EN MEMORIA DE MONSEÑOR OSCAR ARNULFO ROMERO

‘La misión de la Iglesia es identificarse con los pobres, así la Iglesia encuentra su salvación’

Este próximo 24 de marzo muchos residentes en Los Ángeles, conmemoran el 32 aniversario del asesinato de Monseñor Oscar Arnulfo Romero, quien se volvió célebre en El Salvador por su predicación en defensa de los derechos humanos, y murió asesinado mientras celebraba la Santa Misa.

Como Arzobispo denunció en sus homilías dominicales numerosas violaciones de los derechos humanos y manifestó públicamente su solidaridad hacia las víctimas de la violencia política de su país. Su asesinato provocó la protesta internacional en demanda del respeto a los derechos humanos en el pequeño país de El Salvador.

En su homilía del 11 de noviembre de 1977, Monseñor Romero afirmó: “La misión de la Iglesia es identificarse con los pobres, así la Iglesia encuentra su salvación”.

En 1994, su sucesor Arturo Rivera y Damas abrió una causa para su canonización y, desde ese momento, Monseñor Romero ha recibido el título de “Siervo de Dios”, y en Latinoamérica muchos lo veneran como Santo, pues se refieren a él como “San Romero de América”.

Fuera de la Iglesia Católica, Monseñor Romero es honrado por otras denominaciones religiosas de la cristiandad, incluyendo a la Comunidad Anglicana, la cual lo ha incluido en su santoral. Él es uno de los diez mártires del siglo XX representados en las estatuas de la Abadía de Westminster, en Londres, y fue nominado al Premio Nobel de la Paz en 1979.

VIDA NUEVA ofrece en exclusiva alguna de las reflexiones que líderes comunitarios salvadoreños en Los Ángeles hacen en torno a este mártir al cumplirse 32 años de su muerte, así como el trabajo que han venido desarrollando en pro de la lucha de los inmigrantes, inspirados en la obra evangelizadora de Monseñor Romero.

FRANCISCO RIVERA,
Mesa Redonda Centroamericana

“Hoy que estamos conmemorando el 32 aniversario de la muerte de Monseñor Romero, a mí me trae recuerdos especiales, porque el día que él fue asesinado, yo estaba en un restaurante del barrio El Calvario en San Salvador. Toda la nación quedó paralizada porque -aunque se temía por su vida- nunca se pensó que la derecha llevara a cabo una acción como ésa”.

“Meses después, me mudé para Los Ángeles y comencé junto a otros millares de salvadoreños la vida de refugiado, pero Monseñor Romero continuó presente en la memoria de nuestra gente. Tanto así que una familia en particular que coincidentemente era de apellido Romero, les nació un hijo a quien le pusieron Oscar Arnulfo”.

“Por ese tiempo se formó el Comité de Refugiados, en cuyos integrantes nació la idea de crear la ‘Clínica Oscar Romero’, en memoria de este mártir salvadoreño. En este proyecto se involucró también el Consejo Ecuménico de Iglesias del Sur de California, la Fundación Romero y el Comité de Refugiados, entre otras personalidades.

“Siento que Monseñor Romero es alguien que unió a la gente e inspira hasta el día de hoy a la comunidad, prueba de ello es que se fundó la Escuela Charter que lleva su nombre, la reciente inauguración de Square Oscar Romero -ubicado en Pico Boulevard y la Calle Vermont-, y se trabaja en la instalación de un busto en el Parque MacArthur en Los Ángeles”.

“A estas alturas el mensaje y la voz de Monseñor Romero vibra en los corazones de nosotros los salvadoreños, cumpliéndose a cabalidad sus palabras proféticas cuando dijo: ‘Si me matan, viviré en la lucha de mi pueblo’. Romero vive en el pueblo y continúa presente su mensaje de reconciliación, de justicia, y creo que él estaría contento del nuevo El Salvador que hay, pero también seguiría condenando las malas acciones de hoy, porque aún no se ha llegado a la raíz de la extrema pobreza en El Salvador. Su petición por la dignidad humana continúa vigente”.

TERESA TEJADA,
Directora de ASOSAL

“Cuando se habla de Monseñor Romero, se está hablando de los salvadoreños, por tanto para nosotros es un símbolo nacional, cuyo mensaje perdura y sigue influenciando en los salvadoreños”.

“Monseñor Romero es un símbolo de justicia social; sobre todo para la gente pobre. Él se convirtió en la voz de los que no tenían voz en El Salvador y también para la comunidad aquí en Los Ángeles. Él se convirtió en un símbolo de unidad”.

“En lo personal, tengo bonitos recuerdos de Monseñor Romero desde cuando era un sacerdote y yo una estudiante de primaria en la ciudad de San Miguel, en el oriente del país. Recuerdo que cuando llegaba a la ciudad mostraba tanto carisma con la gente que hasta los niños lo seguían para saludarlo”.

“El mensaje de Monseñor Romero obviamente fue de reconciliación; decía que el rico no debía ver mal al que no tenía, y que debía respetarlo como ser humano que es. Los exhortaba a respetar la dignidad humana de un pobre al igual que otros que compartieron con su gente su riqueza. Que el fuerte debía ayudar al desprotegido, y eso para mí es un símbolo de justicia”.

“Aquí en Los Ángeles Monseñor Romero unió a la comunidad porque cuando veníamos huyendo de la guerra, traíamos ese espíritu de lucha y cuando él muere se convirtió para nosotros en un estandarte en pro de los derechos de los inmigrantes”.

“Ojalá que ahora que conmemoramos el aniversario de su muerte, el Vaticano acelere su canonización y que no se deje influir por las situaciones políticas de nuestro país, porque los salvadoreños ya merecemos que tengamos a nuestro San Romero de las Américas. El pueblo tan sufrido necesita de alguien que continúe rogando en el cielo por nosotros”. “Creo que no es justo que otras personas que tenían menos tiempo ejerciendo su vida espiritual, hayan sido canonizados y no nuestro Santo, quien tiene todos los méritos para serlo. ¡Ojalá que nosotros logremos ver ese gran acontecimiento!”.

ISABEL CÁRDENAS, líder comunitaria y devota de Monseñor Romero

“Monseñor Romero es un Santo, un mártir que lo veneramos como si ya estuviera canonizado. En lo personal he recibido por medio de él varios milagros, como hace algunos años cuando mi sobrino que tenía 11 años, enseñándole algunos trucos que había visto en la televisión a sus hermanitos, se ahorcó cayendo en estado de coma”.

“Mi hermana me llamó llorando diciéndome que estaba en el hospital, que por favor, si yo creía que Monseñor Romero me oía, le pidiera por la vida de su nieto. Empecé a rezarle; le encendí velas -yo tengo su foto en la esquina de mi casa junto a la Virgen Milagrosa-, y a las dos semanas el niño salió del coma. Los médicos que no daban esperanzas, quedaron sorprendidos, atribuyendo aquel acontecimiento a un milagro. Ahora es un muchacho que acaba de cumplir 21 años”.

“Otro milagro sucedió con un primo mío quien estaba en San José California y lo mismo, cayó en estado de coma y yo le recé a Monseñor Romero y él salió de aquel estado”.

“En mi lucha por los derechos de los migrantes yo lo considero mi guía, sobre todo cuando voy a hacer algo que creo puede ayudar a la comunidad, yo le hablo a Monseñor Romero y le pido que me guíe. Ahora que nos preparamos para su conmemoración, en las reuniones que he estado del Corredor Salvadoreño, veo cómo todos aportan ideas para conmemorar a Monseñor”.

ROMEO ESCOBAR,
Fundación ILobasco

“Tuve la oportunidad de conocer y hablar personalmente con Monseñor Oscar Arnulfo Romero en la ciudad de Aguilares, cuando yo dirigía un proyecto de desarrollo comunal en la zona norte del país. Estreché su mano y conocí a profundidad el ser humano que había en este personaje”.

“Lógicamente él representaba en ese entonces el liderazgo de la Iglesia Católica y el liderazgo de los derechos humanos en El Salvador, por consiguiente, era muy conocido en nuestro país, sobre todo por sus homilías dominicales que daba en la Catedral en San Salvador. En esa ocasión, él me habló sobre las injusticias que se estaban cometiendo contra la clase desprotegida y que por tanto, había que tomar un lugar en apoyo hacia esta gente”.

“Dichas palabras viniendo de un personaje como Monseñor Romero, tuvieron importancia para mí, porque nadie más que él, quien tenía contacto directo con el liderazgo político de ese entonces, podía representar a la clase desprotegida, y conociendo la situación de su pueblo, se convirtió en voz de los que no la tenían. Desafortunadamente, el gobierno de ese entonces lo consideró un personaje de oposición”.

“Y es que Monseñor Romero además de ser un líder religioso tenía una gran sensibilidad humana, por consiguiente, se convirtió rápidamente en un líder de la comunidad salvadoreña, porque luchó en favor de los desprotegidos sin importarle la creencia religiosa de su pueblo. Se ganó la voluntad de su pueblo porque predicaba no sólo con sus palabras sino con sus acciones. Sus denuncias y la predicación de la Palabra de Dios en el contexto de la realidad en que vivía nuestro país en esa época, llevaba como propósito que en el país hubiese igualdad social”.

“Siento yo que su condición de Santo ha sido ganada por sus acciones, conocimiento y entrega en la protección de su rebaño; es un líder a seguir porque él demostró que no existe clase social en cuanto a derechos humanos se refiere”.

“Trataba a los que ostentaban el poder económico de ese entonces, igual que a aquellos que no tenían recursos, porque los veía a todos como seres humanos y eso le da un espacio en la historia y le da el reconocimiento de todos los salvadoreños, ya sea en el territorio salvadoreño como en el exterior. El hecho de conmemorar el aniversario de su muerte representa que mundialmente ha sido aceptado como un líder espiritual y un defensor de los derechos humanos”.

OSCAR DOMÍNGUEZ,
Corredor Salvadoreño

“Sabiendo que Monseñor Romero siempre luchó por un pluralismo amplio que permitiera el respeto a las ideas de todos los seres humanos, no importa de qué pensamientos fueran, y considerando que él fue un líder importante que buscó para su comunidad el empoderamiento, hemos decidido que acá en Los Ángeles específicamente en el Corredor Salvadoreño, haya una esquina dedicada a su nombre”.

“Para llevar a cabo este propósito trabajamos con la Ciudad de Los Ángeles, específicamente con el Distrito 1, para que se hiciera una moción. Además, buscamos el apoyo de las iglesias cercanas como son las parroquias de Santa Cecilia, La Placita y Santo Tomás. Hoy es una realidad: La esquina de Pico Boulevard y Calle Vermont llevará el nombre de Monseñor Romero”.

EN HOMENAJE A MONSEÑOR ROMERO

Cuándo: 25 de marzo 2012; 5:00 a 7:00 p.m.
Motivo: Vigilia e inauguración “Plaza Monseñor Oscar Arnulfo Romero”. Se hará una presentación informativa sobre su vida y obra. A este evento se han invitado a entidades del gobierno salvadoreño, autoridades locales, congresistas y representantes de la Iglesia Católica. VN

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