyos, y eso debería ser un llamado a la acción para los hispanos que quieren que los demócratas, más allá de discursos bonitos, cumplan sus promesas. VN

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